Los comienzos del bitcoin -moneda virtual creada en 2009 que se mueve sin regularización en libre mercado y se valora de acuerdo a la oferta y la demanda– han sido un completo juego de luces y sombras. Sobre todo, desde la bancarrota de la empresa japonesa Mt. Gox -la principal casa de cambio de bitcoin del mundo- en febrero de 2013, y las abruptas subidas y bajadas que ha experimentado el valor de la criptomoneda en su relativamente breve trayectoria. No obstante, el resurgimiento del bitcoin llega con toda su fuerza y con el objetivo, según señalan los analistas, de quedarse.
La banca española ha sido pionera en invertir en bitcoins. De hecho, Bankinter apostó cerca de 200.000 euros el pasado mes de noviembre en la sart-up Coinffeine, una firma de cambio de bitcoin completamente personalizado -de individuo a individuo- que, fundada en 2014, ya ha conseguido ser calificada como una de las entidades españolas de mayor proyección.
Mientras, en enero de este año, BBVA Venture, con sede en San Francisco, invirtió en la startup americana Coinbase, una plataforma que realiza transacciones donde los clientes compran o venden bitcoins, o depositan su dinero en una cartera virtual. La cifra exacta de la inversión no fue anunciada pero se enmarca dentro de la ronda de financiación de serie C (cuando una startup ya muestra rentabilidad) que asciende a los 75 millones de dólares.
Poco a poco, el bitcoin comienza a ser visible en España. En Madrid, comercios como el National Geographic café, la pizzería Do Eat de María de Molina, varias tiendas de la calle de Serrano, el centro comercial ABC Serrano, que alberga el cajero de dinero bitcoin de la empresa catalana BTC Point, han sido de los primeros en utilizar la moneda virtual; por su lado, el hotel One Shot Recoletos también cuenta con un cajero bitcoin de la firma americana Robocoin. Igualmente, de acuerdo con la web coinmap.org, en Barcelona hay más de 60 tiendas que aceptan bitcoin. Y en el resto de España es Málaga la tercera ciudad en recibir esta divisa, donde Madrid ocupa la principal posición.
Paralelamente, algunas ONG han empezado a emplear esta moneda en nuestro país para recibir donaciones: Cruz Roja, Save the Children, WikiLeaks e incluso una organización dedicada a la defensa de animales y conocida como Dejando Huella.
Pero más allá de nuestras fronteras, en países emergentes como Argentina -donde su moneda nacional resulta muy volátil- o África – continente en que la población adscrita a una cuenta bancaria es muy baja- la aceptación del bitcoin ha sido espectacular. En este sentido, Wences Casares, CEO de Xapo, un banco virtual suizo de bitcoin con sede en Silicon Valley, sostiene que “los países más importantes en movimientos de bitcoin son India, Rusia y Brasil. De hecho, esta moneda ha venido para quedarse, para cambiar el mundo”.
Y aún hay más. El pasado mes de abril, el banco de inversión Goldman Sachs colocó 50 millones de dólares en la startup de bitcoin, Circle, un movimiento que Wall Street observó muy de cerca. Poco después, el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (NYDFS, en sus siglas en inglés) otorgó la licencia pertinente a la empresa de intercambio de bitcoin, Itbit, para que pueda operar como si fuera un banco en el intercambio de dinero real a virtual. En concreto, Chad Cascarilla, CEO de la firma, asegura que “los bancos están cambiando su estrategia apoyados por la tecnología; creo que en un futuro bitcoin ayudará a que las instituciones financieras sean más eficientes. Hoy por hoy, el sistema bancario es muy lento y caro para cambiar bienes”.
Con todo, no hay que olvidar a las tecnológicas. Desde el pasado mes de diciembre, Microsoft ya permite el uso de esta moneda virtual para comprar juegos, música, películas o apps para Windows, Windows Phone y su consola Xbox dentro de Estados Unidos, uniéndose así a otros gigantes como Dell o Paypal.
A este respecto, un portavoz de Microsoft Ibérica, ha puesto de manifiesto que «creemos que la moneda virtual tiene muchas aplicaciones potenciales. Continuaremos explorando usos del cambio virtual apropiados para proveer a los clientes con una opción de pago fácil y segura, así como otros usos alternativos».