Entre los años 2007 y 2014, el censo de firmas que venden fuera de nuestro país ha crecido un 17%, pasando de 39.000 a 46.000; no obstante, para la Cámara de Comercio de Madrid, el incremento ha sido aún más elevado en algunas regiones, alcanzando un 54,3%.
El motivo principal de la expansión internacional que ha experimentado la pyme española hay que buscarlo en la crisis financiera por la que el país ha atravesado recientemente. Para Ignacio de la Torre, profesor de IE Business School, tal recesión «ha hecho caer la demanda interna un 19% y el PIB (Producto Interior Bruto) un 7%».
Una tesitura que, ante el más que posible riesgo de quiebra, “ha llevado a un gran número de compañías a considerar la exportación, no como recurso temporal, sino como apuesta estratégica a largo plazo», en términos de la Cámara de España; de hecho, las exportaciones españolas se incrementaron desde los 189.000 millones de euros del año 2008 a los 240.000 del 2014, lo que se traduce en un 27% más, coincidiendo con los peores años de la debacle económica.
Los resultados de todo ello son incuestionables en el sector de la construcción y en sus áreas de negocio relacionadas. Es el caso de Fermax, empresa especializada en porteros automáticos, que exportaba en 2007 el 30% de su producción para pasar actualmente al 70%.
En la misma trayectoria se puede incluir el mercado de la cosmética, que pasó de exportar 1.874 millones en 2009 a 2.928 en 2014, vendiendo en el exterior el 65% del total; como Natura Bissé, firma catalana que exporta el 80% de su producción sobre todo a Estados Unidos. De modo similar, las exportaciones en joyería se han elevado de 318 a 451 millones entre los años 2010 y 2013.
Vocación desde el inicio
Muchas de las nuevas empresas, como comenta José Vicente Morata, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, «han nacido ya con vocación de salir al exterior, sobre todo en sectores como la biotecnología o las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación)«. Valga el ejemplo de Libelium, firma que produce sensores para el Internet de las Cosas, que exporta el 90% de su producción.
Así ocurre también en el sector de moda y calzado, que, siguiendo las pautas de Inditex y Mango, han apostado desde sus comienzos por aventurarse al exterior; sirva como muestra Pronovias, que exporta un 73%. A su vez, el calzado ha pasado de exportar 850 millones de euros en 1988 a 2.640 millones en 2014; y, dentro de este marco, decenas de empresas facturan casi más fuera de España, como Camper, Mascaró o Pretty Ballerinas.
Con todo, no hay que olvidar que España cuenta con un tejido de pymes muy competitivas en cuanto a producto.De hecho, las empresas de Ubrique que se dedican a la producción de bolsos han logrado resistir la competencia china y exportan cada vez más (el 80%), pese a que tienen costes muy superiores (un mínimo de 300 euros por prenda). Como resultado, mientras exportaban por valor de 194 millones de euros en 2008, en 2015 lo hicieron por 462 millones.
Y es que Carlos Prieto, de la Cámara de Comercio de Madrid, define de esta manera la nueva situación: «se detecta en España una tendencia exportadora más generalizada que en la media de Europa. Aquí, según un informe de FedEx Express, el 47% de las pymes son internacionalmente activas«.