Para muchos expertos, la creación del Nuevo Banco de Desarrollo supone un reto al control de Occidente en el tablero económico sellado hace siete décadas en Bretton Woods, la cita en la que nacieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Los llamados BRICS (formación que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) han creado el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), un fondo económico que se aprobó el 15 de julio de 2014 en Fortaleza (Brasil) aunque los últimos flecos de las negociaciones se han resuelto durante el pasado verano en la ciudad rusa de Ufá.
La nueva entidad dispondrá de 100.000 millones de dólares, de los que China aporta 41.000 millones; Suráfrica, 5.000 millones; y Rusia, China y Brasil, 18.000 millones cada uno, con el objetivo de cubrir las necesidades de financiación de sus miembros y de otros países pobres para construir infraestructuras y fomentar proyectos de desarrollo.
No obstante, según los expertos, la creación de este nuevo organismo supone un desafío al control de Occidente en las finanzas mundiales creadas hace siete décadas en Bretton Woods, la cita de 1944 en la que nacieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). “Han pasado ya 70 años y los países emergentes se han cansado de esperar un cambio de régimen en las instituciones financieras internacionales que salieron de aquella reunión y han dado un paso adelante para cambiar el orden existente y reivindicar su nuevo papel en la economía mundial”, afirman.
Dudas ante la efectividad de la iniciativa
La iniciativa suscita dudas sobre su alcance y la efectividad en cuanto a la coordinación del grupo, puesto que su creación se ha retrasado casi dos años por discrepancias internas. Es importante recordar que en el terreno económico, Brasil y Rusia están en recesión, Sudáfrica apenas crece y China se encuentra inmersa en un profundo cambio de su modelo económico; solamente la economía india, que se estima que crecerá un 7,8% este año, se libra del panorama sombrío entre los emergentes.
Con todo, el presidente del Nuevo Banco, el indio Kundapur Vaman Kamath, expresa de este modo su perspectiva: “nuestro objetivo no es desafiar el sistema actual, sino mejorarlo y complementarlo a nuestra manera”. Y es que los BRICS se han quejado tanto de la influencia estadounidense sobre las instituciones financieras existentes, como de las condiciones que éstas exigen para la concesión de préstamos: «el FMI no solamente pide garantías cuando presta el dinero, sino que determina la política económica que debemos seguir. Son unas condiciones muy duras y en muchos casos inaceptables», asegura un diplomático que quiere mantener el anonimato.
Por otro lado, China ha adelantado los aspectos en los que esperan avanzar a corto plazo a través del fondo creado: profundizar en proyectos como la iniciativa del BAII (Banco Asiático de Inversión en Infraestructura) y enriquecer la colaboración con otras naciones e instituciones como la organización de cooperación de Shanghái y la Unión Económica de Eurasia.
“La intención es que el banco de los BRICS se convierta, con el tiempo, en una alternativa al BM y al FMI y que sea un nuevo actor entre las instituciones financieras globales. Es un objetivo ambicioso que requerirá un grado de coordinación y armonía que no siempre hemos visto en este grupo”, concluye Vivek Dehejia, profesor de Económicas de la Universidad Carleton, Canadá.