Son muchos los desafíos a los que se enfrentan las empresas energéticas que operan en el sector de la energía nuclear. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las compañías energéticas es el elevado coste de la gestión de los residuos nucleares. Sin olvidar, eso sí, el coste que supondrá el cierre de numerosas plantas nucleares en los próximos años.
Es un hecho que las centrales nucleares han incurrido en pérdidas. Un factor que explica la situación deficitaria de este tipo de instalaciones son los elevados costes que suponen la gestión de los residuos nucleares. Este tipo de desechos son fruto de los procesos empleados en las instalaciones nucleares. Estos procesos son muy contaminantes y altamente perjudiciales para la salud. Es más, los desechos nucleares continúan siendo peligrosos durante miles de años.
Un país donde las centrales nucleares afrontan importantes pérdidas es España. El coste de la gestión de estos peligrosos desechos nucleares ha experimentado un aumento del 50% a lo largo de los últimos doce años. El elevadísimo coste de la gestión de los residuos, no solo supone un quebradero de cabeza para las empresas energéticas que operan en España. Ya que, a nivel europeo, la gestión de los desechos nucleares supondrá 253.000 millones de euros hasta el año 2050.
¿Cómo se financia la gestión de los residuos nucleares?
En el sector nuclear se utiliza la tecnología más avanzada, pues no se trata de un sector con una larga tradición, lo que hace que la tecnología empleada sea cara. Por otra parte, en España, la gestión de residuos nucleares se sufragaba con un fondo. Sin embargo, ahora que los tipos de interés han bajado y la rentabilidad de este fondo ha caído hace más difícil financiar la gestión de desechos nucleares.
Para comprender cómo funciona la gestión de los residuos nucleares se deben tener en cuenta varias cuestiones. En primer lugar, hay que señalar que de la gestión de esta clase de desechos se ocupa la empresa pública ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos Sociedad Anónima).
Al ser una empresa en manos del Estado, no busca una rentabilidad económica, ni ningún tipo de lucro. Así pues, esta entidad se ocupa fundamentalmente de la recogida de residuos, del cierre de plantas nucleares y del almacenamiento de los desechos nucleares.
Pero, ¿cómo se sufragan los elevadísimos costes de gestión de los residuos nucleares? Pues bien, las empresas energéticas que desarrollan su actividad en el sector nuclear, como parte de su actividad económica, generan externalidades como la radiactividad.
Recordemos que una externalidad consiste en el impacto de la actividad económica sobre la sociedad. En este sentido, la radiactividad es una externalidad negativa. Para tratar de corregir su efecto sobre el medio ambiente y sobre la sociedad, las empresas que poseen plantas nucleares pagan una serie de tasas que contribuyen a financiar a la empresa pública ENRESA.
Razones que explican los altos costes
Dado que los productos de la fisión presentan una elevada radiactividad, los residuos nucleares deben guardarse a buen recaudo. Pues bien, en España no se dispone de un Almacén Temporal Centralizado de residuos de alta actividad. Por ello, ha habido que ir depositando los residuos de alta actividad en Almacenes Temporales Individuales. Esto conlleva un coste poco despreciable de 1.400 millones de euros.
Respecto al almacenamiento, tampoco hay que olvidar los 300 millones que se pagan por almacenar residuos nucleares en tierras francesas. Por otra parte, también debemos tener en cuenta los costes de la remodelación del Almacén de Baja Intensidad de El Cabril.
Hay que destacar que se han destinado 1.200 millones de euros destinados a contribuciones a las localidades próximas a las centrales nucleares. Sin embargo, ha quedado descuidado el déficit del fondo que debía financiar la gestión de los residuos.
Para colmo de males, la inflación se ha cebado con las empresas del sector nuclear. Prueba de ello es que 1.100 millones se han perdido fruto del incremento del nivel de precios.
El coste del cierre de las centras nucleares
Más allá de la gestión de los residuos, existe otro reto para el sector nuclear en España. Se trata de los costes que conlleva el cierre de las centrales nucleares.
Relativo a esta cuestión existe un gran debate. Se pretende dar un plazo de 10 años para el cierre de cada planta nuclear. No obstante, hay quienes opinan que España, no podría afrontar el cierre de sus centrales nucleares en este periodo de tiempo. Este segundo grupo sostiene que, ante la desnuclearización energética de España, se debe llevar a cabo un desmantelamiento progresivo de las instalaciones nucleares.
Con el cierre de las plantas nucleares en los años venideros se plantean nuevos desafíos para las compañías del sector energético. Estas empresas van a tener que afrontar importantes costes derivados del desmantelamiento de las instalaciones nucleares. Y aun cuando ya no tengan la obligación de pagar tasas (en el año 2028), se prevé que todavía faltarán un 28,1% de los fondos necesarios para poder gestionar adecuadamente los residuos nucleares.