Para invertir con éxito en un mundo globalizado, donde la secuencia de noticias afectan como si se tratase de una serie de «fichas de dominó» a los mercados financieros, hay que formular las preguntas necesarias. Es por ello, que vamos a tratar de desmenuzar las que consideramos las cinco preguntas cruciales cuyas respuestas podrían ayudarnos a definir los resultados de los mercados financieros para 2016.
1. ¿Ha sido 2015 el año donde los activos de riesgo han marcado máximos?
Lo cierto es que la renta variable y el crédito de alta rentabilidad (high yield) global siguen por debajo de máximos de 2015. Pero en lo que realmente hay que tener en cuenta y pararse a analizar, es si 2015 fue una corrección del mercado, o si actuó como una transición de mercado alcista a mercado bajista (véase tendencia bursátil). Algunos puntos nos van a ayudar a identificarlo:
- Los repuntes de los activos de riesgo no suelen terminar sin motivo, y actualmente no parece que estemos presenciando ninguno de los catalizadores para un mercado bajista. Claro está, que un mercado alcista no puede durar eternamente. Pero si ponemos la vista en el inicio de la crisis tras la caída de Lehman Brothers, han pasado 7 años en los que se ha producido un «rallie» de la renta variable de EEUU sin ningún tipo de corrección superior al 20%, algo que no sucedía desde la Segunda Guerra Mundial.
- La confianza se vio sacudida en agosto y septiembre por la preocupación respecto del crecimiento de China, a pesar de que, al menos según datos oficiales, el crecimiento se ajusta a las expectativas.
- ¿Una nueva recesión económica? No. El crecimiento global ha quedado por detrás de las expectativas (crecimiento del 3,1% frente al 3,5% originalmente previsto). Se espera que para 2016 se produzca una reaceleración en el crecimiento mundial hasta el 3,4% impulsada por la estabilización de los mercados emergentes y repuntes moderados del gasto en consumo de las principales economías desarrolladas.
- ¿Recesión de los beneficios empresariales? No. La realidad es que los beneficios de las empresas Estadounidenses disminuyeron en 2015, pero debido a un reajuste debido al fortalecimiento del dólar y los perjuicios para las empresas energéticas derivados de la caída de las materias primas, como el petróleo y el gas. Por su parte, en Europa y Japón por la política monetaria expansiva (extremadamente laxa), sustentará los beneficios de las empresas y dará una mayor estabilidad al crecimiento económico.
- ¿Los Bancos Centrales subirán los tipos de interés? No. Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos, como el Banco de Inglaterra no subirán los tipos de interés. Damos por descontado que el Banco de Japón ni el Banco Central Europeo tampoco lo harán. Dado que las presiones deflacionistas siguen presentes, en parte por la caída de los precios del petróleo, todavía las previsiones y expectativas de inflación siguen siendo moderadas.
2. ¿En qué momento nos encontramos en materia de política monetaria?
Hay claramente dos partes muy diferenciadas que ya citábamos unas líneas más arriba, las divergencias en materias de política monetaria seguirán presentes durante del año 2016. Por un lado, nos encontramos con el Banco de Inglaterra y la FED con previsibles subidas de tipos de interés y por el otro al BCE y al Banco de Japón con la ya conocida expansión cuantitativa (quantitative easing).
El comportamiento de los Bancos Centrales tiene varios catalizadores comunes:
- Luchar contra la deflación (inflación negativa). Su objetivo está definido en cada mandato de cada Banco Central, y entre ellos está la inflación contenida del 2%.
- Las cuatro fuerzas a las que el mundo han tenido que hacer frente desde el inicio de la crisis son, la deflación, el exceso de oferta industrial en China, el uso de nuevas técnicas de extracción de petróleo (fracking) y las nuevas tecnologías que han mejorado la transparencia de precios.
- La inflación salarial, que no es más que subidas de precios (en los salarios) es uno de los factores determinantes tanto en Estados Unidos como en Inglaterra para que las subidas de tipos de interés tengan lugar. Si bien es cierto, que los datos económicos -como el empleo– son buenos, pero los Bancos Centrales de los respectivos países no están obligados a actuar de nuevo hasta que se produzca una subida salarial, que además ayudaría a cumplir con sus objetivos de inflación y maximizar el empleo sin modificar los tipos de interés.
- Por el lado del BCE y el Banco de Japón, sería de esperar una política monetaria que peque de laxitud, inundando el mercado de liquidez.
3. ¿China es uno de los riesgos más graves para los mercados?
Un interrogante que debemos tener en cuenta es, si China conseguirá controlar la desaceleración. Para entenderlo y analizarlo debemos conocer sus problemas, y son muchos.
- China cuenta con un pool de empresas demasiado endeudadas, el ratio de deuda corporativa-PIB es de los más grandes del mundo, dependiendo el crecimiento excesivamente del crédito. El exceso de sobreendeudamiento y apalancamiento es excesivo. El ratio de crédito-PIB se ha disparado desde el 150% hasta el 250% en 2008 y 2015 respectivamente.
- Posee un exceso de capacidad industrial, un legado que ha ido heredando por las anteriores medidas de estímulo a corto plazo para impulsar el crecimiento. Esta situación es preocupante, ya que ciertos sectores industriales no son rentables y necesitan grandes inyecciones de dinero público para seguir funcionando, la base de empleo está muy ligada a este tipo de industrias (por ello necesita una reconversión) y el exceso o sobrecapacidad de estas industrias inunda el mercado y no permite la llegada de soluciones nuevas.
- Existe un exceso de oferta mobiliaria, de hecho, el volumen de construcción supero a la demanda de vivienda nueva durante el periodo de 2010-2012, lo que ha generado un enorme inventario de viviendas sin vender. Esta situación es una incógnita para 2016, por un lado, si las ventas de viviendas se recuperan, conllevará a una recuperación de la inversión en vivienda y con ello los precios subirán. Por el contrario, si los precios de la vivienda reanudan su descenso, la confianza de los consumidores y empresas se reducirá, afectando directamente al sector financiero chino (muy expuesto al sector vivienda y a la promoción inmobiliaria).
Con ello, podemos concluir que China necesita encontrar nuevos motores de crecimiento, pero no por ello se avecina una crisis al estilo Lehman Brothers. El Gobierno Chino posee recursos para proteger al sistema financiero (controlado por el Estado), al contar con reservas en divisas por valor de 3,5 millones de USD.
4. ¿Los mercados emergentes y las materias primas han tocado fondo?
Los mercados emergentes llevan desde 2010 con un decrecimiento de su PIB que ha ido de la mano de una caída de la renta variable de sus principales índices bursátiles. Acompañado por una salida neta de capitales (salen más que entran), está haciendo que los inversores miren con otra cara otro tipo de países y activos. El comportamiento de los mercados emergentes depende de múltiples factores:
- Si China consigue evitar un aterrizaje brusco, es decir, una desaceleración gradual, entonces la confianza de los mercados emergentes mejorará. De hecho, China es el primer importador de Brasil (exportaciones para Brasil), y segundo mayor cliente de empresas rusas.
- Dependencia directa de los tipos de interés de Estados Unidos, ya que la mayor parte de la deuda de los países emergentes está en dólares, por tanto, subidas de tipos hacen un dólar más fuerte y con ello la deuda de estos países aumenta.
- Por la parte de las materias primas, si bien es cierto que hay muchos países que se benefician de los precios de las materias primas a la baja (como China o India), los hay que directamente impactan negativamente en sus cuentas nacionales como Brasil, Rusia, Indonesia y Sudáfrica.
5. ¿2016 es el año del regreso de la inflación?
La realidad es que la culpa de una leve inflación son los precios de las materias primas. Hasta que los precios de las materias primas (petróleo) repunten, no veremos cómo este efecto negativo del IPC general interanual se dé la vuelta y consigamos generar un poco de inflación.
Quedan atrás los miedos de muchos países de la hiperinflación con la que tiraban de memoria muchas economías y en la que se vio inmersa Alemania tras la I Guerra Mundial. Lejos queda todavía del objetivo de la mayoría de los Bancos Centrales de los países desarrollados que tienen establecido una inflación del 2%
Sería preocupante que se generase inflación en vez por una subida de las materias primas, por un repunte de los salarios. Esto podría empezar a ocurrir en EEUU o en Reino Unido, donde los niveles de empleo son altos como para que los trabajadores empiecen a exigir sueldos más altos. Tendría como hemos comentado un efecto en la inflación, pero también en los beneficios empresariales ya que sus márgenes se verían reducidos. La única forma de paliar este efecto o reducirlo, es si ese mercado laboral todavía no tiene en su totalidad contratos indefinidos, y sí temporales y subempleados.