La canciller alemana Angela Merkel ha ganado las elecciones alemanas celebradas el 24 de septiembre. El partido de Merkel, la Unión Cristiano Demócrata ha sido el más votado, logrando el 33% de los votos. En segundo lugar se encuentran con socialdemócratas con el 20,5% de los votos y preocupa la entrada en el parlamento del partido ultra-derechista AfD, con el 12,6% de los apoyos populares.
Se han cumplido los pronósticos y el partido de Angela Merkel, los democristianos de la CDU han vuelto a conseguir la victoria en los comicios alemanes. La ciudadanía alemana ha apostado por un gobierno continuista. Como analizábamos en nuestro artículo “los riesgos del milagro económico alemán”, las buenas cifras macroeconómicas pueden haber sido un factor de peso para que los alemanes continúen respaldando a Merkel Pese a la victoria de la CDU, los democristianos de Merkel han perdido 8,5 puntos con respecto a las anteriores elecciones. Queda claro que pese a la victoria de la CDU, el partido ha registrado una importante caída de apoyo popular. En este sentido, la canciller Angela Merkel ha afirmado que le hubiera gustado haber alcanzado un resultado mejor.
El segundo puesto les corresponde a los socialdemócratas del SPD. El partido liderado por Martin Schulz consiguió el 20,5% de los votos. Los de Schulz han declarado que no renovaran su coalición de gobierno con Merkel. El resultado obtenido ha sido el peor en la historia de los socialdemócratas desde 1933 y el propio Martin Schulz se ha referido a las elecciones como una jornada “difícil y amarga”.
Resulta alarmante la entrada en el parlamento alemán de AfD, una fuerza política encuadrada en la extrema derecha. Si en 2013 no consiguió representación parlamentaria al no lograr el mínimo indispensable del 5% de los votos, esta vez se han consolidado como el tercer partido político. El aval de esta formación supone el 12,6% de los votos. Será la primera vez desde los tiempos de Adolf Hitler en la que un partido de ultraderecha vuelva a ocupar escaños en el Bundestag.
Tras AfD se sitúan los liberales, que como cuarta fuerza en discordia han recibido el 10,7% de los votos. El partido La Izquierda consiguió el 9,2% de los votos, mientras que los ecologistas se han hecho con el 8,9% del apoyo ciudadano.
Hay que destacar que la participación, con el 76,2% ha sido elevada, incluso superior a la registrada en 2013, que fue del 71,5%. El pueblo alemán ha hablado y ahora los partidos políticos deberán negociar para formar gobierno, pues el partido de Merkel necesita una coalición para poder gobernar.
Con los socialdemócratas regresando a la oposición y negándose a reeditar una coalción de gobierno con la CDU de Merkel, las opciones de la canciller alemana pasan por establecer conversaciones con ecologistas y liberales. La propia Merkel ya ha afirmado que no contempla la posibilidad de un gobierno en minoría.
A pesar de todo, Merkel no ha querido especular sobre sus posibles socios de gobierno al tiempo que ha declarado querer un gobierno estable para Alemania. Por su parte, Merkel ha mostrado su disposición a dialogar y negociar con todos los partidos, sin embargo, no será fácil, pues los intereses de verdes y liberales son muy distintos. Con la negativa de los socialdemócratas a entrar en el gobierno, queda por delante la posibilidad de una coalición inédita entre democristianos, verdes y liberales.