El Bitcoin es una moneda digital ideada para que nada ni nadie pueda controlarla, en otras palabras, para dar a sus clientes una privacidad añadida, que en la era digital en la que nos encontramos sigue siendo cuestionable. Esa privacidad sin embargo, también puede llevar a operaciones ilícitas. Por ello, la Comisión Europea ha planteado unas normas que se deberán respetar si se quiere usar este medio de pago.
Esta moneda digital o criptodivisa puede utilizarse para intercambiar bienes y servicios como cualquier otra moneda en los lugares donde se acepte. Está pensada para evitar intermediarios. Aunque también tiene características donde se pueden utilizar para operaciones ilícitas, debido a que, al no existir un número de serie u otro tipo de mecanismo, no es posible rastrear la moneda. Por eso, la Unión Europea quiere endurecer su regulación.
El objetivo principal de la Comisión Europea es reducir el anonimato en estas transacciones, es decir, la comisión busca comprobar en un mayor grado la identidad de los usuarios que utilicen la moneda virtual Bitcoin. En caso de que se aceptasen las nuevas normas, las plataformas encargadas del intercambio de divisas, deberían incrementar el número de controles sobre la identidad de personas o entidades interesadas en realizar este tipo de transacciones. Además, deberán informar en caso de localizar actividades de carácter dudoso.
Las tarjetas de prepago, no estarían exentas de pasar por estos controles debido a que en algunas situaciones también han sido usadas por los terroristas. Y tanto los movimientos de Bitcoin como las transacciones realizadas con estas tarjetas, se compartirían con los estados miembros de la Unión Europea. Estas operaciones van a ser además reducidas a movimientos inferiores a 150 euros. En los atentados de París, se ha podido comprobar como los terroristas utilizaban esta forma de pago para ocultar sus identidades en las compras que realizaban.
Los propietarios de grandes empresas deberán compartir sus movimientos con el público en general, de forma que esta información seria visible para todo el mundo, creando una transparencia financiera.
No es más que un paso hacia delante para evitar que tanto la corrupción como el terrorismo, puedan seguir haciendo sus operaciones, o al menos ponerles trabas para evitar que sigan ocurriendo. Estas nuevas propuestas deberán ser aprobadas por el Parlamento Europeo y los estados miembros de la Unión Europea.