Desde 2010, son muchos los riesgos a los que se enfrentan las empresas atendiendo al Código Penal. Razón por la que “Derecho Penal Económico” y “abogado penalista” ha comenzado a cobrar importancia en el mundo de la economía y la empresa.
Las distintas reformas que ha experimentado el Código Penal en la última década han otorgado importancia a conceptos que, previamente, no se escuchaban tan frecuentemente. Al igual que en la crisis de 2012 la gente hablaba de la prima de riesgo como si de economistas se tratara, o como ocurrió en el 2020 con los ERTE y la pandemia, el Derecho Penal Económico es una rama específica del Derecho Penal de gran interés para los empresarios, grandes y pequeños, en los tiempos que corren.
Y es que, para que aquellos que no lo sepan se hagan una idea, mediante la LO 5/2010 aprobada por el Congreso de los Diputados, las personas jurídicas, es decir, las empresas, han dejado de ser impunes, pasando a ser sujetos susceptibles de cometer delitos y, por tanto, de ser condenados. En otras palabras, el Congreso eliminó en 2010 un aforismo del Código Penal que, en latín, decía lo siguiente: “societas delinquere non potest”. Dicho de otra forma y traduciendo dicha expresión al español, un elemento que impedía que una persona jurídica pudiera cometer delitos y ser condenada.
Pese a que en otros países ya se hacía, en España no se había permitido esto hasta el año 2010. Razón por la que es tan importante conocer qué es el derecho penal económico, así como esa mayor utilidad que presentan los abogados penalistas hoy en nuestra empresa.
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El Derecho Penal Económico
Cuando hablamos de Derecho Penal Económico, hablamos de una rama específica del Derecho Penal que se centra, por una parte, en las conductas delictivas que se pueden cometer en la actividad empresarial y, por otro lado, en aquellas que perjudiquen los intereses socioeconómicos del Estado. Entre los distintos tipos de delitos que este contempla, encontramos los que se producen contra la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, los delitos societarios y los delitos socioeconómicos.
En otras palabras, los delitos contra la Agencia Tributaria y la SS contemplan el fraude fiscal, el fraude con la SS, así como los delitos en contra de los derechos de los trabajadores. Por otro lado, como delitos societarios, pueden encontrarse la falsificación de documentos sociales y de cuentas, el blanqueo de bienes, imposición de acuerdos abusivos, así como todos aquellos delitos que perjudiquen a los socios. Mientras que, por último, entre los delitos socioeconómicos podemos encontrar, entre los más comunes, los delitos bursátiles, la publicidad fraudulenta, el blanqueo de capitales, entre otros.
Como vemos, son muchos los motivos por los que puede acusarse a una empresa de un delito económico. Pero ello no resta, precisamente, importancia a los castigos aplicados en cada uno de los sucesos citados previamente, pues hablamos de sanciones que van desde cuantiosas multas hasta la propia suspensión de actividades por un plazo de 5 años, por ejemplo; y todo ello, pasando por la disolución ordenada de la compañía, que incapacitan a la empresa a seguir en el mercado, con las consecuencias que esto tendría para la misma.
El abogado penalista: la herramienta
Que te cierren la empresa es un suceso al que ningún empresario le gustaría enfrentarse. Pero ello, en última instancia, no depende de nosotros, sino de un perfil profesional que, como el propio concepto, cada vez es más frecuente en el mundo empresarial. Y es que si ya nos cuesta entender qué es el Derecho Penal Económico, imaginemos cómo tiene que ser enfrentarse a un procedimiento de este tipo.
En este sentido, hablamos del abogado penalista. Un abogado que, entre otras muchas actividades, se encarga de reducir las consecuencias de la responsabilidad penal. Conoce cómo funciona el proceso penal a la perfección y nos orienta. Sabe a qué penas, multas y sanciones nos enfrentamos, a la vez que puede reducirlas. Actúa sin cometer errores que puedan perjudicar la situación para la empresa durante el procedimiento penal. Alcanza acuerdos satisfactorios para todas las partes del proceso a través de la negociación. Conoce nuestros derechos durante todo el proceso y los protege. Y todo ello, a la vez que actúa protegiendo, en todo momento, nuestros intereses y los de nuestra empresa.
Como vemos, hablamos de una especie de salvavidas que, en caso de que nuestra empresa se viese envuelta en un escándalo como los citados, podría incluso salvar a la compañía, si atendemos a las penas citadas. Por lo que, en un escenario cada vez más incierto, en el que existen cada vez más regulaciones y normativas, pocas son las razones para no acabar recurriendo a estos expertos en derecho penal económico; expertos que, en ocasiones, han acabado siendo el elemento que ha determinado el éxito o el fracaso de miles y miles de empresas en todo el mundo.