El PIB per cápita, ingreso per cápita o renta per cápita es una magnitud económica que resulta de la relación existente entre el nivel de renta de un país y su población. Para ello, se divide el producto interior bruto (PIB) de dicho territorio entre el número de habitantes. Con la intención de obtener un dato que muestre de algún modo el nivel de riqueza o bienestar de ese territorio en un momento determinado.
El empleo de la renta per cápita como indicador de riqueza o estabilidad económica de un territorio tiene sentido porque a través de su cálculo se interrelacionan la renta nacional (mediante el PIB en un periodo concreto) y los habitantes de este lugar.
Con frecuencia se emplea como medida de comparación entre diferentes países, con el objetivo de mostrar las diferencias en cuanto a condiciones económicas.
Fórmula de la renta per cápita o PIB per cápita

Es importante señalar que el PIB que suele emplearse a la hora de calcular ingresos per cápita es el expresado en términos nominales. En otras palabras, se utilizan precios vigentes de los bienes y los servicios producidos en dicho periodo y no constantes como son los del PIB real.
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No obstante, es a menudo un ratio discutido debido a que no aporta la información suficiente al ignorar importantes aspectos como la desigualdad en el reparto de riquezas en los países, el factor de la educación o el nivel de desarrollo de dichos lugares. Aunque normalmente existe una relación directa entre el nivel de renta de un lugar y el nivel de aspectos como la sanidad, la educación y el desarrollo, no siempre la renta per cápita es capaz de mostrar de manera absoluta y veraz el auténtico nivel de vida de un ciudadano en un país determinado.
En ese sentido, a menudo se dice que esta magnitud no expresa bien la realidad en situaciones de desigualdad o descontento social, especialmente en situaciones en las que la economía de un país crece pero esta mejora macroeconómica no siempre se refleja en la calidad de vida del ciudadano ni en su poder adquisitivo.