Oferta pública de venta (OPV): Qué es, tipos y usos

¿Qué es una OPV?

Una oferta pública de venta (OPV) es una operación donde uno o varios accionistas, o incluso la propia empresa, ponen a la venta sus acciones.

OPV: Explicación sencilla

Dicho de una manera mucho más simple, una Oferta Pública de Venta (OPV) es básicamente cuando una empresa decide vender acciones que ya existen. Esto puede llevarse a cabo por los dueños actuales de las acciones, que pueden ser algunos inversores o incluso la propia empresa.

Lo interesante de una OPV es que, aunque cambian las manos que tienen las acciones, la cantidad total de acciones de la empresa en el mercado sigue siendo la misma. Esto significa que no se crea ni se destruye capital en la empresa, solo cambia quién posee parte de ella. Es decir, no tiene ningún efecto en el capital social.

Hay dos formas de hacer una OPV: puede ser abierta a cualquier persona que quiera comprar acciones, o puede ser limitada a un grupo específico de inversores. Esto permite cierta flexibilidad en cómo se venden las acciones y a quién.

Es crucial no confundir una OPV con una oferta pública de suscripción (OPS). En una OPS, la empresa realmente crea y vende acciones nuevas, lo que sí aumenta el número total de acciones en circulación y también puede aumentar el capital de la empresa. En cambio, en una OPV, simplemente se venden acciones existentes a nuevos propietarios, sin aumentar el número de acciones.

Tipos de ofertas públicas de venta

Existen, principalmente, dos tipos de ofertas públicas de venta:

• OPV de acciones no cotizadas: Se trata de empresas que no estaban cotizando en el mercado bursátil y que quieren colocar por primera vez acciones en bolsa para lo que es necesario una solicitud de admisión a cotización.
• OPV de acciones cotizadas: Se refiere a empresas ya cotizadas, donde uno o varios accionistas mayoritarios ponen a la venta sus acciones.

Motivos por los que realizar una OPV

Existen varios motivos o razones para realizar una OPV. Entre ellos se encuentran:

• Cuando una empresa quiere cotizar en Bolsa. Necesita que al menos el 25% de las acciones que se ofrecen estén repartidas entre el público, a este requisito se le llama distribución suficiente.
• El deseo de un accionista significativo de desprenderse de un paquete accionarial.
• La colocación entre el público de las acciones propias que la sociedad mantiene en cartera (autocartera). En este caso, la OPV no la realizan los accionistas sino la sociedad (OPV restringida).

Cuándo invertir en una OPV

Invertir en una OPV y generar beneficios no es algo seguro. No obstante, existen ciertos momentos en los que nos compensa invertir en una oferta pública de venta:

• Siempre que hayamos analizado el valor. Tras analizarlo tengamos confianza en que después de su salida a bolsa se va a revalorizar. De este modo, no tendremos que acudir al mercado donde el precio de la acción puede haberse disparado.
• En momentos de crecimiento económico suelen ser exitosas. Por el contrario, en momentos de caídas de bolsa o inestabilidad de los mercados tienden al fracaso.
• Si los pequeños inversores tienen trabas para acceder a la OPV. Porque si la compañía realiza grandes campañas para captar a un público masivo suele ser una señal de alarma. Las grandes oportunidades no se ofrecen al gran público en general.

A pesar de todo lo anterior, cabe destacar, que esto son solo suposiciones. Lo más importante es analizar cada caso en particular y no dar nada por seguro.