La economía española sigue con su crecimiento económico, liderado principalmente por el empleo. Según las últimas cifras del Ministerio de Empleo, el estado español ha experimentado un gran incremento en sus cifras de afiliación a la Seguridad Social en el último año, lo que hace que las previsiones de crecimiento pronosticadas para su PIB se fortalezcan y mejoren.
La economía española continua con el crecimiento económico previsto por las instituciones financieras de mayor repercusión a nivel mundial. Observando los datos macroeconómicos que presenta el estado español, podemos ver como el país encadena cuatro años consecutivos de crecimiento tras la gran recesión.
Con el último trimestre, son ya 17 los trimestres que encadena en positivo la economía del estado español, esto muestra como el país posee una economía mucho más fortalecida y estable que otras economías punteras de la zona euro.
Según las últimas cifras de empleo, España ha tenido uno de los mayores registros de afiliación a la seguridad social de la Eurozona. Con 81.000 nuevos afiliados, España ha alcanzado un crecimiento en el empleo del 0,34%, un crecimiento que, pese a que no ha alcanzado las previsiones de 88.000 nuevas afiliaciones, muestra una recuperación bastante consolidada.
Con estos datos, el Instituto Nacional de Estadística (INE) pronostica un crecimiento económico para el estado español cerca del 3,2%. Con este ritmo de crecimiento, España continuaría la senda de la recuperación, siendo participe en el ranking de crecimiento de la Eurozona. Pese a que el ritmo de crecimiento sea inferior a diversos países europeos, es cierto que con un crecimiento del 3,2%, España se situaría por encima del crecimiento medio de la Zona Euro, el cual está en el 2,2%.
Este crecimiento viene dado por muchos factores, entre ellos se encuentra el crecimiento de la economía de la Unión Europea en su totalidad, debido al aumento en las exportaciones con el contexto proteccionista que presenta Estados Unidos, generando un gran impulso en el PIB Europeo y en las transacciones comerciales con el continente; por otro lado tendríamos el auge del turismo en España, siendo el líder dentro de los países de la zona euro y con gran expectativas de crecimiento; y por último tendríamos la reducción y el control de la rebelión catalana, un gran hándicap para la economía española, que está siendo resuelto con una moderación que reduzca el impacto.
Con estas previsiones, España podía cumplir uno de sus mejores registros en crecimiento desde la gran recesión, la cual sucumbió todas las economías. Con estas tasas de crecimiento –pronosticadas-, España lograría situarse entre los mejores registros de crecimiento de la recuperación.
Una mayor distribución en el empleo
El estado Español ha empezado 2018 con unas cifras de empleo más que alentadoras. Según los últimos registros, la Seguridad Social ha experimentado un incremento de 81.000 nuevas afiliaciones, lo que representa una gran mejoría para el empleo en España.
Mientras el gobierno pronosticaba un incremento de 88.000 nuevas afiliaciones, cabe decir que no ha sido para nada un fracaso, ya que representa un crecimiento del 0,33% en el empleo español. Por estas razones, este incremento en el empleo significa un gran avance para el empleo español, que ve como se va recuperando cada vez más.
Pese a la crisis económica y las últimas reformas en materia laboral, las cuales no favorecieron a la contratación, España está recuperando gran parte del empleo perdido durante el estallido de la crisis económica, además, según la patronal de Agencias de Empleo se augura para España una recuperación total del empleo perdido para el 2019, si la tendencia y la recuperación siguen por el camino que van a día de hoy.
Aunque el empleo está experimentando una clara mejoría, como todo, este está cambiando su composición y su crecimiento respecto a antes de la crisis. Los sectores que predominaban antes de la crisis y que en su conjunto integraban las mayores tasas de ocupados y de creación de empleo están moderando sus cifras, mientras que otros las están aumentando considerablemente.
Observando los datos, hemos podido observar como el crecimiento de sectores como el sector servicios ha sufrido una variación similar en el empleo que otros sectores predominantes como el de la construcción. Esto indica que la composición del empleo, pese a crecer, está creciendo de un modo más repartida y no tan dependiente de un sector en particular.
Aunque el objetivo final es el de crear empleo, crear empleo de un modo más repartido y menos dependiente de ciertos sectores consolida un empleo mucho más sano y estable, además de sostenible en el largo plazo por su mayor resistencia ante otras recesiones económicas. En los últimos meses hemos visto como ha aumentado muchísimo el empleo en el sector servicios, siendo este el poseedor de 3 de cada 4 empleos.
El sector servicios, como la economía, está sufriendo un cambio a día de hoy, trasladando empleos de servicios tradicionales como la hostelería y otras actividades relacionadas con el consumo de los hogares, a otra serie de servicios y actividades relacionadas con la empresa y servicios al profesional.
Este cambio refuerza un crecimiento menos dependiente del consumo de los hogares y las familias, que ha ido reduciendo su peso en el crecimiento económico del estado español y dándole un mayor peso a la inversión. Un crecimiento más liberalizado de un consumo que estaba sufriendo un estancamiento y que ponía al gobierno en serias dificultades para cumplir con las tasas de crecimiento económico.
Una economía más liberalizada: menos dependencia del consumo
Como hemos mencionado anteriormente, el crecimiento económico de España está trasladando casi todo el peso del crecimiento económico del consumo a la inversión, la cual coge cada vez más fuerza y mayor peso en el crecimiento económico del país.
Aunque las tensiones con Cataluña eran la principal causa de riesgo para el crecimiento de la economía española, el consumo tenia un gran peso y, sin embargo, no se estaba teniendo en cuenta.
El estancamiento del consumo en España era un gran lastre para su economía, ya que el impulso de su PIB dependía en su mayoría del consumo de los hogares. El consumo privado, aunque a priori no se tenía tanto en cuenta, era, como hemos mencionado anteriormente, el mayor componente del PIB español, con una representación de casi el 50% de la producción total.
Esta tendencia está cambiando, puesto que la inversión está empezando a tomar mayor importancia dentro del PIB español, un hecho que puede solventar el crecimiento económico del país en caso de una recesión en el consumo.
Esto es una gran ventaja para la economía española, que se está liberalizando de un crecimiento dependiente casi en su totalidad del consumo de los hogares, el cual estaba cada vez más resentido. Por lo que la economía española, por así decirlo, se está democratizando, diversificando los riesgos y repartiendo el peso de los factores que componen su crecimiento de la manera más equitativa posible.
Este hecho supondrá para el país un crecimiento mucho más consolidado y estable, ya que, como antaño no se hacía, está diversificando su crecimiento y creando una economía más liberalizada y menos dependiente.