La tasa de desempleo juvenil de España sigue cosechando resultados muy distantes frente al resto de países de la Unión Europea. Pese a la gran apuesta del país por la figura del emprendedor, el resto de políticas llevadas a cabo, podrían agravar la situación.
En los últimos años, en España, se ha hecho mucho hincapié en la necesidad de fomentar el emprendimiento y la creación de empresas, con el fin de seguir generando un modelo productivo sobre el que sustentar la economía nacional. El “boom emprendedor” que ha vivido el país en los últimos años, así como la gran apuesta que han realizado las empresas y el Gobierno en materia de emprendimiento ha despertado en muchos jóvenes el entusiasmo por iniciarse en la creación de empresas y negocios.
Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados por el Gobierno, el país sigue mostrando unas tasas de paro juvenil bastante elevadas. Según los datos que muestra el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el tercer trimestre de 2018, el país poseía unos niveles de desempleo juvenil del 33%. Situando al país, de este modo, como el segundo país con más desempleo juvenil de la UE. Siendo superado, únicamente, por Grecia, con una tasa del 42%. Unas cifras que muestran una clara vulnerabilidad para los jóvenes españoles, que, pese a poseer unos niveles formativos superiores a la UE, no logran encontrar empleo.
Estos datos dejan en entredicho si la labor que está realizando el Gobierno español, concretamente, están surtiendo efecto en la economía nacional. Pues, pese a todos los esfuerzos anteriormente mencionados, la tasa de desempleo juvenil sigue siendo muy elevada. Pese a la reducción que ha sufrido en los últimos años, esta se da de una forma muy gradual y sin alcanzar el punto óptimo para el país, lo que refleja los insuficientes incentivos que, desde el Gobierno, se están aplicando para corregir este problema.
Como digo, si miramos los datos que arrojaba el Gobierno en 2015, 2016 y 2017. La tasa de desempleo juvenil mostraba, respectivamente, unos niveles del 48,3% en 2015, un 44,2% en 2016, un 39,8% en 2017, así hasta el 33% que se muestra en 2018. Como vemos, unas cifras que distan, en exceso, de la media que arroja la Unión Europea, la cual se sitúa en el 16,8%. Como hemos comentado, una reducción muy progresiva e insuficiente que nos aleja de los países líderes de la UE, siendo la misma tasa para Alemania del 6,6%.
Políticas de bajo impacto
En los últimos meses, la OCDE, así como otros organismos económicos, han instado al Gobierno español a tomar medidas que logren reducir, de una vez, estos problemas de desempleo. Para determinados organismos, los niveles de crecimiento que está experimentando España, no se ajustan lo suficiente a las mejoras que está teniendo el país en determinados aspectos como el empleo y la potenciación del talento juvenil.
Para el Gobierno, estas incitaciones por parte de los organismos, anteriormente mencionados, han surtido efecto. Por ello, ya se han puesto en marcha determinados planes con el fin de reducir estos niveles, así como los niveles de desempleo total, los cuales también son bastante elevados en comparación con el resto de países miembros de la Unión Europea. Para ello, el Presidente ha optado por penalizar determinados aspectos que agravan la situación, siendo el primero el de los contratos temporales.
La excesiva carga de impuestos y las penalizaciones que está aplicando el país, hasta ahora, podrian derivar en un paro en seco, en cuanto a creación de empleo. Para el Presidente, penalizar el contrato temporal, en lugar de liberalizar e incentivar el contrato indefinido, es la opción correcta.
Al igual que ha ocurrido con los presupuestos. El Gobierno sigue planteando estrategias basadas en el aumento de los impuestos y la intervención gubernamental para mejorar la situación económica del país. Para el Presidente, subir las cotizaciones sociales a los autónomos, para aumentar el ingreso fiscal, ha sido la opción correcta. Sin embargo, no se ha tenido en cuenta el impacto que podrían tener esta serie de decisiones en la tasa de afiliados o en la puesta en marcha de nuevas empresas.
Por último, aunque los resultados que se han obtenido no sean tan negativos, pues España se muestra a la cabeza en la creación de empleo juvenil, si hago hincapié en lo comentado anteriormente. Pues España, sigue mostrando unos parámetros de empleo juvenil que distan mucho de homólogos como Alemania, la cual arroja unas cifras de 6,6%. Como se ha dicho, aunque España esté liderando la creación de empleo juvenil, debemos entender que, también, es de las que más jóvenes parados posee en el país, por lo que el margen de crecimiento es mayor.
A esto también debemos sumarle el mayor crecimiento que ha experimentado el país. Pues sería irresponsable decir que todo este empleo que se ha generado el país viene únicamente provocado por las políticas gubernamentales adoptadas. Si observamos los crecimientos de los países que conforman la Unión Europea, España muestra unas cifras de crecimiento que, aunque ahora hayan sufrido reajustes, superaban el 3%, mientras que otras desarrolladas de la eurozona superaban, sensiblemente, el 2%.
¿Cómo lo están haciendo el resto de los países?
Si observamos los países que lideran el crecimiento económico en la Unión Europea, en todos ellos se puede apreciar un factor común. Un factor que se repite en sus políticas y que muestra una de las principales razones que le están llevando a liderar unos ritmos de crecimiento superiores a otros países de la Unión Europea. Estos factores son la reducción de impuestos, así como la liberalización burocrática en el país. Sin embargo, basándose en la simple fórmula de presión fiscal que aplica la OCDE, la cual también utiliza el Gobierno de España, esta muestra una falsa percepción de la elevada presión fiscal que posee el país.
Además, si echamos un vistazo a los Estados Unidos, podemos apreciar como la gran rebaja fiscal que llevo a cabo Estados Unidos a principio de año, ha llevado a la economía norteamericana a liderar el crecimiento económico, así como a registrar cifras de pleno empleo en el país. Por ello, llevar a cabo una serie de políticas de carácter confiscatorio, basadas en el incremento de impuestos, así como en la penalización del mayor porcentaje de contratos que se crean en el país, podría tener un impacto negativo en la economía.
En conclusión, podemos ver como, pese al auge que ha tenido la potenciación del talento joven, canalizándola a través del emprendimiento, las tasas de desempleo juvenil siguen siendo muy elevadas. Los parámetros de desempleo juvenil siguen distando mucho de las cifras que arrojan los homólogos europeos.