Ante los bajos tipos de interés que ofrece el país nórdico, los inversores suecos se han visto abocados a buscar nuevos activos en los que invertir su patrimonio. Debido a la riqueza natural que posee el país, los inversores han centrado su foco de atención en sus reservas naturales, las cuales se han convertido en la alternativa de inversión más atractiva.
Los bosques suecos se han convertido en el mayor atractivo de inversión para los inversores, que ven como las otras alternativas de inversión de las que disponían, se continúan debilitando con la reducción de los tipos de interés que realizó el RiskBank (Banco Central Sueco) en 2014.
Suecia, al igual que Noruega y el resto de países nórdicos, siempre han formado parte del selecto grupo de las naciones más desarrolladas del mundo. Su buena gestión económica y su riqueza natural ha hecho que el país siempre se haya posicionado en lo alto de los rankings.
Las grandes reservas de petróleo y los inmensos bosques que poseen se han convertido en una fuente de riqueza, que en el caso de Suecia, han pasado a formar parte de los activos de inversión del país, alzando un 7% el valor de los mismos.
Tener el dinero en el banco o en la deuda publica sueca ha perdido todo el atractivo para los suecos, ya que el retorno que obtienen es muy reducido y, en algunos casos, nulo. Por este motivo los inversores suecos han empezado a invertir sus ahorros en bosques, dejando de lado las alternativas de inversión tradicionales. Inversión en bosques a los que algunos inversores ya han comenzado a llamarlos “el oro verde de Suecia”.
Desde el cierre del año pasado, donde el metro cuadrado de bosque se pagaba a 398 coronas (41,7 euros), el precio se ha elevado por encima del 7%, llegando a alcanzar las 419 coronas por metro cuadrado (44 euros).
Según Bloomberg, las principales razones de esta subida de precios ha sido, sin duda, los bajos tipos de interés que ofrece el país sueco. Además, el portal financiero Bloomberg añadió que los grandes propietarios de estos bosques suelen ser inversores que presentan ratios de endeudamiento muy bajos y que están aprovechando para pedir préstamos a los bancos y seguir aumentando sus posesiones con la compra de más parcelas.
Tierra de grandes inversores
Como comentábamos, Suecia es un país donde grandes empresas y grandes inversores centraron su foco de atención en la adquisición de bosques y tierras forestales.
Empresas que se dedican al sector de la papelería, como es el caso de Svenska Cellulosa, o grupos como Ikea y Sveaskog, dedicadas a la venta de muebles y maderas, se han convertido en los líderes de este mercado. Pese a estos grandes grupos, en Suecia también hay pequeños propietarios que poseen tierras forestales, alrededor de 330.000 pequeños propietarios poseen tierras de la que podría ser una de las nuevas millas de oro suecas o el rural Beverly Hills Sueco.
Según Markus Helin, director de mercado inmobiliario de la empresa LRF Konsult, cree que el nuevo “oro verde” tiene un largo recorrido aún y que se espera que atraiga a muchos nuevos inversores de todos los destinos del planeta, además de que los propios suecos quieren aumentar su superficie forestal e invertir en sus bosques aprovechando la prioridad que tienen por derecho, ya que ellos son inversores nacionales.
Pese a esto, muchas páginas especializadas en la compra-venta de este tipo de tierras en Suecia destacan que adquirir tierras forestales en el país nórdico no es una tarea compleja. Además, la baja oferta de inmuebles cercanos a las áreas metropolitanas suecas y el elevado precio de las mismas han hecho que los interesados en hacerse con una tierra en este país, opten por buscarlas en las zonas rurales, donde abundan los bosques.
Se vende la guinda, pero no el pastel
Algunos podrían pensar que Suecia estaría desperdiciando una oportunidad única de inversión que podrían aprovechar para ellos mismos, y la están exportando a posibles compradores extranjeros que podrían dañar el ecosistema del bonito país nórdico.
Para esto, Suecia se ha encargado de clasificar las tierras forestales en secciones, las cuales califican la tierra según su calidad y su fertilidad.
Las zonas forestales que se han puesto a la venta y son comerciables suelen ser zonas donde se han plantado determinadas especies de árboles para extraer beneficio de la madera del mismo. Dicho de otra manera, pocos de estos bosques o, en algunos casos ninguno, suelen ser primarios.
Esto hace que el país pueda atraer al inversor extranjero, potenciando de esta manera la IED (Inversión Extranjera Directa), pero a su vez, conservando sus principales bosques primarios y su ecosistema forestal. Una gran decisión para Suecia que podría convertirse en la nueva Dubái rural.