Una casa acarrea muchos más gastos de los que pensamos, por lo que en este artículo nos centraremos en los gastos fijos de un hogar y plantearemos varios consejos para ahorrar en esos gastos que no podemos eludir como propietarios.
Luz, agua, impuestos, seguros, reparaciones, hipoteca o comunidad, son algunos de los gastos de una casa. Algunos son variables, pero otros son fijos. Es decir, no podemos reducirlos a cero, pero sí ahorrar lo máximo posible en ellos.
A menudo, hay muchos gastos que no revisamos y seguimos con el mismo proveedor durante muchos años, sin pararnos a mirar siquiera otras alternativas. Este es el caso a la hora de elegir compañía eléctrica o contratar seguro hogar.
Para hacerlo más sencillo, hemos hecho un listado de gastos fijos que sí o sí debe acometer una casa y añadimos algunos consejos para ahorrar en ellos.
¿Qué gastos fijos tiene una casa y cómo podemos ahorrar en ellos?
Los principales gastos fijos de una casa son los siguientes:
- Impuesto sobre bienes inmuebles (IBI): Decía Benjamin Franklin que solo hay dos cosas seguras en la vida, una es la muerte y la otra son los impuestos. Este impuesto es municipal por lo que poco puede hacerse para ahorrar en él, pues depende del valor catastral que tenga nuestra vivienda. Este tributo grava la propiedad. Es decir, lo pagamos por ser propietarios de la vivienda.
- Tasa de basuras: Este tributo, al menos en España, depende de las corporaciones locales. O, dicho de otro modo, depende del Ayuntamiento. Por tanto, una vez más, tampoco podemos hacer mucho aquí. Esta tasa, como su propio nombre indica, se paga para acarrear con los gastos de recogida de basura.
- Seguro de hogar: Aunque no es obligatorio contratar un seguro de hogar, es muy aconsejable. Nunca se sabe cuando se puede romper una tubería, sufrir un robo o un incendio. Recuerda, en este caso que, si se rompe la cañería y le provocas daños y desperfectos al vecino de abajo, aunque no tengas la culpa, la responsabilidad es tuya. Ahorrar en seguros de hogar no tiene truco: comparar, comparar y comparar. Eso sí, a veces lo barato sale caro así que mira bien las coberturas y el bagaje de la compañía.
- Comunidad: Todo edificio tiene unos gastos para mantenerlo. La limpieza de las escaleras, la luz del ascensor y del portal, el seguro del edificio, pintar la fachada cada cierto tiempo, portería (si la hubiera), la administración de fincas, mantenimiento del garaje y gastos de otro tipo. Acude a las reuniones de la comunidad, revisa las cuentas y ofrece tu opinión. A veces los presupuestos de la comunidad no cambian porque nadie dice nada.
Hasta aquí los gastos fijos de un hogar. Pero, ¿y la luz? ¿Y el agua? ¿Y las reparaciones? ¿y la hipoteca o el alquiler? Lógicamente son gastos, pero podrías prescindir de ellos en casos en que la casa fuera de tu propiedad y no quisieras habitar la vivienda.
Es decir, puedes dar de baja la luz, el agua y no pagar hipoteca porque la casa esté pagada. También podrías tener una vivienda vacía y sin uso, por lo que no tendrías que hacer reparaciones. Sin embargo, la comunidad y los impuestos o tasas, no puedes eludirlos. Por su parte, el seguro (también prescindible) es muy poco recomendable no tenerlo.
En otro artículo hablaremos de los gastos variables y cómo ahorrar en ellos.