El target en marketing representa a los clientes potenciales o público que tienen como objetivo las empresas a la hora de hacerles llegar sus productos o servicios.
Es un concepto que tiene suma importancia dentro del área del marketing y la comunicación. Se tiene en cuenta dentro de los más diversos procedimientos. Por ejemplo, cuando se lleva a cabo la puesta en marcha de un proyecto se define el target al que va dirigido, sus servicios o productos, así como cuando se hace un estudio de mercado, un plan de marketing o un plan de negocio.
El target representa a ese perfil deseado por parte de la empresa para informarles y ponerles de manifiesto la existencia de productos indispensables para ellos.
Lanzar un producto sin conocer el target puede ser totalmente contraproducente y acarrear a la empresa un gasto enorme de dinero. Es algo que hay que hacer, de obligado cumplimiento por cualquier empresa que quiera poner en circulación sus productos en el mercado.
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¿Cómo se define el target?
Estas son las pautas más importantes para definir un target de manera correcta. Es importante realizar una serie de cuestiones e investigaciones previas para poder definirlo al máximo.
- Saber a qué tipo de sexo va dirigido el producto de una empresa. Hay que definir y segmentar, un producto no sirve para todo el mundo. Sería imposible contentar a la humanidad entera.
- Definir un rango de edad determinado. Se pueden crear grupos por edades, y dentro de esta opción escoger el más adecuado según las necesidades del producto y su uso.
- Conocer la cultura del país al que se dirige la marca. No es lo mismo vender productos a Rusia que tendrá una serie de características, cultura, que hacerlo en España o Japón. Es importante saber estos detalles para poder definir a la perfección el target.
- La profesión de la gente a la que va dirigido el producto.
- Conocer sus aficiones, y que hacen en su tiempo libre.
Este tipo de cuestiones ayudarán enormemente a la configuración del target, y supondrá un ahorro de tiempo y dinero futuros, ya que se definirá el perfil concreto al que van dirigidos los productos o servicios de una empresa.
Ejemplo de target
Un gimnasio desea poner en marcha unas clases de pilates para embarazadas. Se dirige a mujeres embarazadas con una franja de edad que puede estar entre los 25 y 45 años, por ejemplo. Mujeres deportistas, preocupadas por su salud y la del futuro bebé. Ese es su target.
Estas son algunas de las opciones que se irán investigando y respondiendo para conseguir la configuración de esa identidad tan perseguida y deseada por las empresas para sacar el máximo rendimiento a sus productos y aumentar sus ventas.
Alternativamente, el concepto de target, que en inglés se traduce como objetivo, podría estar asociado a la consecución de determinados objetivos empresariales no necesariamente relacionados con el marketing.