Acudimos a ellos a diario, incluso varias veces en un mismo día. Los supermercados forman parte de nuestra vida desde que llegaron a España en 1957, año en el que el ministro de comercio Alberto Ullastres decidió poner en marcha un plan para modernizar el sistema de comercio a través de la creación de una red de autoservicios de alimentación de titularidad pública. Estos nuevos establecimientos funcionaron tan bien que dos años más tarde, en 1959, se abrió el primer supermercado perteneciente a una empresa privada: Caprabo.
Con el paso de los años los supermercados que dependían del Estado fueron desapareciendo, dejando el sector en manos de las empresas privadas. Éstas han sabido adaptarse a los tiempos que corren, apostando por el e-commerce y basando su estrategia comercial en la fidelización de clientes. Sin embargo, parece que la tecnología podría cambiar este paradigma en los próximos años a través de la creación de grandes superficies completamente automatizadas
Lo de la automatización no es nada nuevo, ya se lleva años hablando del impacto que podría tener a largo plazo la sustitución de trabajadores por robots. Las máquinas, y ahora también las que se conocen como inteligencias artificiales, han sido empleadas para mejorar aquellos procesos creados por el hombre. Por ejemplo, un robot que realiza una operación de manera más precisa siguiendo las instrucciones previas de un médico, las cadenas de montaje de las grandes fábricas o incluso soportes puramente electrónicos como un generador aleatorio de números, un dispositivo empleado generalmente por gigantes del sector del juego online como PokerStars a fin de evitar fraudes o para crear contraseñas más seguras. Sin embargo, la tendencia actual es la de considerar a estas nuevas tecnologías como el soporte de la industria y no como un complemento a la misma.
Los supermercados no se han quedado atrás en este nuevo modelo empresarial. Así en nuestro país ya es habitual contar cajas automáticas, esto es, cajas en las que los usuarios pasan los productos adquiridos por un sensor que lee sus códigos de barras para posteriormente efectuar el pago de los mismos de manera autónoma. De esta forma, los clientes pueden saltarse el paso de esperar largas colas para que les cobre una persona física. De momento, este nuevo sistema no ha supuesto una gran pérdida de puestos de trabajo para los empleados de estas superficies comerciales ya que la gran mayoría de ellas cuentan con uno o varios trabajadores vigilando el perfecto funcionamiento de estas cajas automáticas. Con todo, sí se han producido despidos, una cifra que podría ampliarse hasta la totalidad de instalarse en nuestro país los supermercados sin cajas.
El responsable de esta nueva visión comercial no es otro que el gigante del comercio electrónico Amazon. Tras dar el salto a la producción de su propia línea de ropa y al mundo de las plataformas de vídeo en streaming, la compañía de Jeff Bezos puso en marcha un proyecto pionero: los supermercados Amazon Go. Estas tiendas de comestibles funcionan de manera totalmente automatizada, de tal forma que los clientes entran, cogen aquello que desean y se van. El mecanismo de pago se realiza a través de los teléfonos móviles de los clientes, que deben pasarlos por un escáner en el momento de entrar en el local. A través de un cuidadoso sistema que combina cámaras, deep learning y múltiples sensores se determinan los productos que cada cliente ha cogido y se le carga su importe monetario en su cuenta de Amazon.
Cuando Amazon dio luz verde a este innovador sistema comercial allá por el 2016, fueron muchos los que pusieron en tela de juicio su efectividad. Incluso para la propia compañía esta primera tienda en Seattle funcionó a modo de “experimento”, algo que se puede apreciar en la decisión de abrir tan solo un supermercado y no varios, repartidos por las ciudades más importantes de Estados Unidos. Sin embargo, parece que el experimento salió a las mil maravillas ya que en la actualidad Amazon cuenta con tres supermercados sin cajas en Seattle y uno en Chicago. Además, Bezos tiene la intención de abrir un total de 10 tiendas más antes de que finalice este 2018, dos de ellas en las ciudades de Nueva York y San Francisco. Pero las metas de la compañía americana para la industria del retail alimenticio no se quedan aquí puesto que Amazon planea abrir más de 3.000 tiendas Amazon Go de aquí al 2021. Según los analistas de Juniper Research, la apertura de estas nuevas tiendas sin cajas se traduciría en un volumen de mercado de 45.000 millones de dólares con un total de 32 millones de usuarios que dejarían de lado los supermercados e hipermercados tradicionales para dar el salto a este nuevo tipo de superficies comerciales.
¿Qué ocurre en Europa?
En Europa esta tendencia ha tardado en llegar dos años pero finalmente se ha materializado como una realidad. La cadena de supermercados más famosa de Holanda, Albert Heijn, viene de inaugurar su primera tienda sin empleados. El sistema de pago es diferente a la de Amazon Go, pues los clientes deben pagar cada producto en el momento en el que lo cogen empleando para ello la tarjeta Tap to Go del supermercado. De momento, este sistema solo está operativo en dos supermercados de la capital holandesa pero la franquicia espera extenderlo a todas sus tiendas.
Esta fuerte apuesta por parte de las empresas del sector se une a los datos obtenidos mediante una encuesta realizada por RIS News y recogidos en un informe por la compañía eMarketer. Estos datos revelan que el 59% de los estadounidenses prefiere efectuar sus compras en locales totalmente automatizados en lugar de en supermercados tradicionales. De esta forma, todo parece indicar que este tipo de superficies comerciales llegarán a nuestro país muy pronto, llevando a la obsolescencia al sistema actual que conocemos. La tecnología le ha ganado la batalla a la atención directa al cliente.