Hoy en día, las tarjetas han pasado a ser el medio de pago predilecto de los consumidores. El efectivo va perdiendo peso y en cada compra, por comodidad en el pago, se recurre al plástico. Sin embargo, imaginemos que un día buscamos en nuestros bolsillos y la tarjeta no aparece. El pánico se apodera de nosotros, ¿nos han robado? ¿Hemos perdido la tarjeta? ¿Cómo actuamos para proteger nuestro dinero?
En primer lugar, habrá que hacer todo lo posible por la seguridad de nuestros ahorros. A continuación, se tratará de reponer la tarjeta de crédito que hemos perdido o que nos han sustraído. Bien es cierto que lo que más preocupa a los consumidores que sus tarjetas de crédito sean utilizadas por otras personas. Eso sí, tomando las medidas adecuadas podemos evitar estas desagradables situaciones.
Notificar la pérdida, comprobar movimientos y denunciar a la policía
Una vez se haya producido el hurto o extravío de la tarjeta de crédito, lo fundamental será notificar la pérdida lo antes posible. Para ello, lo mejor es incluir en la agenda del teléfono móvil el número de la entidad bancaria o llevarlo anotado en un papel en la cartera. Llamando al correspondiente banco nos atenderán las veinticuatro horas del día. Nada más dar parte, nuestra entidad procederá a bloquear la tarjeta de crédito.
Una vez puesto en conocimiento del banco la pérdida de la tarjeta, esta ya no podrá ser utilizada. Como decíamos anteriormente, se trata de evitar que terceras personas utilicen nuestra tarjeta y de poner a buen recaudo nuestro dinero.
Tras comunicar la pérdida de la tarjeta, pasarán unos días hasta que podamos disponer de una nueva. Así pues, tendremos a disposición una tarjeta idéntica, aunque con una clave distinta.
No olvides comprobar los movimientos de tu cuenta bancaria
Conviene comprobar los movimientos en la cuenta corriente. Hay que asegurarse de que nadie haya tenido acceso a la cuenta bancaria, haya retirado fondos o haya efectuado compras con la tarjeta. Por lo que es mejor comprobar minuciosamente los movimientos. Y, en caso de tener lugar cargos extraños o demasiado elevados, comunicárselo a nuestro banco con la mayor brevedad. Lo mejor es ponerse manos a la obra lo antes posible y revisar uno por uno los cargos en cuenta.
Los robos y extravíos de tarjetas suelen tener lugar en la calle, por lo que regresar a casa suele llevar un tiempo. Para revisar rápidamente los movimientos en cuenta, por fortuna, las entidades bancarias han desarrollado aplicaciones con las que comprobar el estado de nuestras cuentas.
Simplemente con un móvil, se puede saber inmediatamente si ha tenido lugar algún movimiento fuera de lo normal.
Denuncia ante la policía
Más allá de poner en conocimiento del banco la pérdida de una tarjeta, tampoco hay que olvidar que se puede poner una denuncia ante la policía. Esto puede ser de gran utilidad si somos víctimas de un robo. De este modo, la policía podrá actuar mejor y lo antes posible. De esta manera podrá recuperar las cantidades que le han sustraído al usuario y dar con el autor del robo.
A todo ello también hay que añadir que la denuncia será de gran importancia en caso de acudir a juicio con el banco por la pérdida o hurto de la tarjeta. Es decir que, si se realizan actividades fraudulentas con nuestra tarjeta, estaremos más protegidos ante la ley.
Más vale prevenir que curar
Ahora bien, la mejor estrategia siempre es la prevención. Así, cuando acudimos a los cajeros automáticos, lo mejor es tomar una serie de precauciones. Lo fundamental es asegurarse de que estamos solos, sin nadie a nuestro alrededor haciendo movimientos extraños. También hay que tener en cuenta que los cajeros situados en el interior de la entidad bancaria son mucho más seguros que los cajeros situados a pie de calle.
Respecto a la contraseña, es mejor memorizarla. Llevarla apuntada en un papel supone un riesgo considerable si cae en manos de terceras personas.
No obstante, no todo van a ser hurtos. Existen otras situaciones en las que podemos perder la tarjeta como consecuencia de nuestra propia responsabilidad. Esto ocurre cuando nos equivocamos al introducir la clave. Los cajeros automáticos nos dan tres oportunidades para introducir el pin correcto, de lo contrario, el dispositivo se tragará la tarjeta. En este caso, deberemos acudir a la oficina del correspondiente cajero e informar de lo ocurrido. Al demostrar que somos los titulares de la tarjeta, no habrá ningún problema para recuperarla.