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David Lopez

David López Cabia

Redactor en Economipedia. Licenciado en Administración de empresas y Máster de Profesorado por la Universidad de Burgos (España). Máster de Asesoría Jurídica por la Universidad Internacional de la Rioja. Docente de profesión, economista de formación, apasionado de la Historia y escritor de novela histórico-bélica en los ratos libres.

Artículos publicados por David López Cabia en Economipedia

Lawfare: Qué es y en qué consiste

El lawfare o guerra jurídica consiste en la utilización del poder judicial para desacreditar o atacar a los adversarios políticos.

¿En qué consiste?

El origen del término lawfare proviene de una combinación de palabras inglesas: law (ley) y warfare (situación de guerra).

Las formas posibles de lawfare son muy diversas. Es posible emplear el poder judicial para torpedear la carrera de los rivales políticos, acosarlos desde el punto de vista financiero o incluso para hacer caer gobiernos.

Si la guerra judicial se emplea para provocar la caída de un gobierno, estaríamos ante lo que se conoce como “golpe blando”. Esto significaría que un gobierno ha sido depuesto sin recurrir a las fuerzas armadas.

Características

Entre los rasgos esenciales del lawfare cabe señalar los siguientes:

  • Utilización del poder judicial para alcanzar un objetivo político concreto. El poder judicial no aplica correctamente la ley, sino que la aplica con fines políticos.
  • Debe haber un acuerdo entre el poder judicial, funcionarios, lobbys y un sector de las altas cúpulas políticas.
  • Tiene un impacto significativo en la gobernabilidad del país y en la política.
  • Su finalidad no es judicial. Se pretende atacar o debilitar a gobiernos, personalidades políticas o partidos políticos.
  • No solo se emplea para atacar a un gobierno, sino que también se considera lawfare si se utiliza el poder judicial contra partidos políticos de la oposición.

Contexto

Para que el lawfare o guerra jurídica se produzca, debe producirse un contexto político y judicial determinado. Estas son las circunstancias o los requisitos de partida que pueden dar lugar a la llamada guerra jurídica:

  • Nombramiento, traslado, ceses o renuncias forzadas de jueces a propósito para una situación determinada.
  • Distorsión de las normas aplicadas por parte de jueces y fiscales.
  • Incumplimiento o alteración en las distintas fases de los procesos judiciales.
  • No existe un criterio claro y específico a la hora de aplicar la normativa vigente.
  • Los funcionarios son condicionados con recompensas o reciben amenazas y presiones para aplicar la ley de una determinada forma.

¿Cómo se hace el lawfare?

En primer lugar, para emprender una guerra jurídica es necesario disponer de un caso judicial contra un rival político. De este modo, la justicia es utilizada como arma política.

A través de un juicio, los poderes políticos e incluso económicos pueden desprestigiar y desmoralizar a un determinado sector político. De este modo, la maquinaria judicial del Estado no aplica correctamente la ley, sino que la utiliza para alcanzar unos objetivos políticos concretos.

Por otra parte, cabe mencionar que los medios de comunicación también pueden jugar un papel importante en la guerra jurídica. Así, la prensa dará cobertura de manera masiva a este proceso judicial, pudiendo llegar incluso a la manipulación informativa.

En el marco de la lawfare se producen situaciones de manipulación informativa, dando lugar a la difusión de las denominadas “fake news”. Se trata de un proceso de linchamiento judicial y político que puede conducir al rival a prisión y al colapso financiero.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el proceso judicial debe ser de alta intensidad y larga duración. De este modo, se minará la moral y los recursos del adversario político.

Formas de hacer lawfare

Para desprestigiar y hacer caer a los rivales políticos, las formas de recurrir al lawfare son muy diversas. Entre ellas, las más destacadas son:

  • Utilización del derecho para conseguir objetivos políticos.
  • Manipulación del poder judicial.
  • Abuso del derecho para desprestigiar al adversario político.
  • Utilización de los medios de comunicación para difamar al oponente político.
  • Críticas a la legalidad internacional como recurso para hacer frente a los abusos del Estado.
  • Emplear la ley para desacreditar al rival político.
  • Utilizar represalias hacia aquellos oponentes que intenten valerse de recursos legales que les protejan de la guerra jurídica.
  • Buscar la persecución financiera de los oponentes políticos.

Lawfare y derechos humanos

El acoso judicial contra el rival político suele estar relacionado con un grave deterioro de los derechos humanos. Esta distorsión del derecho puede terminar volviéndose contra los propios políticos y funcionarios.

Al no producirse una aplicación correcta de la ley, al buscar un objetivo político frente a la aplicación correcta de la justicia, se producen violaciones de los derechos fundamentales.

La judicialización de la política comienza con una acusación no necesariamente fundada, pero con gran impacto. A continuación, la difusión mediática del proceso judicial estigmatiza al rival político.

Así, la sentencia ya estará predeterminada. No importará si el adversario es verdaderamente inocente o culpable.

En definitiva, tan solo se está dando una apariencia de legalidad a lo que supone una persecución del oponente político.

  • Derecho
  • Diccionario económico

Nueva Rumasa: Qué fue, red de sociedades y estafa

¿Qué fue Nueva Rumasa?

Nueva Rumasa fue un entramado empresarial español que englobaba negocios inmobiliarios y turísticos, así como también bodegas y compañías alimentarias.

Una red de sociedades

Nueva Rumasa estaba conformado por un complejo entramado de sociedades. Sin embargo, estas empresas no contaban con una matriz común.

Pese a todo, el entramado societario estaba en manos de la familia Ruíz Mateos. Así, las empresas de Nueva Rumasa estaban inscritas en paraísos fiscales y países con bajos niveles impositivos.

Nueva Rumasa comenzó su andadura en 1996, cuando la familia Ruíz Mateos destinó los recursos que no les habían sido expropiados para crear un nuevo entramado de sociedades.

Las empresas de la familia Ruíz Mateos se caracterizaron por operar de manera poco transparente y por contar con una intrincada estructura financiera.

La estafa bancaria

Nueva Rumasa llegó a disponer de 4.067 cuentas abiertas en 117 bancos distintos. Todo ello complicaba su seguimiento desde el punto de vista legal y financiero.

Las deudas fueron creciendo en Nueva Rumasa hasta situarse en 577 millones de euros en el año 2009. El entramado empresarial no podía hacer frente a los pagos más inmediatos y desde el punto de vista financiero no podía continuar con su actividad.

Aquel año debían pagar una deuda de 197,5 millones de euros y el siguiente estaban en la obligación de abonar otros 194,6 millones de euros. Era urgente conseguir financiación para poder afrontar semejante nivel de endeudamiento.

Para ello, Nueva Rumasa optó por el descuento de efectos. A su vez, se crearon 25 sociedades que emitían facturas de operaciones inexistentes. Estas facturas se entregaban a las entidades financieras para conseguir el descuento de efectos.

A través de esta estafa, Nueva Rumasa logró conseguir el dinero que necesitaba. Pero este tipo de fraude acabó convirtiéndose en algo piramidal, pues Nueva Rumasa debía devolver los fondos dispuestos al tiempo que aumentaban sus gastos financieros.

Engaño a los inversores

Al no poder conseguir más financiación bancaria, Nueva Rumasa optó por ocultar su dramática situación financiera a sus acreedores. La situación del entramado empresarial era crítica y la familia Ruíz Mateos debía hacer frente a sus desorbitados gastos personales.

Los siguientes en ser estafados serían los inversores. Para ello, Nueva Rumasa recurrió a una intensiva campaña de publicidad en medios de comunicación. Ofreciendo una imagen de solvencia y fortaleza, la compañía animaba al público a invertir en sus pagarés.

A cambio del préstamo mediante un pagaré, Nueva Rumasa prometía una atractiva rentabilidad a los futuros inversores. Para ello, los inversores debían hacer una aportación mínima de 50.000 euros, cuantía que se estableció sin tener en cuenta los límites marcados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

En el posterior juicio se acreditó que, a través de estos pagarés, Nueva Rumasa consiguió más de 243 millones de euros entre 2009 y 2011. Por otra parte, Nueva Rumasa debía abonar 48 millones a sus inversores en concepto de intereses.

La estafa adquirió una estructura piramidal. Los primeros inversores lograron cobrar sus intereses, pero, a medida que el número de inversores aumentaba, la espiral de deuda se incrementaba hasta alcanzar los 289,1 millones de euros.

¿Dónde estaba el dinero?

El dinero obtenido fraudulentamente se destinó a propiedades inmobiliarias, vehículos de la familia Ruíz Mateos y se ingresó en cuentas en el Banco Etcheverría.

Las retiradas de fondos diarias y los ingresos en efectivo permitían ocultar los traspasos entre cuentas.

El rastreo del dinero se tornó especialmente complicado, puesto que las sociedades de Nueva Rumasa estaban domiciliadas en países opacos como Belice, Panamá, Suiza, Andorra, Holanda, Estados Unidos y Chile.

El final de los Ruíz Mateos

En 2011 la situación financiera de Nueva Rumasa era insostenible y se puso en marcha un concurso de acreedores voluntario.

Los Ruíz Mateos eran conscientes de que no podrían devolver las cantidades estafadas. Para ello pusieron al frente de sus empresas a los liquidadores Gerardo Díaz Ferrán y Ángel de Cabo Sanz.

Estos liquidadores compraron las empresas de los Ruíz Mateos, permitiendo a la familia conservar el 80% del patrimonio y quedándose ellos con el 20% restante.

En 2017 se abrió juicio a Ángel de Cabo Sanz, Gerardo Díaz Ferrán y seis de los miembros de la familia Ruíz Mateos por blanqueo de capitales, estafa agravada, blanqueo de capitales y delitos contra la Hacienda Pública.

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Caso Bankia: orígenes, salida a bolsa y juicio

El caso Bankia fue un escándalo que provocó el desplome en bolsa de la entidad financiera Bankia y arruinó a miles de inversores.

Bankia surgió como consecuencia de la fusión de entidades financieras como Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, Caja La Rioja, Caja Ávila, Caja de Canarias y Caja Segovia.

En 2011 la entidad salió a bolsa para conseguir el capital necesario que se le exigía desde el Banco de España y las instituciones europeas. Un año después, el valor de las acciones de Bankia cayó en picado, por lo que los accionistas perdieron casi todo el capital invertido.

La entidad fue nacionalizada y se devolvió el capital invertido a los pequeños inversores. El escándalo fue especialmente polémico por el falseamiento de la información contable y la estafa a pequeños inversores.

Origen

En el año 2004 la economía española crecía a buen ritmo y el sector de la construcción atravesaba tiempos de bonanza. Caja Madrid presentaba unos excelentes resultados, pero el Banco de España advirtió a la entidad sobre el elevado riesgo para recuperar sus créditos hipotecarios.

La solvencia empeoró progresivamente, al tiempo que la concesión de créditos a particulares y promotores inmobiliarios aumentaba de manera desmedida. Los préstamos hipotecarios llegaban incluso a financiar más del 80% del coste de la vivienda.

En 2008 comenzaba la gran recesión y en 2009, lo que habían sido avisos se convirtieron en signos alarmantes. Los impagos hipotecarios aumentaban y el riesgo de promoción representaba alrededor del 20% del riesgo de crédito de la entidad.

Para mayo problema de la entidad, Caja Madrid estaba comprando los activos a sus promotores asumiendo unos costes excesivos.

Fusiones y nacimiento de Bankia

Ante los evidentes signos de una deficiente gestión, se decidió reemplazar a Miguel Blesa al frente de la entidad. Finalmente, en 2009, se designó a Rodrigo Rato para dirigir la cuarta mayor entidad financiera de España.

Caja Madrid se hallaba en una situación financiera realmente complicada, padeciendo importantes problemas de morosidad y solvencia. Mientras tanto, el ejecutivo español propuso una reestructuración del sistema financiero. Esta reestructuración implicaba la fusión de entidades bancarias con el apoyo de recursos económicos públicos.

De este modo, en 2010, Bankia surgió de la fusión de Caja Madrid, Caja Ávila, Bancaja, Caja de Canarias, Caja de Segovia, Caja de Ávila, Caixa Laietana y Caja de la Rioja.

Sin embargo, dicha fusión implicaba la unión de cajas de ahorros con elevados niveles de riesgo y morosidad. Así pues, la fusión solo sirvió para agravar los problemas de las entidades financieras.

La caída de Bankia

Urgía dar respuesta a los manifiestos problemas de solvencia de Bankia. La entidad necesitaba captar recursos y en el verano de 2011 desembarcó en la bolsa de valores.

Bien es cierto que se produjeron algunas advertencias entre los inspectores del Banco de España, pero, finalmente, el regulador bancario español no se opuso a la salida a bolsa de Bankia.

Los organismos reguladores y el gobierno valoraron positivamente la salida a bolsa de Bankia. Un total de 340.000 pequeños inversores e instituciones proporcionaron al banco un total de 3.092 millones de euros.

En mayo de 2012 Bankia se desplomaba y los accionistas perdían casi todo el capital invertido. Ante la caída de una entidad financiera de la dimensión de Bankia, el gobierno español solicitó a Europa el rescate financiero para socorrer a la banca. Por otra parte, Rodrigo Rato fue destituido como presidente de Bankia.

Los pequeños ahorradores accionistas acudieron a los juzgados y obtuvieron sentencias favorables, lo que, en 2016, les permitió recuperar su dinero.

La caída de Bankia tuvo un impacto muy negativo en el conjunto de la economía española y generó una gran polémica social. Entre los motivos que provocaron esta controversia se encuentran cuestiones como el falseamiento de cuentas, la falta de supervisión de los organismos reguladores y delitos de estafa.

Por lo que respecta a Bankia, se fusionó con CaixaBank, mientras que el Estado decidió mantener una participación del 16% del capital.

El juicio

Lo ocurrido en Bankia fue judicializado. Tras cinco años de instrucción, la justicia determinó que el Banco de España realizó una adecuada labor de supervisión,

Asimismo, la sentencia también determinaba que el folleto emitido por la propia Bankia contenía la información necesaria para los inversores y que advertía de los posibles riesgos.

Los acusados fueron absueltos debido a la ausencia de pruebas de actos contrarios a la ley. Todo ello se debió a la falta de documentación acreditativa y tras escuchar los testimonios de peritos y testigos.

Rodrigo Rato, quien estuvo al frente de Bankia, fue acusado de delitos como falsedad contable y estafa junto a otros treinta y tres directivos de la entidad. Todos ellos fueron absueltos.

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Bonos MEFO: Qué fueron, origen y contexto histórico

¿Qué fueron los bonos MEFO?

Los bonos MEFO (Sociedad de Investigación Metalúrgica S.L.) fueron unas letras de cambio emitidas por el Tercer Reich que se utilizaron para financiar el rearme alemán y estimular el gasto público.

Origen

Estos bonos MEFO debían su nombre a la compañía Metallurgische Forschungsgesellschaf (Sociedad Metalúrgica S.L.) y fueron puestos en circulación en el periodo de entreguerras.

La idea fue obra de Hjalmar Schacht, presidente del Banco Central del Reich y fue una fuente de financiación de gran liquidez que permitió financiar la carrera armamentística de la Alemania nazi.

Gracias a estos bonos MEFO, el Tercer Reich logró conseguir los recursos que necesitaba para rearmarse. Todo ello le permitía burlar las estrictas restricciones del Tratado de Versalles, pues eran un instrumento financiero difícil de rastrear.

Contexto histórico

Tras la Primera Guerra Mundial y los devastadores efectos de la hiperinflación, la economía alemana atravesaba uno de sus peores momentos históricos.

El Tratado de Versalles había obligado a Alemania a pagar las reparaciones de guerra. Ante la imposibilidad de pagar unas indemnizaciones astronómicas, las tropas francesas y belgas ocuparon el Ruhr entre 1923 y 1925.

Los planes del dictador alemán Adolf Hitler implicaban el rearme de Alemania. Para ello, era vital revitalizar la economía alemana e impulsar la industria pesada.

Pero el Tratado de Versalles impedía expresamente el rearme alemán y lo habitual era que los gobiernos acudiesen a los mercados monetarios para solicitar dinero prestado.

Para ello, el presidente del Banco Central Hjalmar Schacht propuso la creación de los denominados bonos MEFO. Estos títulos eran negociables, transmisibles entre empresas y su rentabilidad estaba condicionada a la obtención de beneficios.

Sociedad pantalla

Para poder poner en marcha la emisión de estos bonos, Hjalmar Schacht propuso la creación de la Sociedad Metalúrgica S.L. Se trataba de una empresa sin oficinas ni empleados. En definitiva, los nazis utilizaron una sociedad pantalla.

Estos bonos emitidos por la Sociedad Metalúrgica S.L. se emitieron a seis meses y brindaban una rentabilidad del 4%. Semejante rentabilidad los hacía muy atractivos frente a las demás opciones de inversión de la época.

Para evitar que la inflación se descontrolase, los bonos MEFO no fueron cambiados por Reichsmarks. Asimismo, el tamaño de las emisiones de estos bonos fue celosamente guardado en secreto, pues, desde el punto de vista económico y político suponía una jugada muy arriesgada.

Una maniobra muy peligrosa

La emisión masiva de deuda suponía una decisión muy peligrosa para la economía alemana. El Tercer Reich corría el peligro de alcanzar unos niveles de endeudamiento insostenibles.

Para mayor dificultad el Banco Central del Reich tenía limitada la cantidad de fondos que podía prestar al gobierno alemán.

Gracias a los bonos MEFO, Alemania dispuso de miles de millones que permitieron estimular la industria pesada y costear la construcción de obras públicas al tiempo que se financiaba el rearme.

Los bonos MEFO circularon como si se tratase de una especie de divisa paralela, pues eran ampliamente utilizados en las operaciones entre empresas. Esto permitió que la inflación no se desbocase.

La opacidad también contribuyó al éxito de los bonos MEFO, pues no había demasiada información respecto a sus tipos de interés y su grado de fiabilidad.

Por otra parte, al permanecer dentro del circuito económico alemán, pasaron inadvertidos ante las potencias extranjeras, lo que permitió burlar las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles.

De este modo, la Alemania nazi pudo sufragar la creación de un poderoso ejército, preparándose para un nuevo gran conflicto mundial y con una economía que se encaminaba hacia la dependencia de las conquistas militares.

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Contrato de edición: qué es, obligaciones y tipos

¿Qué es un contrato de edición?

Un contrato de edición es un acuerdo entre el autor de un contenido y el editor mediante el cuál el autor cede la explotación comercial de la obra a cambio de una retribución económica.

Contrato de edición: Explicación sencilla

Se trata de un instrumento legal en el que ambas partes acuerdan la cesión del derecho a publicar, distribuir y vender la obra del autor por parte del editor.

Así, el editor se ocupará de reproducir y comercializar la obra, mientras que el autor deberá recibir un porcentaje de las ventas como compensación económica.

Es muy utilizado en los sectores de los libros, periódicos, música o arte. Este tipo de contratos facilitan que el autor de una pieza pueda dedicar más tiempo a crear otras nuevas, ya que el editor se encarga de distribuirla y generarle ingresos.

Obligaciones del editor

  • Reproducir la obra tal y como se había pactado en el contrato de edición. De hecho, el editor solo podrá efectuar cambios cuando reciba el visto bueno del autor.
  • En el caso de ser una obra distribuida de forma física, el editor tendrá el deber de proporcionar alguna muestra que el autor le solicite con el fin de corroborar que es de la calidad exigida.
  • El editor deberá publicar y distribuir la obra en el lugar y tiempo acordado.
  • Abono al autor de la retribución pactada, que, generalmente, suele ser del 10% de las regalías por ventas.
  • Devolución al autor de la obra física original publicada. Al finalizar el contrato, el editor no podrá retener los manuscritos en caso de que sea un libro originales ni copias en distintos formatos.

Obligaciones del autor

  • Poner la obra a disposición del editor en los plazos pactados.
  • Responder de la autenticidad y originalidad de la obra. Así, ante casos de plagio, el autor responderá por las infracciones correspondientes.
  • Comprobar los ejemplares que se van a distribuir de forma física y los detectar posibles errores.

Contenido del contrato de edición

Para evitar desavenencias y malentendidos entre editor y autor, el acuerdo debe quedar formalizado mediante un contrato escrito. Para que el contrato tenga validez debe estar firmado por ambas partes.

En cuanto a los aspectos económicos, el contrato debe especificar qué porcentaje de las regalías corresponde el autor y qué fracción de las regalías corresponde al editor. Por otra parte, existe la posibilidad de pactar anticipos de remuneraciones al autor.

No menos importante, es determinar el ámbito geográfico en el que se va a comercializar la obra. Por ello, será necesario determinar en qué territorios se comercializará la obra. En el caso de ser un libro, también hay que plasmar las cuestiones relativas a la traducción. A este respecto, cabe señalar que es fundamental concretar en qué lengua será publicada la obra.

Editor y autor también deben acordar el número de ejemplares que conformarán cada edición, así como los medios para su distribución. Esto implica determinar si se recurrirá a distribuidores físicos, plataformas online o plataformas de producción bajo demanda. A este respecto cabe señalar que también hay que concretar el formato (físico y digital) en que se publicará la obra.

Para evitar que la espera hasta la publicación de la pieza se torne interminable, editor y autor deben acordar cuál será el plazo de edición hasta su salida al mercado.

Igualmente, editor y autor deben recoger en el contrato de edición el periodo de tiempo por el que el autor cederá la explotación de la obra al editor.

Otro punto a tener en cuenta es la posible exclusividad en la distribución de la pieza. Si el editor tiene exclusividad, también se deberá reflejar en el contrato.

Tipos de contrato de edición

Entre las distintas modalidades de contratos de edición que se ofrecen a los autores destacan las siguientes:

  • Edición tradicional: El autor cede su obra a una editorial a cambio de su publicación, distribución y retribución. La editorial corre con el coste de la publicación y con su distribución y comercialización.
  • Coedición: El autor cede su obra a una editorial financiando conjuntamente con el editor la publicación, distribución y comercialización de la obra.
  • Autopublicación: El autor asume la totalidad de los costes de publicación, distribución y comercialización de su obra.
  • Concurso literario: El autor presenta la obra ante un concurso literario con unas bases en las que se establecen las condiciones de publicación en caso de resultar vencedor del concurso.

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Corrupción administrativa

La corrupción administrativa consiste en que el personal al servicio de la Administración, en el ejercicio de sus funciones, aproveche su posición para conseguir un beneficio propio.

[Leer más…] acerca de Corrupción administrativa

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