Corrupción administrativa
La corrupción administrativa consiste en que el personal al servicio de la Administración, en el ejercicio de sus funciones, aproveche su posición para conseguir un beneficio propio.
Este tipo de delito implica que el corrupto ignore sus obligaciones como servidor público. Existen diversas formas y niveles de corrupción administrativa, pero las más destacadas son: cohecho, apropiación de bienes públicos y extorsión.
El nivel de corrupción en la Administración dependerá de la estructura organizativa del sector público, de los trámites burocráticos, los mecanismos de control y transparencia y unas sanciones que actúen de manera disuasoria.
Tipos de corrupción administrativa
Entre los diferentes tipos de corrupción administrativa más habituales encontramos las siguientes:
- Soborno o cohecho: El funcionario acepta una cantidad de dinero para actuar contrariamente a las obligaciones de su puesto de trabajo.
- Extorsión: El personal de la Administración exige ilícitamente y mediante presiones el pago de una determinada cantidad para que el contribuyente evite sanciones aún mayores.
- Tráfico de influencias: El funcionario ejerce su influencia para beneficiar a terceros en la adjudicación de contratos públicos.
- Malversación: Los fondos públicos son destinados a partidas distintas para las que fueron presupuestados.
- Abuso de poder al incumplir la legislación vigente y no acatar las sentencias judiciales.
- La utilización y apropiación de bienes y recursos públicos en beneficio propio.
Causas de la corrupción administrativa
Para que se produzca una situación de corrupción administrativa deben concurrir los siguientes elementos:
- Que el sector público actúe como único suministrador de un bien o servicio.
- Gran poder y libertad a la hora de tomar una decisión con respecto a la contratación pública.
- Falta de transparencia y de supervisión de los organismos y del personal de la Administración Pública.
¿Cuáles son las consecuencias de la corrupción administrativa?
La corrupción administrativa permite que el personal de la administración corrompido y los corruptores se beneficien económicamente. Sin embargo, las consecuencias son más que palpables desde el punto de vista social y económico. Entre los efectos negativos de la corrupción administrativa se encuentran los siguientes:
- Desmotivación entre los funcionarios honrados, que pueden guardar silencio ante acciones irregulares o cumplir su trabajo con menor eficiencia.
- La corrupción impide la puesta en marcha de políticas públicas de carácter social.
- Ineficiencia del sector público. La asignación de recursos se torna deficiente como consecuencia de la corrupción administrativa. Aumenta el coste de los servicios públicos.
- Aumenta la desconfianza en las instituciones públicas. Los recursos de la Administración no se destinan para atender los intereses generales, sino que sirven para satisfacer los intereses de un reducido grupo de particulares.
- La corrupción administrativa socava los fundamentos de las sociedades democráticas.
- Impide un control adecuado de la aplicación de los fondos públicos y del funcionamiento de las instituciones.
- Produce un incremento de la desafección social.
Soluciones para la corrupción administrativa
Para prevenir la corrupción administrativa y poder evitar el despilfarro de recursos públicos y el malestar social que genera la corrupción política es necesario poner en marcha una amplia batería de medidas, entre las que destacan:
- Concienciación del personal de la Administración. La ética de los servidores públicos debe ser un pilar fundamental para los funcionarios. Por ello, se premiarán los comportamientos y actuaciones honestos.
- Control y transparencia de los organismos públicos y de sus cuentas.
- Implementar sistemas de detección de irregularidades que permitan atajar y prevenir las situaciones de corrupción.
- Sanciones contundentes para castigar los casos de corrupción.
