¿Piensas que la bolsa es un casino y que puedes perderlo todo?
Sigue leyendo esta guía que cambiará tu forma de ver la bolsa para siempre.
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Mitos y leyendas de invertir en bolsa
Históricamente, todo homo inversor, hemos tenido en mente la idea de que invertir en bolsa es una especie de Gran Casino en el que el pequeño inversor tiene un gran riesgo de perder todo su dinero frente a esos gigantes de Wall Street, capitaneados por Leonardo di Caprio de El lobo de Wall Street, o gente con mil pantallas mirando constantemente los mercados en una sala en la que todo es un caos con infinidad de llamadas de teléfono sonando a la vez.
También puede ser que veas la bolsa como un lugar donde ganar dinero es una mera y simple cuestión de azar, como si de una partida a la ruleta se tratara. O todo al rojo o todo al negro. O ganas o pierdes. Sin mayor arte o ciencia detrás.
En cualquier caso, es hora de realizar un reseteo de todas estas creencias y dichos populares infundados con un poco de ciencia empírica.
Existen diferencias fundamentales entre un casino y la bolsa, siendo un casino una casa de apuestas donde los jugadores arriesgan cantidades de dinero “aleatorias” con la esperanza de acertar y obtener pingües beneficios. Cuando un jugador de la ruleta apuesta todo a un número no lo hace porque crea que ese número tenga más posibilidades de salir que otros. Simplemente elige uno al azar, por gusto, por manía o por superstición. Existe la misma posibilidad de que no salga un 4 que un 8 y, cuando no sale el número deseado, se pierde lo apostado, pero si la suerte está de cara, se puede ganar cierto dinero que llegará en el bolsillo hasta casa, siendo un poco listos.
En la bolsa en cambio, no hay jugadores, hay inversores, y no se apuesta, se invierte una parte del capital, que no es aleatoria, sin confiar en que sea una cuestión de azar o que resulte indiferente en qué activos se invierta.
La bolsa la conforman empresas con números reales, que innovan, generan empleo y hacen que crezca la economía de cualquier país. Cuando inviertas tiene que ser porque sabes en qué estás destinando tu dinero.
Otro de los grandes mitos y leyendas es que para invertir en bolsa tienes que ser un experto financiero. No siendo cien por cien cierto, sí es necesario dominar unos conocimientos básicos para saber cómo hacerlo correctamente y cómo funcionan los mercados. Es decir, tener un método que tenga sentido y funcione. De esta manera se evita comprar cualquier cosa, ya sea por la recomendación de un primo o del gurú de turno que se anuncia por Internet. Recuerda, tienes que tener siempre muy claro qué compras y por qué lo compras.
Por supuesto, siempre oirás de mucha gente que ha ganado grandes cantidades de dinero en el casino por un golpe de suerte o incluso gente que, gracias a un método, ha conseguido unos ingresos importantes, pero es prácticamente imposible sacar una rentabilidad a largo plazo o un retorno que te ayude a mejorar tu vida financiera. Es más, recuerda que en el casino, “la banca siempre gana”.
¿Cuál es el riesgo de invertir? ¿Puedes perderlo todo?
Volviendo a la cuestión principal que nos ocupa, ¿se puede perder todo el dinero que inviertes en bolsa? A priori, la respuesta es que puede ser prácticamente imposible perderlo todo, pero (enorme y rotundo) depende, es decir, depende de ti. Analicemos los motivos.
Para empezar, a todos nos pasa que, cuando nos asalta repentinamente el deseo de invertir en bolsa, la única opción que nos viene a la mente es: ¡acciones! Y sí, es cierto que es el mercado más atractivo, el que tiene más glamour podríamos decir, aunque no es el único que existe.
Viene siendo una costumbre muy arraigada la polarización en la inversión, dado que muchas personas solo contemplan dos opciones para poner a trabajar su dinero: los depósitos, que es la opción más segura y tradicional, y las inversiones cortoplacistas en acciones, que es, comparativamente, de las opciones más arriesgadas que existen. Blanco o negro. De perro o de gatos.
Sin embargo, la bolsa es un mundo gigantesco en el que hay infinidad de opciones para elegir, donde cada una baila al son de un distinto nivel de riesgo.
Si por tu perfil inversor en un determinado momento, el objetivo es alcanzar cierta rentabilidad, pero acompañada con un mínimo riesgo, puedes invertir por ejemplo en depósitos o letras del tesoro. Cuidado en este punto y no confundir mínimo riesgo con libre de riesgo. Cuando se invierte, ya sea abriendo un negocio, comprando un inmueble, o invirtiendo en bolsa, siempre va a haber un riesgo de que perdamos dinero, pero no todo se comporta igual.
Un mundo lleno de posibilidades: Existen inversiones con niveles de riesgo muy diferentes.
En el amplio espectro de riesgo y tipos de activos, las letras del tesoro tienen muchísimo menor riesgo que las acciones. De hecho, las primeras se consideran inversiones libres de riesgo porque éste es realmente ínfimo. Por ejemplo, las Letras del Tesoro de Suiza o de Estados Unidos no han quebrado nunca en la historia moderna. Y la deuda española no quiebra desde el siglo XIX, hace casi 150 años.
Aunque, obviamente, menguar el riesgo no es gratuito y, como ya sabrás, a mayor riesgo mayor será la rentabilidad, por lo que inversiones muy seguras te darán menor rendimiento. Para demostrarlo, vamos a ver la evolución de la rentabilidad de las letras del tesoro en un gráfico. Para ello, utilizaremos el ETF iShares Short Treasury Bonds, que es un fondo de inversión que contiene letras del tesoro en su interior.
Si no sabes lo que es un ETF, en economipedia.com tenemos el curso “Pasa a la acción: Invierte en fondos y ETFs”, donde podrás aprender todo lo que necesitas saber sobre este tipo de instrumentos.
Observa cómo desde principios de 2007, el comportamiento del ETF de letras del tesoro (línea en color naranja) ha sido infinitamente más estable que el del S&P 500 (línea en azul), el principal índice de renta variable americano, el cual obtuvo una rentabilidad abultadamente mayor, aunque para ello hay que estar dispuesto a sufrir algún que otro contratiempo en el camino.
Aun así, las letras del tesoro americanas no gozan del amor incondicional de todo tipo de inversor dado que, siendo uno de los activos financieros más seguros del mundo, están pensadas para perfiles muy conservadores que quieren preservar su patrimonio, pero que les genere algo, un mínimo de rentabilidad.
En el otro lado del espectro, podemos encontrar que un único dólar invertido en bolsa en 1800 se hubiera convertido en el año 2011 en más de 900.000 dólares.
Sí, sí, está empíricamente demostrado que, hasta la fecha, ningún homo inversor vivirá para recoger de su mano dicha rentabilidad, si bien, la lectura importante de este ejemplo es la evolución de los mercados en perspectiva. Además del Crac del 29, en el siglo XX se dieron otros sucesos relevantes como fueron las dos Guerras Mundiales, varias pandemias y un sinfín de problemas económicos y de guerras y contiendas en todo el mundo. Parece que el contexto siempre nos ha retado y dado un buen motivo para esperar y no invertir.
Pero, vuelve a mirar el gráfico: todas las inversiones reflejadas, ya sean el oro, los bonos o las acciones han obtenido beneficios en todo el trayecto, a excepción de una, el dólar. Ahora mira el dinero que puedas tener remansado en tu cuenta corriente, donde cada día vale menos… la lección de la historia parece concluyente: anímate a invertir.
Aunque, como todo en la vida, no pienses que se trata de una autopista perfectamente asfaltada hacia el cielo. Una tendencia ascendente no significa que esté libre de contratiempos en el transcurso, porque cuando hacemos zoom, podemos observar lo siguiente:
Esta gráfica de Morningstar, detalla las caídas del mercado de Estados Unidos en los últimos 150 años. Es totalmente cierto que la bolsa a la larga sube, su tendencia es positiva, pero pasa por períodos complicados, ya sea por una crisis, una guerra, o un período inflacionario.
Sin embargo, es perfectamente comprensible que, por los sesgos que tenemos los seres humanos, intentemos evitar las caídas de la bolsa y que ese miedo nos impida aprovechar las subidas, que son más beneficiosas y duraderas en el tiempo.
Pero claro, no todos los inversores optan únicamente por la renta variable de Estados Unidos. Como hemos comentado, muchos también suelen invertir en renta fija, o en materias primas por ejemplo.
Vamos a poner a prueba esta teoría, comparándola con el comportamiento de la cartera permanente de Harry Browne.
La magia de la diversificación y la cartera permanente.
Para el caso de que no la conozcas, en la cartera permanente de Harry Browne, se invierte a partes iguales en renta variable, renta fija a largo plazo, renta fija a corto plazo o efectivo, y en oro. De hecho, en el campus de economipedia.com dispones de una masterclass donde la explicamos en detalle.
Fíjate en los siguientes datos de esta tabla extraída de la web portfoliovisualizer.com:
Observa como el máximo drawdown histórico, que no es más que la diferencia entre el pico más alto de la cartera hasta el mínimo más bajo posterior, fue del -15.58% desde enero de 2022 hasta septiembre del mismo año. La siguiente caída más fuerte fue del -13.52% en 2008, y las dos siguientes, prácticamente iguales, fueron del -11%.
Pero, si además nos fijamos en los períodos de recuperación, el que más ha tardado históricamente ha sido de 11 meses, siendo la recuperación promedio de cuatro meses y medio.
Y, ¿sabes cuál ha sido la rentabilidad en los últimos 40 años? Un 2.940%…
Como segunda prueba de testeo, abordaremos ahora la renta fija.
Si nos fijamos en el comportamiento del ETF iShares 20+ Year Treasury Bond, más conocido como TLT, y cuyo objetivo es replicar los resultados de inversión de un índice compuesto por bonos del tesoro de EE.UU. con vencimientos de más de 20 años, vemos que la rentabilidad acumulada en 30 años es del 445%, con un máximo drawdown del -41.64%, que sucedió exactamente, el año pasado.
Y, ¿piensas que ha habido sustos por el camino? Por supuesto que sí y siempre los va a haber, pero lo importante es saber cómo gestionarlos y no olvidar que su magnitud dependerá del activo en el que se esté invirtiendo.
Para el siguiente testeo, cambiaremos de mercado, siempre se habla del mercado estadounidense, pero ¿qué hay de los demás?
Si eres español y te atrae el Ibex 35, ¿ piensas que la tendencia a largo plazo habría sido también alcista? Veámoslo.
Si observas el gráfico, desde principios del año 2000 estuvo bajando durante algo más de dos años, logrando recuperar su punto máximo unos seis años aproximadamente después. La primera vez que alcanzó los 10.000 puntos fue en marzo del 98 y si te fijas en el dato de febrero de 2020, verás que estaba en dicho valor. Esto es lo que se conoce como un mercado lateral, es decir, que se mueve siempre entre un par de valores hacia arriba y hacia abajo, pero que no pasa de ahí.
Aunque, realmente, el gráfico que se debería utilizar en la industria financiera es el denominado Ibex 35 Total Return, que analiza la evolución del mismo Ibex, pero teniendo en cuenta los dividendos que han repartido las empresas que lo componen. Y si los contrastamos, obtendremos lo siguiente:
Aquí la película ha tomado un giro importante. Para empezar, puedes observar que la tendencia del Ibex 35 Total Return (línea en color azul) es alcista y que, a largo plazo, también ha tenido sus vaivenes, pero ha ganado mucho más que el Ibex 35 simple (la línea de color roja), gracias al reparto de dividendos. De hecho, el Ibex 35 sin tener en cuenta dividendos, ha tenido una rentabilidad histórica del 254% en 30 años, mientras que la del Total Return del ha sido del 973%. La diferencia es abismal. Así que cuando oigas a alguien hablar mal del Ibex, enséñale este gráfico.
Podríamos continuar el testeo siete días con sus siete noches, aunque ya te adelantamos que no tiene nada que ver invertir en el S&P 500, que en el IBEX 35, o en el CAC 40, el Nikkei, en small caps, en Bonos a 10 años alemanes o Bonos de Zimbabwe.
Obviamente, puedes tener la mala suerte de empezar a invertir justo antes de uno de los pocos pero grandes batazos de la historia. Eso nunca se puede saber. Y como ejemplo reciente, podemos mencionar a todos aquellos que empezaron a invertir en febrero de 2020, justo antes del estallido de la crisis sanitaria del Covid-19. Sufrieron una bajada del 30% en un mes en el S&P 500, que gráficamente se refleja de esta forma:
Como vemos en estos gráficos de Google Finance, de cada 1.000 $ invertidos se habrían desvanecido 300 $ en tan solo un solo mes… ojo, muy importante, decimos “se habrían” en el caso de que se hubieran vendido, porque para quien aguantó, se encontró con que a partir de ese momento la bolsa subió un 100% en cuestión de poco más de un año. Por eso en bolsa a veces (o casi siempre) hay que ser pacientes.
Por lo tanto, si todavía no has invertido y tienes pensado hacerlo, o llevas poco en esto y estás leyendo esta guía, ¡enhorabuena! has tomado una de las mejores decisiones que podías tomar, formarte, y hacerlo especialmente con nosotros en Economipedia.
Así que para que no te coja el toro desprevenido, te recomendamos siempre estás 5 máximas:
- Formación
- Formación
- Formación
- Análsis
- Paciencia