Carlos Pareja

¿Qué es el comunismo?

El comunismo es una ideología política, económica y social que busca la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción y la creación de una sociedad sin clases sociales.

Su objetivo principal es lograr una distribución equitativa de la riqueza, donde todos tengan acceso a los recursos necesarios para vivir dignamente.

Sin embargo, cuando se ha llevado a la práctica ha causado resultados catastróficos, derivando en régmines autoritarios, coarción de la libertad y violaciones sistemáticas de los derechos humanos.

Lejos de eliminar las desigualdades, ha generado pobreza generalizada, escasez, represión y, en muchos casos, millones de muertes por violencia o hambrunas provocadas.

Se estima que por hambre y represión causó más de 80 millones de muertes en el siglo XIX (principalmente 60 millones en China, 20 millones en la Unión Soviética, principalmente 2 millones en Corea del Norte, 2 millones en Camboya), además de movimientos migratorios masivos en estos países, en Alemania o más recientemente en Venezuela (entre 2010 y 2025 la ONU estima que han salido del país más de 8 millones de venezolanos).

Comunismo: Explicación sencilla

En la teoría el comunismo busca crear una sociedad más justa, en la que no existan ricos ni pobres, y en la que los recursos sean de todos y para todos.

Para ello, plantea eliminar la propiedad privada de las fábricas, tierras o empresas, y que la economía esté controlada de forma colectiva, normalmente a través del Estado.

Su objetivo final es que todos tengan acceso a los recursos necesarios para vivir una vida digna y que el poder esté en manos de la gente, no en manos de una élite económica.

El comunismo nace como una crítica al sistema capitalista del siglo XIX, al que acusa de fomentar la desigualdad y la explotación del trabajador. En lugar de que unos pocos acumulen grandes fortunas a costa del trabajo de otros, el comunismo propone que los medios de producción sean de propiedad común, de modo que la riqueza se reparta de forma más equitativa.

Pero en la práctica, los países que han intentado aplicar estas ideas han acabado convirtiéndose en dictaduras donde el Estado controla todo, desde lo que produces hasta lo que puedes decir. No hay libertad de empresa, ni libertad de opinión, y los resultados han sido catastróficos para la población.

Pensadores del Comunismo

Los dos grandes pensadores que sentaron las bases del comunismo moderno fueron:

• Karl Max fue un filósofo y economista alemán que desarrolló la idea de que el capitalismo generaba una opresión que derivaría en una guerra de clases sociales y una posterior revolución. Sus principales obras relacionadas con el comunismo son: Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y El Capital.
• Friedrich Engels fue un filósofo, dirigente político y revolucionario alemán quien mantuvo una larga amistad y colaboración con Karl Max. Compartían la crítica al sistema capitalista y desarrollaron en conjunto la obra “El Capital”.

Ambos compartían una crítica profunda al capitalismo y defendían que la única forma de acabar con la explotación era a través de la abolición de la propiedad privada.

Según la teoría marxista, esta dictadura sería temporal, y con el tiempo el Estado desaparecería, dando lugar a una sociedad igualitaria y sin clases.

Origen del comunismo

Aunque las ideas comunistas como tal nacen con Marx y Engels en el siglo XIX, la idea de una propiedad colectiva no es nueva. En la prehistoria, durante la etapa de caza y recolección, se vivía bajo lo que Marx llamó «comunismo primitivo«: no existía propiedad privada, y los recursos eran compartidos por todos.

También se pueden encontrar elementos parecidos al comunismo en algunas culturas antiguas. Por ejemplo, los incas centralizaban la producción y distribuían los alimentos de forma organizada desde el Estado.

Sin embargo, el comunismo como teoría estructurada nace con el marxismo. Y uno de los primeros intentos reales de aplicarlo fue la creación de la Unión Soviética (URSS) en 1922, donde se eliminó prácticamente toda propiedad privada y se intentó planificar toda la economía desde el Estado.

Intentos de aplicación en la historia

El intento más relevante de aplicar el comunismo fue la creación de la Unión Soviética en 1922. Bajo el liderazgo de Lenin primero, y de Stalin después, se instauró una economía planificada y se eliminó la propiedad privada.

El resultado fue la represión brutal de millones de personas, purgas políticas, campos de trabajo forzado (gulags), y hambrunas masivas como la del Holodomor en Ucrania (1932-1933), donde murieron entre 3 y 5 millones de personas.

Modelos similares se replicaron en China con Mao Zedong (con el «Gran Salto Adelante» que provocó la muerte de más de 30 millones de personas por hambre), en Corea del Norte, en Cuba o en Camboya con los Jemeres Rojos.

Características del comunismo

Las principales características del comunismo son:

• Elimina la propiedad privada de los medios de producción.
• Aspira a una sociedad sin clases sociales, donde no haya desigualdades económicas.
• Toda la economía se planifica desde un ente central, que decide qué producir, cómo y para quién.
• No hay pluralismo político. Se instaura un partido único que lidera el proceso hacia el comunismo.
• El Estado actúa como dueño y gestor de todos los recursos, al menos en la etapa de transición.
• Tiene distintas corrientes, como el leninismo, el trotskismo o el maoísmo, que proponen diferentes formas de alcanzar el comunismo.

Críticas al comunismo

Aunque el comunismo parte de una intención idealista —lograr una sociedad sin clases, sin pobreza y con igualdad para todos—, su aplicación práctica ha generado resultados muy distintos a los esperados.

Estas son algunas de las críticas más relevantes:

• Ineficiencia económica: La eliminación del mercado y la centralización de la economía ha provocado en muchos países una mala asignación de recursos, baja productividad y escasez de bienes básicos. Al no haber competencia ni precios libres, es muy difícil saber qué producir, cuánto y para quién. El resultado habitual: desabastecimiento.
• Falta de incentivos: En una economía comunista no se premia el esfuerzo individual ni la innovación. Todos ganan lo mismo, hagan más o menos. Esto provoca desmotivación, apatía y una caída general de la productividad.
• Concentración de poder y autoritarismo: En todos los casos en los que se ha instaurado el comunismo, el modelo ha derivado en regímenes totalitarios, con un partido único que concentra todo el poder. No hay libertad política ni de expresión, y cualquier oposición es duramente reprimida.
• Violaciones sistemáticas de derechos humanos: La imposición del comunismo ha ido muchas veces acompañada de represión, violencia y persecuciones políticas. Decenas de millones de personas han muerto en nombre del comunismo, ya sea por ejecuciones, campos de trabajo forzado o hambrunas causadas por la planificación económica fallida.
  • En la URSS, las purgas estalinistas y el Holodomor en Ucrania dejaron millones de muertos.
  • En China, el Gran Salto Adelante provocó una de las mayores hambrunas de la historia.
  • En Camboya, el régimen de los Jemeres Rojos exterminó a casi un tercio de su población en nombre de la pureza ideológica.
• Destrucción del tejido social y económico: La eliminación de la propiedad privada y la represión del emprendimiento desmantelan completamente las redes productivas y comerciales. Las economías caen en el estancamiento, y recuperar la confianza y el dinamismo económico tras el colapso suele llevar décadas.

¿Por qué no ha funcionado nunca el comunismo?

El comunismo parte de una buena intención: crear una sociedad más justa. Pero la historia ha demostrado que, al eliminar la propiedad privada y concentrar todo el poder en el Estado, se pierde libertad, eficiencia y dignidad humana.

Sin incentivos, la economía se estanca. Sin pluralidad política, surge la dictadura. Sin libertad, se destruye la creatividad y la iniciativa personal. Y sin oposición, quienes gobiernan terminan abusando del poder.

En definitiva, el comunismo no ha fracasado por no haberse aplicado bien. Ha fracasado porque sus fundamentos ignoran la naturaleza humana y la necesidad de libertad para que una sociedad prospere.