Los votantes de salir han ganado con un 51,9% de los votos, frente al 48,1% de los votantes de permanecer. Esta situación sin precedentes en la Unión Europea está provocando un terremoto en los mercados financieros. No solo por las consecuencias mismas de su salida, si no por miedo a que provoque un efecto domino que acabe por desintegrar la Unión.
La histórica decisión daña seriamente el proyecto europeo, que ve marchar a la segunda economía más grande de la Unión Europea, que llevaba 43 años formando parte de ella.
La primera consecuencia en Reino Unido ha sido la dimisión del primer ministro, David Cameron. El ex-primer ministro ha argumentado que el camino en solitario lo tendrá que liderar otro capitán.
En los mercados ya se han hecho sentir los primeros efectos del Brexit, con la libra como protagonista. La moneda británica ha llegado a perder hasta un 9% contra el dólar, situándose en niveles de 1985. Ha arrastrado también a otras divisas, como el Euro, que ha perdido un 3% contra el dólar.
El resultado del referéndum no ha sido uniforme en todo el territorio británico. Gales e Inglaterra han votado mayoritariamente por salir, mientras que Escocia e Irlanda del Norte han votado por permanecer. Esto pone en una complicada situación la integridad del Reino Unido. La líder del Partido Nacionalista Escocés, Nicola Sturgeon, ya advirtió de que en caso de que el Brexit tuviera éxito, podría convocarse otro referéndum por la independencia, como el celebrado hace dos años. El deseo de los escoceses de mantenerse en la UE, de la que han sido expulsados por lo votos ingleses, podría cambiar el resultado de un hipotético nuevo referéndum.
En la Unión Europea, el miedo viene por el contagio que puede producir el Brexit. Tanto en Francia, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, como en Holanda, la líder de la derecha, Geert Wilders, han pedido realizar también un referéndum en sus países.
El consejo Europeo se reunirá la semana que viene para reafirmar el proyecto de integración de la Unión Europea. Si no quieren que se vaya hasta Luxemburgo, deben dejar claro que “fuera es fuera”, como dijo Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
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