¿Qué es el liberalismo?
El liberalismo es una corriente política, moral y económica que defiende la libertad individual, la igualdad ante la ley y la limitación del poder del Estado.
Su objetivo es que cada persona pueda tomar sus propias decisiones, siempre que no interfiera en la libertad de los demás.
El liberalismo coloca al individuo como eje central de la sociedad y promueve la igualdad ante la ley, el libre mercado y la tolerancia. En esencia, cree que cuanto más libres sean las personas, más próspera será la sociedad.
¿Qué defiende el liberalismo?
La base del pensamiento liberal es sencilla pero poderosa: cada individuo debe ser libre para tomar decisiones sobre su vida, siempre que no interfiera en la libertad ajena. Esta idea se traduce en derechos como la libertad de expresión, la libertad económica, la propiedad privada, la responsabilidad individual y la no agresión.
En el ámbito económico, el liberalismo propone una economía basada en el libre mercado y la mínima intervención estatal, confiando en que la interacción voluntaria entre individuos lleva a resultados más eficientes que cualquier planificación centralizada.
En la práctica, esto se traduce en:
- Potente defensa del derecho a la propiedad privada.
- Igualdad real ante la ley de todos los individuos e instituciones de la sociedad.
- Menor regulación de los diferentes mercados por parte de las autoridades.
- Mayor independencia, libertad y responsabilidad de los consumidores.
- Menores impuestos y reducciones de trabas al comercio y el emprendimiento.
- Menor intervención de los bancos centrales en la política monetaria y los mercados financieros.
En resumen, el liberalismo cree que una sociedad más libre es una sociedad más próspera y justa.
Características del liberalismo
Entre las principales características del liberalismo podríamos destacar las siguientes:
- La defensa de la libertad individual sobre todas las cosas.
- Principio de igualdad ante la ley.
- Defensa de la propiedad privada.
- Libertad de culto.
- División total de poderes.
- Limitación del poder del Estado.
- Defensa de la tolerancia.
- Establecimiento de códigos civiles.
Principios del liberalismo
La siguiente relación de principios muestra los diez principios fundamentales en los que se basa el pensamiento liberal:
- Individualismo político: El individuo es el sujeto central del derecho. Cada persona debe ser libre para definir y perseguir su propio proyecto de vida, sin injerencias externas.
- Igualdad jurídica: Todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Esto no implica igualdad de resultados, sino de derechos y deberes.
- Libertad personal: Cada individuo debe tener libertad para elegir cómo vivir, qué pensar o en qué creer, siempre respetando la libertad ajena.
- Propiedad privada: El derecho a poseer y disponer de bienes es esencial para la autonomía del individuo.
- Autonomía contractual: Las personas deben poder comprometerse libremente mediante contratos, sin imposiciones del Estado.
- Reparación de daños: Quien vulnere los derechos de otros debe reparar el daño causado. La responsabilidad individual es clave.
- Libertad de asociación: Cada persona debe poder asociarse libremente con otras para cualquier fin lícito.
- Libre mercado: La economía debe organizarse sin interferencias, permitiendo que los agentes interactúen voluntariamente.
- Gobierno limitado: El Estado debe limitarse a proteger los derechos individuales, sin intervenir en la vida privada o económica.
- Globalización: El liberalismo promueve un enfoque universal, rechaza límites artificiales, nacionalismos excluyentes y fronteras al intercambio.
Tipos de liberalismo
El liberalismo hace referencia a la doctrina general, filosófica, social y económica.
Para indagar en cada uno de las áreas donde el liberalismo más se ha centrado a lo largo de la historia, podemos distinguir 3 tipos de liberalismo:
- Liberalismo económico: Basado en la limitación del Estado en las relaciones económicas que mantienen los agentes económicos.
- Liberalismo social: Fundamentado en la defensa de la libertad en las relaciones sociales.
- Liberalismo político: Basado en la soberanía del pueblo para elegir a sus representantes. Por tanto, representantes que son elegidos por el pueblo, en base a una democracia.
Principales corrientes liberales
Teniendo en cuenta que el liberalismo clásico promueve un Estado Limitado, te ordeno aquí las principales corrientes en función del grado de intervención del Estado que promueven:
- Socioliberalismo (intervención moderada): También conocido como liberalismo progresista, combina la defensa de las libertades individuales con ciertas políticas sociales redistributivas. Admite una intervención estatal moderada para garantizar la igualdad de oportunidades y el acceso a servicios básicos, sin renunciar al mercado como eje económico. Es la base de muchas socialdemocracias europeas actuales.
- Ordoliberalismo (intervención moderada, acotada a preservar la competencia): Acepta un rol activo del Estado para establecer reglas claras que eviten abusos, pero sin intervenir directamente en los precios o en la producción. El objetivo es preservar la competencia y evitar los monopolios. Muy influyente en la Alemania de posguerra, donde se desarrolló el modelo de “economía social de mercado”.
- Liberalismo clásico: Es la base de todas las demás corrientes. Defiende con firmeza la libertad individual, el libre mercado y un Estado limitado que garantice los derechos, pero no interfiera en la economía.
- Minarquismo (Estado mínimo): El minarquismo considera que el Estado debe existir, pero con funciones mínimas: garantizar la seguridad, la justicia y el respeto de los contratos. Es decir, policía, ejército y tribunales. Todo lo demás —educación, salud, pensiones…— debería ser gestionado por la iniciativa privada y la sociedad civil.
- Anarcocapitalismo: Es la versión más radical del liberalismo. Propone eliminar completamente al Estado, reemplazándolo por contratos privados y acuerdos voluntarios. Todas las funciones públicas (justicia, seguridad, educación, salud, etc.) serían ofrecidas por empresas privadas en un entorno completamente libre. Fue impulsado por autores como Huerta de Soto, Murray Rothbard y Hans-Hermann Hoppe.
¿Qué diferencia hay con el libertarismo?
El término «libertarismo» cada vez más extendido se suele referir a las corrientes del liberalismo que abogan por reducir el Estado al máximo.
Mientras el liberalismo clásico acepta un Estado limitado, las corrientes «libertarias» cuestionan la legitimidad del Estado y abogan por llevarlo prácticamente a su eliminación.
Se considera el libertarismo como los liberales más radicales y suele englobar el Minarquismo y el Anarcocapitalismo. Por ello, podríamos considerar el libertarismo como una corriente filosófica «paraguas».
Otra corriente libertaria es el Paleolibertarismo, que combina el anarcocapitalismo en lo económico con valores sociales conservadores. Rechaza el Estado, pero reivindica instituciones tradicionales como la familia o la religión.
¿Y el neoliberalismo?
El término neoliberalismo fue acuñado en los años 30 por Alexander Rüstow para describir una tercera vía entre el socialismo y capitalismo. Se asemeja a la economía social de mercado, conocida hoy en día como socialdemocracia o socioliberalismo.
Sin embargo, hoy el término se usa casi siempre con un sentido peyorativo, especialmente por críticos del libre mercado.
Casi ningún liberal se identifica con él, y prefieren llamarse simplemente liberales, libertarios o defensores de una economía de mercado.
Técnicamente, si nos ceñimos estrictamente a la idea bajo la que nació el término neoliberalismo, el neoliberalismo se aproxima más a una forma de socialdemocracia de mercado que al liberalismo radical o clásico.
Diferencia entre capitalismo y liberalismo
El capitalismo es el sistema económico basado en la propiedad privada, el libre mercado y la acumulación de capital. Dentro del capitalismo existen distintos modelos, más o menos intervencionistas, mientras que el liberalismo es la filosofía que lo respalda y le da coherencia normativa.
El liberalismo por tanto es una forma de entender y aplicar el capitalismo, basada en la libertad económica, política y social, y en una mínima intervención del Estado.
Dicho de otra manera: el liberalismo propone las reglas del juego (respeto a la propiedad, contratos libres, intervención estatal limitada), mientras que el capitalismo es el juego en sí (empresas que producen, consumidores que eligen, mercados que asignan).
Aunque no todo país capitalista es plenamente liberal. Hay economías capitalistas con fuerte intervención estatal (como China o algunos países nórdicos), y otras con modelos más cercanos al liberalismo clásico.
Críticas al liberalismo
Aunque el liberalismo ha sido clave en el desarrollo de muchas democracias modernas y economías prósperas, también ha recibido críticas desde múltiples enfoques:
1. Desigualdad económica
El liberalismo, al dejar la asignación de recursos al libre mercado y al no fomentar la redistribución activa, puede generar desigualdades crecientes entre ricos y pobres.
Según muchos liberales la desigualdad no es necesariamente injusta si es fruto del mérito y del esfuerzo individual. Lo importante no es que todos tengan lo mismo, sino que todos tengan la libertad de prosperar. Además, en sociedades más libres, incluso los más pobres suelen vivir mejor que en sistemas más igualitarios pero menos libres.
2. Desprotección social
Un Estado mínimo puede traducirse en un menor acceso a servicios esenciales como sanidad, educación o pensiones, especialmente para quienes no pueden pagarlos. Dejarlo todo al mercado puede dejar atrás a los más vulnerables.
Aunque el liberalismo no está reñido con la protección social. Algunas corrientes liberales defienden un “Estado mínimo pero fuerte”, que garantice un suelo básico para los más desfavorecidos sin interferir en la libertad de elección ni sobrecargar al contribuyente. La competencia y la iniciativa privada suelen mejorar la calidad y eficiencia de los servicios.
3. Externalidades y fallos del mercado
El mercado no siempre se autorregula de forma eficiente. Casos como la contaminación, los monopolios o el cambio climático requieren intervención para proteger el interés general. De lo contrario, los daños colaterales son graves y no asumidos por quienes los provocan.
Los liberales aceptan que hay externalidades negativas que requieren cierta intervención. Pero sostienen que muchas de estas situaciones se solucionan mejor con derechos de propiedad bien definidos y con incentivos de mercado (por ejemplo, impuestos al carbono o sistemas de cuotas), en lugar de regulaciones centralizadas que suelen ser ineficientes o manipulables.
4. Exceso de individualismo
El liberalismo pone tanto foco en el individuo que puede debilitar la cohesión social, el sentido de comunidad y la solidaridad. Promueve una cultura de “cada uno a lo suyo” que erosiona los lazos colectivos.
Aunque en muchas ocasiones la cooperación voluntaria entre individuos es más fuerte y duradera que la impuesta por el Estado. El liberalismo no está en contra de la comunidad, sino de imponer cómo debe ser. Las asociaciones, ONG, redes vecinales y empresas son ejemplos de organización social libre, sin coacción estatal.
5. Privatización de lo público
En nombre del liberalismo, algunos gobiernos han privatizado sectores estratégicos sin mejorar los servicios, creando monopolios privados o empeorando el acceso. El resultado ha sido peor que la gestión pública.
Los liberales argumentan que el problema no es la privatización, sino cómo se ha hecho. Muchos casos de “privatización fallida” son más bien casos de amiguismo o mercantilismo, donde el Estado ha favorecido a ciertos grupos. El verdadero liberalismo defiende libre competencia, no concesiones a dedo ni privilegios. Y ahí donde ha habido competencia real, los precios han bajado y la calidad ha mejorado.
6. Dogmatismo o “receta única”
Otra crítica es que no todo problema se resuelve con menos Estado. A veces se necesita intervención, regulación o acción pública decidida.
Los liberales sostienen que muchas intervenciones bienintencionadas terminan generando más problemas que soluciones. El liberalismo es un marco basado en la experiencia, la evidencia histórica y el respeto por la libertad individual.
Como ahora veremos, algunos liberales defienden un enfoque más pragmático, como el ordoliberalismo, que acepta ciertas regulaciones si son necesarias para que funcione el mercado.
Origen e historia del liberalismo
El liberalismo surge como una respuesta al absolutismo, al intervencionismo y a las estructuras rígidas del Antiguo Régimen. A partir del siglo XVI empieza a tomar forma en el plano económico, y durante el siglo XVIII, en plena Ilustración, se consolida como doctrina política.
La escuela de Salamanca
La Escuela de Salamanca es considerada uno de los precedentes históricos del liberalismo moderno, esta escuela integrada por teólogos como Francisco de Vitoria, Domingo de Soto o Juan de Mariana defendió:
- La propiedad privada como base del orden social.
- La libertad de precios y la justicia en el comercio.
- Críticas a la devaluación monetaria (teoría de la inflación).
Sus ideas influyeron más tarde en autores como Hayek o Mises.
Escuela Clásica de Economía (S. XVIII – XIX)
Surge en plena Ilustración y representa el nacimiento formal del liberalismo económico. Sus principales exponentes fueron Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill.
- Adam Smith, en La riqueza de las naciones (1776), defendió la libertad de comercio, la división del trabajo y el “orden natural” del mercado, coordinado por una mano invisible.
- David Ricardo desarrolló la teoría de las ventajas comparativas, fundamento del libre comercio internacional.
- John Stuart Mill, con una visión más social, integró el utilitarismo y defendió la libertad individual como límite al poder del Estado.
Esta escuela consolidó la idea del libre mercado como el mejor sistema para asignar recursos y generar bienestar.
Escuela Austriaca (S. XIX – actualidad)
Fundada por Carl Menger a finales del siglo XIX, se caracteriza por su enfoque metodológico individualista y su defensa de la libertad económica. Entre sus principales aportaciones destacan:
- La teoría del valor subjetivo.
- El margen de utilidad (análisis marginalista).
- La crítica al intervencionismo y al socialismo desde el punto de vista del cálculo económico.
Autores clave:
- Ludwig von Mises: en La acción humana, explicó la economía como ciencia deductiva basada en la lógica de la acción individual.
- Friedrich Hayek: en Camino de servidumbre, denunció los peligros del totalitarismo y defendió el orden espontáneo del mercado.
Ambos influyeron enormemente en el pensamiento liberal del siglo XX, especialmente en EE. UU. y Europa.
Escuela de Chicago (S. XX – actualidad)
Con Milton Friedman a la cabeza, defiende el monetarismo, la libertad de elección, la responsabilidad individual y la mínima intervención del Estado.
Autores y representantes del liberalismo
Son muchos los autores que han escrito sobre el liberalismo. Sin embargo, entre los principales representantes del liberalismo cabría destacar a los siguientes:
- John Locke.
- Adam Smith.
- David Ricardo.
- François Quesnay.
- Frédéric Bastiat.
- Friedrich Hayek.
- Ludwig von Mises.
🌎Pensadores contemporáneos en el ámbito hispano
- Juan Ramón Rallo: Economista y divulgador español. Gran defensor del libre mercado y crítico del intervencionismo estatal. Ha contribuido a popularizar las ideas liberales en medios y redes sociales.
- Jesús Huerta de Soto: Profesor universitario y referente de la Escuela Austriaca en España. Defiende el anarcocapitalismo y una banca sin reserva fraccionaria.
- Axel Kaiser: Filósofo y abogado chileno. Conocido por sus obras sobre el liberalismo clásico, la libertad económica y las amenazas populistas en Latinoamérica.
- Alberto Benegas Lynch (h): Economista argentino y pensador de referencia para muchos liberales actuales. Es muy citada su definición esencial del liberalismo:
«El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad.» – Alberto Benegas Lynch (h)