Superávit comercial
El superávit comercial es la diferencia positiva entre lo que un país vende al exterior (exportaciones) y lo que ese mismo país compra a otros países (importaciones).
El superávit comercial es considerado como uno de los indicadores más importantes en relación al comercio exterior. Se produce superávit cuando un país exporta más bienes y servicios al extranjero de los que compra al exterior. En cambio, un déficit comercial se produce cuando un país compra más de lo que vende a otros mercados.
Superávit comercial = Exportaciones – Importaciones
Existe superávit cuando las importaciones son mayores a las exportaciones:
Exportaciones > Importaciones
Generalmente se considera algo positivo, ya que cuando hay superávit significa que la balanza por cuenta corriente es positiva. Esto quiere decir que el país es capaz de abastecerse y de vender al extranjero, lo que le permite tener un mayor equilibrio macroeconómico.
Conviene distinguir el superávit comercial del superávit exterior. Este último proviene de la balanza de pagos y no de la balanza comercial, es decir, resulta de la diferencia positiva entre los ingresos provenientes de otros países y los gastos incurridos con estos mismos países.
Es decir, el superávit exterior incluye la diferencia entre importaciones y exportaciones (comercial), pero también la diferencia entre la entrada y salida de capitales y la diferencia financiera o de transferencias.
El superávit comercial se puede dividir en:
- Exportaciones e importaciones de bienes (Balanza comercial).
- Balanza de servicios.
- Balanza de transferencias.
¿Cómo llega un país al superávit comercial?
Los condicionantes que hacen a un país comprar más o menos y vender más o menos al exterior, son varios, por ejemplo, el tipo de cambio que hagan de un mismo producto o servicio más competitivo, la capacidad de producción y poder de compra, productividad, gustos de los consumidores, etc.
Por ejemplo, cuando el tipo de cambio es favorable a un país y en contra de otro, es decir, se ha depreciado la moneda de nuestro país o apreciado la extranjera, incita a adquirir productos de nuestro país porque los productos y servicios van a resultar más baratos con respecto a ese país extranjero. Esto puede tener incidencia en las divisas y reservas de un país.
Por otro lado, cuando un país es muy exportador, su moneda tiende a apreciarse con respecto a otras, debido a que, si queremos comprar en ese país, debemos de adquirir esa moneda, mientras que al desprenderse de otra moneda para el cambio ésta pierde valor. De la misma forma, cuando una moneda empieza a perder valor es potencialmente posible que se comience a comprar en ese país, por ser más barato. Esto, siempre y cuando cuente con la capacidad y producción deseada.