Hoy te traigo una historia interesante.
La historia de Sam Brannan. El primer millonario de California.
Un día llegó a su oficina y todos sus compañeros se habían ido.
Y no a cualquier sitio. Acababa de empezar la fiebre del oro y todos se fueron corriendo a buscar oro.
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¿Y qué hizo Sam?
Fue directo a por una pala como el resto de compañeros. Pero no compró solo 1.
Ni 2.
Ni 20.
Ni 100.
Recorrió medio California para comprar todas las palas que encontró.
Las compró a 20 céntimos cada una, y después las vendió a 15 dólares.
En dos meses había ganado 36.000 dólares.
Que equivale a 500.000 dólares actuales.
Y como decía Mark Twain, “la historia no se repite, pero rima”.
¿Y sabes por qué digo esto?
Por la inteligencia artificial.
No para de hablarse de ella en todas partes, y todas las empresas del mundo quieren desarrollar la mejor de su sector.
Y aquí es donde entran en escena las palas de la era moderna.
La inteligencia artificial necesita chips que sean capaces de hacer procesamiento paralelo. Es decir, que sean capaces de manejar muchas tareas al mismo tiempo y muy rápido.
Y hay una empresa que es la reina de los chips.
Se llama Nvidia. Quizá te suena.
Lleva 5 años de ventaja al resto en tecnología de chips.
La semana pasada se convirtió en la empresa más grande del mundo:
¿Cuál es la lección de esta historia?
Pues muy claro.
Sam y Nvidia han sabido cómo y dónde invertir.
Tenemos un programa en Economipedia, es para gente que quiere saber invertir y encontrar las palas en el mercado.