Fiebre del oro

La fiebre del oro fueron unos movimientos migratorios que ocurrieron en Estados Unidos entre 1848 y 1855. Cientos de miles de personas se desplazaron hacia el noreste de San Francisco en busca de oro.

Con el descubrimiento de oro en Sutter’s Mill, fueron muchos los inmigrantes que se desplazaron hasta California, no solo desde los propios Estados Unidos, sino desde todo el continente americano e incluso desde ultramar.

Pese a la gran afluencia de buscadores de oro, fueron muy pocos los que lograron encontrar fortuna. Sin embargo, las consecuencias sobre la demografía y tamaño de la localidad de San Francisco fueron muy importantes. La llegada masiva de buscadores propició el desarrollo de ferrocarriles, escuelas y transportes. Sin embargo, la población nativa terminó siendo expulsada de sus tierras.

  • Entre 1848 y 1855, la fiebre del oro atrajo a miles de personas a California buscando fortuna.
  • Todo comenzó con James W. Marshall, quien descubrió oro en Sutter's Mill.
  • No solo buscadores de oro llegaron, sino también gente de todo el mundo y delincuentes llegaron hasta el "Lejano Oeste" o "Far West".
  • El boom económico y poblacional benefició a California, aunque pocos se enriquecieron realmente.
  • La fiebre del oro también trajo consecuencias negativas, como la expulsión de nativos y un aumento de la delincuencia.

¿Qué provocó la fiebre del oro?

Un 24 de enero de 1848, James W. Marshall, que se había unido a un empresario para construir un aserradero en Coloma, California, se disponía a reparar la bomba hidráulica. Unos destellos en el agua llamaron la atención de Marshall, quien se zambulló en el río y encontró oro.

Este fue el comienzo de una gran migración que implicó a nada más y nada menos que 300.000 personas. Marshall, temiendo que se difundiera el hallazgo, tomó precauciones. No quería que otros hombres aparecieran para arruinar su sueño. Pero el rumor se extendió con gran rapidez. En un primer momento, San Francisco quedó casi vacío, pues su población salió a los campos con la esperanza de encontrar oro.

La noticia llegó a oídos de los periodistas de San Francisco y no tardó en conocerse en todo el país. Incluso el entonces presidente James Polk informó al Congreso del descubrimiento de oro en tierras californianas.

Los primeros en llegar a California en busca de oro fueron conocidos como forty-eighters y, rápidamente, se hicieron con importantes cantidades del preciado metal.

Oleadas migratorias

La fiebre del oro no solo trajo consigo buscadores, sino que también llegaron de muy diversos lugares delincuentes en busca de fortuna. Los temores de Marshall se confirmaron y las noticias de la presencia de oro en las proximidades de San Francisco se difundieron con rapidez gracias al telégrafo y a los periódicos.

Por aquel entonces, existía un importante descontento social y económico y el oro regía la economía del mundo. Eran muchos los que buscaban cambiar su suerte.

Una segunda oleada de inmigrantes llegó a California en 1849. Eran los llamados forty-niners. Se trataba de personas procedentes de Europa, Asia, América, Hawái, Australia y Nueva Zelanda. Estos hombres vivían en condiciones infrahumanas en los alrededores de los yacimientos de oro.

La llegada de inmigrantes también favoreció la creación de nuevas localidades, la construcción de instalaciones portuarias y un mayor desarrollo del ferrocarril en California. Incluso el barco de vapor experimentó una gran expansión en California.

El negocio del oro

A pesar del gran desarrollo que transformó a California, fueron pocos los que hicieron verdadero negocio con el oro. Los prospectores, que disponían de las concesiones de extracción, se enriquecieron, mientras que muchos nativos fueron expulsados de sus tierras o murieron como consecuencia de las enfermedades propagadas por los inmigrantes.

La masiva llegada de buscadores de oro provocó que San Francisco pasase en solo un año de una población de 500 habitantes a 25.000 habitantes en 1849. Si bien la fiebre del oro contribuyó al desarrollo de California, también tuvo consecuencias negativas como el incremento de la delincuencia, el estallido de enfrentamientos entre mineros y la proliferación de organizaciones mafiosas.

Inicialmente, se emplearon técnicas de búsqueda y extracción rudimentarias. Pero, con el paso del tiempo se mejoraron los métodos de extracción, desviando el agua de los ríos hacia canales artificiales. Asimismo, el desarrollo de la minería hidráulica permitió emplear corrientes de agua de alta presión hacia los yacimientos de oro.

Durante los cinco primeros años se consiguió extraer unas 370 toneladas de oro. No obstante, la fiebre del oro no fue un juego en el que todos ganaron. Los pequeños buscadores de oro veían como sus bolsillos se vaciaban debido a los gastos en herramientas, alojamiento, carretas y alimentos. Así, quienes realmente hicieron negocio fueron los propietarios de tabernas, hoteles y barcos de vapor.

Hacia 1855, las cantidades de oro encontradas eran menores. Los hombres de negocios más poderosos habían acaparado las concesiones para explotar los yacimientos de oro y los pequeños mineros no disponían del capital suficiente para costear sus propias infraestructuras mineras.

Estados Unidos logró retener la mayor parte del oro extraído en California. De este modo, el país incrementó su riqueza y vio cómo su moneda nacional ganaba en fortaleza.

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David López Cabia , 26 de febrero, 2023
Fiebre del oro. Economipedia.com