Gestión de la calidad total

Se conoce como gestión de la calidad total a una estrategia de gestión empresarial que consiste en el estudio y valoración del concepto de calidad en cada una de las fases de un proceso de producción. La finalidad es la mejora constante de bienes y servicios ofertados y la consecución de mayor satisfacción del cliente.

Otra manera de entender este concepto es como unos mecanismos de estudio y seguimiento de los procesos y el trabajo humano de una firma. También es denominado a través de su traducción al inglés: Total Quality Management (TQM).

La denominación de total es entendible desde la perspectiva de que la calidad exigida y evaluada en la estrategia recoge tanto a los distintos niveles y elementos de una compañía como al grupo humano que trabaje en la misma. Es decir, prevalece la búsqueda de la calidad en cada uno de los distintos procesos organizacionales.

Este concepto nació en los años 50 de la mano del sector industrial de Japón, aunque gozó de su expansión y mayor reconocimiento a partir de 1983 en occidente gracias a un estudio publicado en la Harvard Business Review.

Atendiendo a la idea básica con la que se creó este concepto, todos los miembros y elementos de una empresa deben estar concentrados y enfocados en estimular y garantizar la mejora continua de la calidad.

Aunque esta estrategia haya sido originada con vistas al funcionamiento empresarial, muchas organizaciones de distinto tipo han aplicado sus puntos como mejora de sus procesos.

Logros de un sistema de gestión de calidad total

Un buen sistema de gestión de calidad total logrará:

  • Mayores niveles de satisfacción por parte de consumidores/clientes.
  • Incremento de los márgenes de productividad y de beneficios.
  • Mayor cohesión y coordinación de los distintos procesos y departamentos de una compañía.
  • Optimización del uso de recursos y reducción de costes para la empresa, es decir, eficiencia.

Consecuencias de la gestión de calidad total

Las empresas que ponen en marcha esta estrategia no deben limitarse únicamente a la consecución de resultados económicos positivos.

El hecho de crear un beneficio económico no es una meta unitaria, ya que existen otros puntos a tener en cuenta al hablar de calidad. La satisfacción de las necesidades de los potenciales clientes por medio del ofrecimiento de determinados bienes y servicios va de la mano con la construcción de una imagen corporativa, de responsabilidad social corporativa, de una cultura empresarial determinada y de la formación específica de los empleados para tal fin.

En ese sentido, la aplicación de esta estrategia implica una adaptación constante. Esto, respecto a los cambios del sector en que participe la firma, y tomando en cuenta el contexto económico social, económico o tecnológico.

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Javier Sánchez Galán , 04 de septiembre, 2017
Gestión de la calidad total. Economipedia.com