Juan de Mariana fue un teólogo e historiador, miembro de la Compañía de Jesús. Vivió entre los siglos XVI y XVII, en pleno Siglo de Oro español. La docencia fue su verdadera vocación, a lo que se dedicó en cuerpo y alma en Francia, Italia y España.
Su carácter y honestidad le llevaron a mantener posiciones filosóficas y políticas comprometidas, ya que cuestionaba el origen divino de la autoridad y las políticas económicas del momento. Sin embargo, su prestigio intelectual y sus muchos contactos le permitieron sortear las dificultades.
Juan de Mariana nació en Talavera de la Reina en 1536. Fue hijo de un deán de esta ciudad. Un origen humilde e ilegítimo, que marcaría su vida. Con diecisiete años, marchó a Alcalá de Henares para estudiar Artes y Teología. En ese entorno recibió la influencia del Humanismo renacentista. Allí ingresó en la Compañía de Jesús, tutelado por San Francisco de Borja hasta que profesó en 1554.
Desde Alcalá se trasladó al colegio jesuita de Roma para completar su formación sacerdotal. Desde 1561 ejerció como profesor y destacó por su capacidad intelectual y su oratoria. Con una salud resentida, marchó a Loreto y a Mesina, donde continuó la docencia. En 1569 fue enviado al Colegio Clermont de París, donde obtiene el doctorado y se dedica a la enseñanza de la Teología tomista.
Durante su estancia en Francia, en 1572, vivió un importante episodio histórico que le impactó: la matanza de San Bartolomé. Este suceso significó el asesinato en masa de los hugonotes, una corriente cristiana calvinista, declarada herejía, en el marco de las guerras de religión en la Francia del siglo XVI.
Tras este episodio solicitó volver a España, alegando motivos de salud, petición que le fue concedida en 1574. Se instaló en un convento jesuita de Toledo, ciudad en la que se dedicó
al ministerio sacerdotal y a escribir obras de encargo. Durante una década realizó una una silenciosa labor investigadora sobre numerosos temas históricos, políticos y económicos, sobre los que no publicaría nada hasta quince años después. Labores que compatibilizó con el ejercicio del sacerdocio.
La absolución de la Biblia regia
Cuatro años después de regresar a España, recibió el encargo de informar sobre la posible heterodoxia de la Biblia regia. Esta obra políglota se editó entre 1568 y 1572 por el humanista Benito Arias Montano, en la ciudad flamenca de Amberes.
Tras dos años de intenso estudio, de Mariana emitió un informe favorable, con lo que le exoneró de tal acusación. Aunque sorprendió a muchos, esta decisión pudo estar vinculada al impacto que le causó la matanza de hugonotes franceses. La capacidad argumentativa y los profundos conocimientos que demostró en esta labor le hicieron merecedor de un respeto generalizado.
Desde este momento se dedicó a la hercúlea tarea de redactar su Historiae de rebus Hispaniae, cuya publicación comenzó en 1592. En 1601 se publicó una traducción propia en castellano, con el título Historia general de España. La obra abarca el periodo entre la antigüedad hasta la muerte de Fernando el Católico (1516).
Finalmente, en 1624, con ochenta y siete años, la muerte le alcanzó en Toledo. La muerte le llegó mientras trabajaba en unos Escolios al Antiguo y Nuevo Testamento, obra de exégesis bíblica que se fundaba en el texto de la Vulgata.
Pensamiento de Juan de Mariana
Juan de Mariana se interesó por temas muy diversos, pero en todos ellos mostró un fuerte compromiso ético y unos profundos conocimientos. Se preocupó por asuntos teológicos, histórico, políticos y económicos.
La sociedad civil como fuente de legitimación del poder
En De rege et regis institutione, en 1599, presentó los ejes fundamentales para la educación del príncipe. Este trabajo fue fruto de su amistad Loaysa, quien asumió la responsabilidad de educar al futuro rey.
Al contrario que Maquiavelo o Bodino, defendió la necesidad de establecer límites claros al poder político. Esta posición bebe de la tradición artistotelicotomista, según la cual la sociedad es anterior al poder político. En consecuencia afirmó que la sociedad está legitimada para recuperar sus derechos originales, si el Gobierno no le es útil.
Además, desarrolló la doctrina del tiranicidio, aceptada entre los autores escolásticos, y teorizó sobre el derecho a matar a un tirano.
Crítica a la política monetaria y la inflación
En 1609 publicó Septem tractatus, donde expuso sus ideas sobre política monetaria. En la cuarta parte, De Monetae mutatione (De la alteración de la moneda), se pronunció contra la política monetaria seguida por la Monarquía Hispánica, que tenía por objetivo
financiar los crecientes gastos en los que incurría el Estado, como los ocasionados por las constantes guerras en las que se vio involucrado. Esta se basaba en reducir la cantidad de metal en las monedas, lo que provocaba su devaluación. En opinión de Juan de Mariana, todo ello suponía someter al pueblo a un robo generalizado.
Con la publicación de la obra, con 73 años de edad, el Padre Mariana fue denunciado y encerrado. El propio rey y su valido, el Duque de Lerma impulsaron este juicio. En el proceso, tuvo que defenderse de los catorce delitos que le atribuyó el fiscal Gil de Mota. Su profundo sentimiento de justicia, hizo que no se retractara, a pesar de las graves acusaciones vertidas sobre su persona. Finalmente, Juan de Mariana fue liberado, sin que, a pesar de ello, se conozca resolución alguna al respecto.