Malgastar constituye la situación o proceso en el cual, tanto personas como empresas, utilizan o emplean recursos de forma inadecuada, trayendo con ello situaciones negativas.
El término malgastar se aplica a diferentes situaciones. El mismo se puede aplicar a aquellos que desperdician el tiempo, el dinero, sus bienes materiales, etc. El empleo de esta palabra viene desde la antigüedad.
Podemos pensar, con toda certeza, que esta palabra viene desde los orígenes del ser humano. La biblia nos revela un hecho, relatado por Jesús en una de sus parábolas. Esta habla de un hombre que pidió su herencia estando su padre aún en vida. Pero este, luego de tomar su herencia, se fue a la ciudad y derrochó todo lo que había recibido. Viéndose así, sin nada, se vio en la necesidad de regresar a su hogar pensando ser recibido, aunque fuera como criado.
Todo parece indicar que malgastar es una acción fácil de realizar. Es decir, cuesta más trabajo obtener dinero, bienes, recursos; que el tiempo que se lleva en desperdiciar o derrochar lo que con esfuerzo hemos conseguido.
¿Cómo evitar malgastar?
Llevar y lograr una buena gestión financiera no es un camino fácil y no se logra de la noche a la mañana. Sin embargo, algunas de las pautas siguientes te pueden resultar útiles:
- Lograr identificar la diferencia entre satisfacer nuestros gustos y nuestras necesidades reales.
- Lo anterior nos lleva al punto en el cual debemos conocer, a ciencia cierta, cuáles son nuestras prioridades en cada situación que se presente en la cual debemos emplear todo o parte de nuestros recursos.
- Tomar lápiz y papel para llevar, aunque sea de forma rudimentaria, un registro de nuestras actividades financieras. Con ello podremos revisar en cierto momento qué ha estado funcionando bien o qué ha estado funcionando mal.
La vida parece revelar que para lograr esto debemos tener constancia y persistencia y no rendirnos en ningún momento.
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