Prestigio
El prestigio es un atributo que se suele asignar a una persona, grupo, institución o aspecto ligado a cualquiera de ellos (como un evento determinado). Esto, para hacer alusión a una buena fama, reconocimiento y/o admiración .
El prestigio es entonces como un sinónimo de reconocido, aplicándose con una connotación positiva. Es decir, cuando la fama de lo que se está hablando (individuo, entidad u otro) es buena.
Podemos decir entonces:
El economista Christian Martínez tiene un gran prestigio por todos los trabajos de investigación rigurosos que ha publicado.
Así, el prestigio puede referirse al reconocimiento de la persona en el plano profesional, pero además principalmente implica respeto y confianza.
Por ejemplo, una entidad pública puede llegar a ser prestigiosa si ha sido transparente con la ciudadanía y nunca ha reportado ningún caso de corrupción en su organización.
En este punto, debemos tener en cuenta que la profesión ejercida también determinada en el reconocimiento de un prestigio. Por ejemplo, un mecánico puede ser muy capaz y eficiente, pero a nivel social probablemente no se le perciba como prestigioso por desarrollar una labor que no es percibida como de alto estatus social.
Prestigio en sus orígenes
Cabe señalar que el prestigio originalmente se relacionaba a la pomposidad y estaba relacionado al mal gusto. Dicho de otro modo, tenía una connotación negativa.
La raíz de la palabra prestigio viene del latino»præstigum» que significa engaño, truco o artimaña. De ahí que un prestidigitador sea quien realiza trucos y lograr engañar a los demás.
Prestigio en diversas disciplinas
En sociología, el prestigio social es el nivel de aceptación de una conducta, actitud o circunstancia dentro de una sociedad o familia. Así, cuanto mayor es el prestigio social de algo, mayor es la probabilidad de que existan instituciones que lo protejan.
Asimismo, también existe en prestigio sociolingüístico que es aquella mayor consideración que se tiene a los hablantes de un dialecto sobre otras variedades del mismo idioma.
En contraste, tenemos el prestigio encubierto que es el uso no normativo del lenguaje para mostrar una diferencia regional, social u otra. Así, pueden utilizarse modismos o un lenguaje soez.
Por ejemplo, en España se puede decir ¡Estuvo muy guay! Para hacer una referencia positiva de algo, por ejemplo, un concierto. Por ende, se entiende que dicho evento cumplió, o incluso superó las expectativas (al menos del interlocutor).