La era de la globalización y el entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) han hecho cambiar el tablero de juego económico. Por ello, es recomendable utilizar el máximo número de herramientas posibles a la hora de tomar decisiones relacionadas con la economía de cada persona. Como pueden ser la inversión, el ahorro, o la distribución del gasto.
Para bien o para mal, los eventos económicos han dejado de conocer fronteras. Es por ello, que entender los secretos y los efectos de las políticas monetarias de los bancos centrales se convierte en un must para todo el mundo, pero especialmente si eres inversor.
Estas políticas no sólo moldean la economía de una nación, sino que también tienen repercusiones profundas: desde los mercados globales hasta la vida cotidiana de las personas.
Entre los impulsos que pueden motivar estas políticas están los ciclos económicos. Por si no los conoces, al igual que si de una montaña rusa se tratase, la economía también tiene subidas y bajadas de vértigo, siendo la parte alta el auge o clímax económico. Y claro, como en todo yin, también está su yang, que es la parte baja, donde estarían las recesiones o depresiones.
Viendo esto y con el estómago todavía un poco revuelto, probablemente, si no llevas mucho tiempo en esto de la inversión puede que te estés preguntando: Y a mi esto, ¿De qué me sirve?
Pues de mucho.
Sigue leyendo que te lo cuento.
La política monetaria, dependiendo de cómo se utilice y qué decisiones se tomen, cuando se emplea efectivamente, puede suavizar estos ciclos. Mitigando los extremos de las expansiones y recesiones, y haciendo que no haya un menor impacto en los mercados financieros.
Pero, ¿hay alguna manera de saber de forma anticipada si una de estas decisiones puede afectar o no al mercado? Pues aquí es donde entrarían en escena los indicadores económicos.
Los hay de dos tipos: adelantados y atrasados, proporcionando datos cruciales que pueden predecir futuras tendencias económicas o confirmar patrones actuales o pasados.
¿Cuál es mi objetivo con esta guía? Desentrañar la complejidad detrás de estas políticas y demostrar cómo se entrelazan con los ciclos económicos y sus indicadores.
¿Cómo lo voy a hacer? A través de un análisis de las tendencias actuales y los datos económicos más recientes, para que tengas una perspectiva fresca y relevante que relacione la teoría con la práctica.
Así que, ¡Al lío!
Los indicadores adelantados
Antes de nada, ¿qué es un indicador adelantado?
Se trata de indicios, pistas en forma de datos y análisis que preceden a los acontecimientos económicos, es decir, tienden a cambiar antes de que la economía lo haga. Son como los nubarrones antes del chaparrón o el humo negro antes de que salga ardiendo la tortilla.
Estos son súper importantes, ya que, como te decía, dependiendo de la información que arrojen, los gobiernos aplicarán un tipo de política fiscal u otro, y los bancos centrales un tipo de política monetaria u otra. Es decir, subir o bajar impuestos, o subir o bajar los tipos de interés.
¿Cuáles son los indicadores más importantes? Pues cinco principalmente:
- Los índices bursátiles.
- El índice de confianza del consumidor.
- Los permisos de construcción para nuevas viviendas privadas.
- El número de pedidos de bienes duraderos.
- Diferencial de los tipos de interés a largo y corto plazo de la deuda pública.
Los primeros en la lista son los índices bursátiles. Los más importantes a ambos lados del “charco” serían, el Eurostoxx 50 (Europa), el S&P 500 (EE.UU.), y el Nasdaq (EE.UU tecnológico).
Antes de nada, hay que saber que un mercado alcista suele sugerir que las estimaciones de beneficios están en alza y, por lo tanto, se espera que la economía en general atravesará un período de expansión.
Por el lado contrario, un mercado bajista puede indicar que se esperan menores beneficios y una economía en dirección a una recesión o periodo de estancamiento.
Dicho esto, ¿Cómo son las constantes vitales de nuestros queridos índices?
En el período analizado (2018-2023) ambos índices están en una tendencia bajista, tal y como se puede apreciar en las siguientes imágenes, a pesar de la “escaladita” del último año. Además, índices como el S&P 500 están sostenidos en este período principalmente por 7 empresas (entre 503), como aquél que dice…
¿Y en Europa, cuál ha sido el comportamiento del Eurostoxx 50?
Pues a pesar de que este índice normalmente se caracteriza por copiar “al listo de la clase”, que en este caso es el S&P 500, el cual experimentó una corrección al final del mismo. Sin embargo, si observamos más allá de estas fluctuaciones, podemos apreciar una tendencia alcista sostenida en el horizonte a largo plazo.
A pesar de todo, los tres índices en el final del período muestran una tendencia bajista. ¿Nos estarán ya indicando algo, o será una pequeña corrección pasajera? Veamos pues el siguiente indicador, el índice de confianza del consumidor.
¿Y de qué trata este índice? Es una medida estadística que refleja el grado de optimismo o pesimismo que los consumidores sienten sobre las perspectivas económicas en general durante un período específico.
Se basa en encuestas a los consumidores sobre sus percepciones y expectativas actuales y futuras en relación con la economía, sus finanzas personales, las condiciones del mercado laboral, entre otros aspectos.
En este índice, lo realmente relevante es la tendencia. Si está aumentando, esto sugiere que la confianza del consumidor está mejorando, lo que podría traducirse en un aumento del gasto. Si está disminuyendo, podría indicar preocupaciones o pesimismo sobre el futuro económico y un apriete de cinturón.
¿Cuál es la evolución de este índice en Estados Unidos? En el último tramo del periodo analizado, el Índice disminuyó a 103 a final de septiembre desde una revisión al alza de 108,7 en agosto de 2023. Si te fijas, después de la macro caída provocada por el COVID-19, la recuperación fue muy deprisa. Pero nunca llegó al nivel de antes, y desde 2021, no ha hecho más que descender.
El índice de expectativas, es otro índice basado en la perspectiva a corto plazo de los consumidores sobre ingresos, negocios y condiciones del mercado laboral. La al final del período analizado es cuesta abajo y sin frenos.
Las expectativas cayeron nuevamente por debajo de 80, nivel que históricamente señala una recesión dentro del próximo año.
Por tanto, los temores de los consumidores sobre una recesión inminente en el país yankee, también aumentaron.
¿Y en Europa? ¿Qué dicen en el viejo continente? Pues que la cosa también les pinta reguleras. Está muy por debajo de la media de los 15 años anteriores y, a pesar de haber tenido un buen inicio de año, el verano no le ha sentado bien a la gente, y auguran una caída en la economía en los próximos meses.
De momento, llevamos 3 – 0 a favor de la recesión, pero ¿qué dirá el indicador de los permisos de construcción para nuevas viviendas privadas?
Pues en Estados Unidos, la verdad es que va un poco en coalición con los otros indicadores.
En él se recoge la construcción de nuevas viviendas privadas, excluyendo las públicas. Se distingue entre inicios de construcción, viviendas terminadas y permisos de construcción concedidos.
Los permisos se analizan con lupa porque si bajan. Aunque la construcción de viviendas vaya bien, el dato podría ser considerado como sospechoso. Ya que se podría estar sugiriendo una desaceleración económica o un frenazo en el mercado inmobiliario.
¿Y qué tenemos aquí? Pues eso, un frenazo, porque los permisos cayeron muchísimo entre 2021 y 2022, estancándose en todo 2023. Además, aunque no se aprecie mucho en el gráfico, desde septiembre de 2022 a septiembre de 2023, cayó un 4,4%. Por lo tanto, este indicador, también está en tendencia bajista.
¿Y nuestra Europa querida? Pues con datos muy muy parecidos a los de Estados Unidos. Cayó mucho en 2020 por el COVID-19, repuntó en 2021, pero a partir de ahí fue cayendo sin parar hasta el día de hoy. Por lo que no augura un buen rendimiento en el sector inmobiliario durante los próximos meses.
El penúltimo de los indicadores adelantados es el del número de pedidos de bienes duraderos.
En él se recogen los pedidos recibidos en el mes por las industrias manufactureras correspondientes a bienes con vida útil de más de tres años. Que es lo que se considera un bien duradero.
Con este indicador hay que tener sumo cuidado, ya que es muy volátil debido la mayoría de veces a la partida de aviación que lo conforma. Unos pocos aviones pedidos de más o de menos, te pueden distorsionar todos los datos.
Dicho esto, este indicador es relevante porque las compañías suelen retrasar este tipo de inversiones cuando sus estimaciones de futuro son negativas. Cuando la economía se acelera, sin embargo, las empresas suelen realizar grandes inversiones en nuevos equipos más funcionales.
Una vez ya sabes de qué trata, usemos la misma metodología que hasta ahora. Primero, los datos de Estados Unidos.
Para quitarle volatilidad, he decidido prescindir de la partida de transportes. En los últimos meses de 2023 parece que quiere ir al alza, pero si miramos el prisma a más largo plazo, la tendencia también es negativa. Aunque, siendo sinceros, la tendencia parece estar remitiendo. Para qué engañarse. Aun así, no es que esté para echar cohetes.
En Europa, la situación parece que va en sentido contrario a la norteamericana. Veníamos de una tendencia alcista muy buena, la cual parece estar frenándose e inclinándose a la baja.
Por último, el indicador del diferencial de los tipos de interés a largo y corto plazo de la deuda pública, también conocido como la curva de tipos.
Aquí lo que se hace es restar al rendimiento del bono a 10 años el del bono a 2 años. La forma de la curva de tipos de interés cambia con el estado de la economía. La curva de rendimientos normal o ascendente se produce cuando la economía está creciendo. En cambio, cuando los inversores esperan una recesión, la curva tiende a invertirse, es decir, el diferencial de tipos a largo y corto se hace negativo.
¿Qué tenemos en la curva de tipos de Estados Unidos? Pues una situación bastante alarmante, la verdad. ¿Por qué? Porque en los últimos meses se ha tenido la curva de tipos más invertida y durante más tiempo de los últimos 40 años. En las últimas semanas, la curva de nuevo está ascendiendo. Sería algo muy positivo en condiciones normales, pero fíjate qué ha ocurrido cada vez que la curva se ha invertido (se ha puesto en valores negativos), y después ha subido.
Ya te lo digo yo: recesión. Pasó en 1980, en 1983, en 2002, en 2009, y ahora está sucediendo lo mismo. ¿Será esta vez diferente? Porque claro está, otra cosa es hablar de la profundidad de la recesión.
En cuanto al territorio del BCE, si observamos los rendimientos de cada vencimiento, presenta de todo menos una tendencia alcista. Estamos viendo como de unos pocos meses a 4 años, se pide una rentabilidad mayor que a un bono de 5 años, y que incluso bonos de 10, 15 , 20 o 30 años. Esto es un claro signo de curva invertida, y que podría darnos muchas pistas.
Esto suele pasar cuando los inversores esperan una recesión o desaceleración económica, ya que en tiempos de incertidumbre o expectativas de recesión, los inversores tienden a refugiarse en activos más seguros, como los bonos a largo plazo, en lugar de acciones u otros activos más volátiles.
Al aumentar la demanda de estos bonos, sus precios suben y, como resultado, sus rendimientos (o tasas de interés) disminuyen. Además, se espera que en respuesta a una recesión, los bancos centrales reduzcan las tasas de interés para estimular la economía, lo que también puede influir en la inversión de la curva.
Los indicadores atrasados
Y si por un ojo tenemos que vigilar a los indicadores adelantados, por el otro hay que estar pendiente de los indicadores atrasados… sin llegar a quedarnos bizcos. Éstos no tienen nada que ver con los anteriores, ya que muestran datos de ciertos eventos una vez ya han pasado. Por lo que no ayudan en absoluto a predecir el panorama económico futuro, sino todo lo contrario, sirven para describir lo ya pasado y pueden llegar a ser muy confusos y peligrosos si se toman decisiones basados en ellos.
Los principales indicadores atrasados son tres:
- La tasa de desempleo.
- Los tipos de interés.
- Los beneficios corporativos.
Al final del período estudiado, el desempleo en Estados Unidos está en el punto más bajo de los 60 años anteriores. En Europa, más de lo mismo, en mínimos históricos.
Los tipos de interés, en ambos lados del Atlántico, han sufrido la subida más rápida de su historia, situándose en el 5,5% en EE.UU., y en el 4,5% en la Zona Euro.
Muchos beneficios corporativos todavía no han mostrado signos de empeoramiento, como pueden ser los recientemente publicados de Microsoft o Google, los cuales han tenido un aumento de ventas en el último trimestre del 13% y el 11% respectivamente.
Conclusión
Viendo todos los datos de los principales indicadores adelantados y atrasados, se podría deducir que al final del período estudiado la economía se sitúa en una zona de auge. Y que el mercado espera a corto plazo una recesión económica, tanto en Europa como en Estados Unidos.
Cuando se produce una recesión, lo más lógico es pensar que los bancos centrales y los gobiernos tomarán medidas expansivas, como bajar los tipos de interés o bajar impuestos (lo cual nos vendría de perlas).
Cuando esto sucede, normalmente los inversores que tenían renta fija a largo plazo se ven muy beneficiados, ya que los bonos que tenían con intereses mayores, están más cotizados en el mercado, obteniendo así una revalorización que se traducirían en pingües beneficios si se vendieran en el mercado.
En cuanto a la renta variable, por regla general, cuando han habido bruscas subidas de tipos de interés y después bajadas de impresión, han provocado fuertes caídas bursátiles. Ejemplos de ellos podrían ser las caídas de principios de los años 70, 80, a principios de los 2000, o en 2008.
Todo esto está incluso mucho más relacionado con otros activos, como las materias primas o las divisas. Pero si quieres profundizar en todo ello, te invito a que realices el Curso de política monetaria y fiscal que tenemos en Economipedia, donde verás a un profe la mar de simpaticón y cosas mucho más interesantes aderezadas con casos prácticos.
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Buena inversión.