Llevo unos meses con la idea de cambiar mi coche del año 2005 por uno más moderno y con medidas de seguridad más avanzadas.
La cuestión es que la semana pasada fui a un concesionario de vehículos de segunda mano a sondear los coches que tenían.
Pregunté el precio de un vehículo que me había llamado la atención. ¡Aquí mi primera sorpresa!
Me dice el comercial:
“25.000€ al contado y 23.700€ financiado”.
¿What?
Luego me explicaron que la financiera les pagaba una comisión por los vehículos que financiaban y eso les permitía poner un PVP más bajo.
La financiación: agárrate que viene curvas
Pedí que me informaran de las condiciones de la financiación. Les dije que necesitaba 14.000€ a 6 años (72 cuotas) para poder comprar el coche.
Todo lo que voy a explicar a continuación son datos reales del contrato de la financiera con un préstamo a tipo fijo.
La cuota mensual eran 303,13€. Ahora veamos lo que hay que pagar.
Lo primero de todo: La comisión de apertura. Un 4,25% sobre los 14.000€, lo que son 595€.
También incluía la contratación obligatoria de un seguro de protección al préstamo.
Este seguro cubre que si falleces o tienes incapacidad temporal.
¿Su precio? Nada más y nada menos que 1.528€.
Por último, nos toca hablar de los intereses del préstamo.
Último acto: El susto
Me ofrecieron un TIN del 11,99% y un TAE del 13.95%. Aquí puedes ver la diferencia entre las dos tasas.
Al cabo de los 6 años me tocaba pagar 5.622,09€ de intereses.
Haciendo las cuentas totales, para que me prestaran 14.000€ tenía que pagar lo siguiente:
- Comisión de apertura: 595€.
- Contratación del seguro: 1528€.
- Intereses del préstamo: 5.622,09€.
- TOTAL: 7.745,09€.
Negocio redondo ¿eh? Pedir 14.000€ y después de 6 años haber pagado más del 50% a la financiera.
Al final las opciones no eran “25.000€ al contado y 23.700€ financiado”.
Sino que realmente son “25.000€ al contado y 31.445€ financiado”.
Esto no te lo van a decir en el concesionario, pero es la diferencia real.
Así que ten cuidado con las financiaciones querido lector, que las carga el diablo. Utilizar esta herramienta de forma habitual tanto compras grandes como pequeñas te puede llevar a la pobreza.
Compra solo lo que te puedas permitir, es un consejo del equipo de Economipedia.