Economía colaborativa
La economía colaborativa o economía gig engloba todas aquellas actividades que suponen un intercambio entre particulares de bienes y servicios a cambio de una compensación pactada entre ambos.
En muchas ocasiones se trata de bienes o servicios que no estaban siendo completamente utilizados y gracias a la economía colaborativa una persona puede beneficiarse de ese bien o servicio, mientras la propietaria obtiene una ganancia. Por ello, al consumo de bienes y servicios de forma colaborativa entre particulares se le conoce como consumo colaborativo.
Anteriormente, el consumo colaborativo se limitaba a nuestro ámbito geográfico y círculo más cercano. Sin embargo, gracias a Internet, es posible conectar con personas de todo el mundo con intereses comunes. La digitalización de la sociedad y la crisis económica, favoreció el desarrollo de nuevos modelos de negocio y nuevas formas de consumo.
Ventajas de la economía colaborativa
La economía gig tiene varias ventajas:
- Optimización de recursos: Podemos dar salida a bienes que antes no se utilizaban o que no tenían un uso al 100%.
- Mayor oferta para el consumidor final: El consumidor encuentra una oferta más amplia que la ofrecida por los comercios tradicionales. Puede hacer una comparativa más amplia en calidades y precios.
- Ahorro: Gracias a la oferta de bienes y servicios de segunda mano, los consumidores acceden a unos precios inferiores que los del mercado, lo que les permite ahorrar. En tiempos de crisis económica, esta ventaja fue clave para la proliferación del consumo colaborativo.
- Generar un ecosistema basado en el compromiso, la solidaridad y la generación de ideas: Estas ideas van de la mano de emprendedores con nuevos negocios, generando empleo, riqueza e innovación en nuestro tejido empresarial.
Inconvenientes de la economía colaborativa
Al tratarse de una economía pactada entre particulares, este sistema tiene una serie de inconvenientes:
- Falta de regulación legislativa y competencia desleal: Nos encontramos ante un sector sin regulación que da lugar a quejas y protestas de los sectores afectados, ya que consideran que se puede incurrir en competencia desleal porque no se puede ofrecer los servicios en las mismas condiciones.
- Desprotección del consumidor: El consumidor final no cuenta con garantías de la calidad del producto, o de que las personas con las que se está compartiendo sean de confianza y no generen problemas. Son riesgos que se corren a cambio de un precio más bajo.
Ejemplos y sectores de economía colaborativa
Como ejemplos de la economía colaborativa tenemos los siguientes:
- Transporte colaborativo: Compartir tu viaje en coche. Ejemplos: BlaBla Car o Uber
- Alojamiento colaborativo: Compartir una habitación de tu casa o el apartamento completo cuando no está habitado. Ejemplos: Airbnb o HomeAway
- Financiación colaborativa: Se manifiesta de diversas formas:
- Crowdfunding: Permite financiar proyectos emprendedores a partir de pequeñas aportaciones de varias personas. Ejemplo: Verkami.
- Crowdlending: Préstamos entre particulares que permiten financiar proyectos o facilitar el consumo y la inversión a tipos de interés más bajos que los bancos. Ejemplo: Zank.
- Intercambio de divisas entre empresa: Ejemplo: Kantox.
- Comercio colaborativo: Compraventa de segunda mano. Ejemplos: Ebay, Wallapop o Chicfy.
- Conocimiento colaborativo: Compartir conocimientos de manera altruista. Ejemplos: Wikipedia, realizar MOOCS en Coursera o intercambiar y aprender idiomas en HelloTalk.
- Espacios colaborativos: En diversos aspectos como compartir maletero con Shipeer, compartir trastero con LetMeSpace o compartir espacio de trabajo y experiencias en los «coworking».
- Otros tipos: Tenemos ejemplos como Comprea (hacer la compra y recibirla en casa, el shopper gana un dinero extra y el comprador comodidad) o Compartoplato (compartir tu comida).