La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) acaba de presentar diferentes propuestas para llevar a cabo una reforma integral de la normativa tributaria internacional y garantizar así un entorno fiscal de mayor transparencia.
BEPS (Base Erosion and Profit Shifting, en inglés) define un proyecto que nace en 2013, promovido por la OCDE y el G20. Conocido como el plan Erosión de Bases Imponibles y Deslocalización de Beneficios, se marca como objetivos tanto crear un conjunto coherente de normas fiscales internacionales como garantizar que las grandes empresas tributen en aquellos países en los que están generando valor.
Sin embargo, este último cometido pone en tela de juicio muchas estructuras surgidas desde hace más de veinte años, basadas en una atribución de beneficios -que ahora resulta excesiva- a actividades localizadas en determinados países; además, existe un vacío legal sobre la determinación del valor añadido generado en cada jurisdicción.
Es decir, la falta de coherencia entre los sistemas fiscales de los países pone de manifiesto la carencia de una normativa adecuada; y debido a ello, la OCDE lleva dos años trabajando en propuestas globales que persiguen la creación de un entorno fiscal homogéneo y sin huecos.
En otras palabras, el término BEPS pretende impedir estrategias de planificación fiscal utilizadas para, aprovechando las discrepancias existentes entre los sistemas fiscales nacionales, cambiar artificiosamente los beneficios a lugares de escasa o nula tributación, donde la empresa apenas realiza actividad económica alguna, lo que le permite eludir casi por completo el impuesto de sociedades.
Propuestas BEPS
El primer conjunto de informes sobre BEPS fue publicado en septiembre de 2014 e incluye una serie de medidas que proporcionan a los países las herramientas que necesitan para asegurar que se graven las ganancias allá donde se lleva a cabo la actividad económica y donde se crea valor, a la vez que ofrecen una mayor seguridad a las empresas a través de la prevención de conflictos relativos a la aplicación de las normas fiscales internacionales y la normalización de las obligaciones de los contribuyentes.
Junto a esto, la OCDE acaba de presentar -en octubre de 2015- el paquete definitivo de propuestas para llevar a cabo una reforma «integral, coherente y coordinada» de la normativa tributaria internacional y frenar así la elusión fiscal por parte de empresas multinacionales. Entre ellas se distinguen la mejora de la coherencia de los estándares impositivos internacionales, el refuerzo de su focalización en la sustancia económica y la garantía de un entorno fiscal de mayor transparencia.
Elementos clave de la estrategia BEPS
- Diferentes países en desarrollo -como Albania, Jamaica, Kenya, entre otros- son invitados a participar en las reuniones del órgano de toma de decisiones clave del proyecto BEPS -el Comité de Asuntos Fiscales (CFA)- y de sus grupos de trabajo técnicos.
- Cinco redes regionales organizadas de la política fiscal y funcionarios de la administración coordinan un diálogo estructurado con un grupo de países en desarrollo sobre cuestiones de BEPS.
- Las redes regionales apoyan la aplicación práctica de las medidas de BEPS y algunos de los temas prioritarios para los países en desarrollo -incentivos fiscales y de precios de transferencia de datos comparables- que están fuera de la acción BEPS.
No hay que olvidar a este respecto que el proyecto BEPS es especialmente importante para los países en desarrollo porque dependen en mayor medida de los ingresos por impuestos societarios, sobre todo los de las empresas multinacionales.