Los planes de pensiones son la fórmula más extendida para planificar el ahorro de cara a la jubilación. Sus beneficios fiscales y la apuesta comercial de la banca para su venta los convierten en el producto universal para la inversión a largo plazo.
Las opciones a elegir son muy variadas: hay planes arriesgados para invertir en Bolsa, otros más conservadores que colocan los ahorros en renta fija -aunque no hay que olvidar que también se puede perder dinero con esta alternativa-; aquellos que se adentran en bonos autonómicos, mixtos, etc. Ante el amplio abanico financiero que se abre, ¿qué criterio hay que emplear?
Uno de los principios básicos que citan los expertos es apostar por la renta variable cuando queda mucho tiempo para la jubilación, y por la renta fija si quedan pocos años; es decir, dado que los traspasos de planes de pensiones no tienen ningún tipo de penalización fiscal, un trabajador puede empezar en renta variable -invirtiendo parte del ahorro en Bolsa porque, aunque pueda experimentar pérdidas temporales, los mercados tienen habitualmente una tendencia positiva- y buscar el refugio de los planes más conservadores cuando le queden, por ejemplo, cinco años para jubilarse.
Las gestoras de planes administran productos que realizan esa misma dinámica -más renta variable al principio y más renta fija al final-, convirtiéndose en una buena alternativa para aquellos ahorradores que tienen poco conocimiento del mercado financiero o, en su caso, falta de tiempo o interés. También existe la posibilidad de invertir a través de planes garantizados, en los que la gestora se compromete a restituir al menos el dinero aportado.
Saber combinar las distintas fórmulas de ahorro
Los expertos señalan que “para una planificación financiera de cara a la jubilación, lo óptimo es ajustar los diferentes instrumentos encaminados al ahorro para que puedan complementarse unos con otros y adaptarse a los distintos perfiles de riesgo por los que puede pasar el ahorrador a lo largo de su vida”.
Los fondos de inversión pueden ser una de las mejores opciones para refugiarse en tiempos de volatilidad, ya que permiten traspasos de un producto a otro sin tributar. Otra fórmula indicada son los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), que permiten constituir una renta vitalicia asegurada y tienen como finalidad ir pagando primas para acumular un capital a lo largo del tiempo.
Igualmente, hay que subrayar la importancia de los seguros de ahorro como complemento a un plan de pensiones ya en los años previos al momento de la jubilación, puesto que ofrecen más rentabilidad que otras medidas a cambio de elevar la permanencia. Por último, los planes de previsión asegurada (PPA) logran generar un beneficio económico determinado.
Consejos financieros a la hora de la jubilación
- Busque el plan de pensiones de la entidad financiera o aseguradora que ofrezca mayor rentabilidad a su dinero.
- Invierta su dinero de manera segura; para ello, deberá consultar con un asesor financiero que le ayude a decidirse por los productos que más le convengan.
- Si tiene posibilidades, investigue las fórmulas que le permitan realizar aportaciones adicionales a su plan de pensión o de ahorro.
- Trate de liquidar todas las deudas antes de la edad de jubilación. Si tiene una hipoteca cuyo pago se extiende más allá de la fecha de su retiro, intente pagarla antes.
- Si llegado el día todavía no ha logrado seguridad financiera, prorrogue su vida laboral hasta la edad máxima permitida.