¿Hasta qué punto puede la empresa vigilar al trabajador? ¿En qué momento la supervisión invade la privacidad del trabajador? Pues bien, una sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha determinado que la empresa podrá leer el correo electrónico de sus empleados siempre que sean avisados. En Economipedia analizamos las importantes repercusiones de esta sentencia.
El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha terminado posicionándose a favor del trabajador rumano Bogdan Barbulescu, que en el año 2007 fue despedido cuando la empresa tuvo acceso a mensajes suyos de carácter personal. En esta tesitura, Bogdan pidió amparo al Tribunal de Derechos Humanos alegando que sus derechos fundamentales se vieron vulnerados. La sentencia le ha dado la razón, aunque también advierte que la vigilancia de las comunicaciones del trabajador es posible siempre y cuando se advierta al empleado.
Gracias a esta sentencia, los límites de la vigilancia en el puesto de trabajo parecen haber quedado acotados. Así pues, el Tribunal de Estrasburgo no prohíbe la vigilancia a los empleados, pero sí establece unos límites.
El despido de Bogdan Barbulescu
Todo comenzó entre los años 2004 y 2007, cuando Bogdan Barbulescu trabajaba como responsable de ventas en una empresa privada. La compañía le informó que sus comunicaciones por correo electrónico habían sido vigiladas entre el 5 y el 13 de julio de 2007. Llegado el 1 de agosto de 2007 se le comunicó su despido argumentando que había empleado recursos de la empresa para fines personales. Barbulescu negó que utilizase el correo electrónico para asuntos de carácter privado, sin embargo, las transcripciones que le entregó la empresa evidenciaban la existencia de mensajes íntimos.
Los tribunales rumanos terminaron dando la razón a la empresa. El caso terminó por llegar al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que inicialmente se posicionó a favor de la empresa. No obstante, el 5 de septiembre del presente año, el Tribunal modificó su postura. Tras 11 votos a favor y 6 en contra, Estrasburgo recrimina a los tribunales rumanos que no adoptasen una posición más equilibrada. Así pues, Estrasburgo sostiene que debe respetarse el derecho a la privacidad del trabajador al tiempo que se respetan las normas de comunicación en la empresa.
Por ello, la empresa debía haber avisado con antelación a Barbulescu que sus comunicaciones iban a ser vigiladas. A todo ello hay que añadir que la compañía debió comunicar al trabajador el alcance y los motivos de la vigilancia.
Ahora bien, Barbulescu no recibirá indemnización alguna. Los jueces han afirmado que la confirmación de que sus derechos fundamentales fueron vulnerados es resarcimiento suficiente.
Consecuencias de la sentencia
El texto emanado del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo aboga por el establecimiento de medidas de vigilancia y control en las comunicaciones de la empresa. No obstante, hay que añadirle ciertos matices: que la vigilancia debe acompañarse de salvaguardas que eviten la vulneración de los derechos fundamentales del trabajador.
El fallo de la corte no prohíbe que los jefes puedan supervisar las comunicaciones de sus empleados, ni tampoco impide que los trabajadores puedan ser despedidos por utilizar recursos de la empresa con fines personales. Por tanto, debe haber una armonía entre el control y el respeto a la privacidad de los empleados. Es por ello por lo que Estrasburgo hace especial hincapié en el preaviso al trabajador en la vigilancia de las comunicaciones.