Ya en el siglo XX, Bill Gates, el fundador de Microsoft, avisó sobre la necesidad de adaptar el tejido productivo al avance digital. Una realidad más real que nunca.
Casualidades de la vida que habiendo estado hace unos días comentando con compañeros economistas el avance de la tecnología, así como la penetración de esta en la economía del futuro, ciertos periódicos económicos abran con titulares que muestran el gran peso de esta en la economía. Concretamente, el titular más llamativo y el cual captó mi atención nada más verlo era uno en el que hacía referencia a los grandes patrimonios, afirmando que cerca del 70% de los mismos se encuentran, en estos momentos, ligados al sector tecnológico. Y es que, al analizar los diez (10) patrimonios más elevados del planeta, de acuerdo con Bloomberg, siete (7) de ellos son personas relacionadas directamente con el sector tecnológico.
Desde Bezos hasta Bill Gates, pasando por Mark Zuckerberg, son algunos de los grandes millonarios que han hecho de la tecnología la economía del futuro. Tal es el grado de avance y penetración de estas compañías que, mientras que en el 2014, hace 6 años, era difícil encontrar alguno de ellos en el TOP 10, en 2020, lo inusual en estos momentos y lo que llama la atención es que en el mismo ranking se encuentren personas que, como Warren Buffet o Bernard Arnault, no lideran compañías tan vanguardistas como las que lideran los líderes anteriormente citados. Y es que, ante el vanguardismo que presentan estas compañías y el crecimiento que han registrado en estos últimos años, pocos son aquellos que dudan sobre la robustez de la tecnología y, más importante aún, su consolidación en nuestra sociedad.
Pero si había alguna duda que pudiese despertar en alguien la percepción del sector tecnológico como un sector utópico, el Coronavirus y la pandemia que ha sacudido a nuestro planeta ha disipado toda duda existente. Desde Netflix hasta Bizum, pasando por la aplicación de reuniones virtuales Zoom, son empresas que han encontrado en este confinamiento, utilizando y ofreciendo a la sociedad su tecnología un lugar destacado en la demanda de los consumidores. El E-Commerce, las reuniones de trabajo virtuales, el pago en dinero digital, entre otros servicios, se han convertido en una demanda esencial en un momento en el que, dicho sea de paso, las medidas de distanciamiento social impedían realizar operaciones que, con el objetivo de combatir el virus, obligaban a la sociedad a buscar alternativas como la que estas compañías ofertaban.
Un entorno cada vez más digital
Como podemos observar, el COVID, además de más responsables y condescendientes con nuestra ciudadanía, nos ha hecho, sin siquiera saberlo, ciudadanos más digitales. Por primera vez, muchos ciudadanos en el planeta se han visto en la obligación de activar su talento digital, poniendo en marcha herramientas que, previamente, no habían utilizado. Herramientas que, a la luz de los datos, han disparado el volumen de usuarios, así como de facturación de sus desarrolladores durante la pandemia. Y es que, como muestran estos datos a los que hacemos alusión, el COVID ha llevado al gigante del streaming, Netflix, a duplicar su beneficio en un año. Un beneficio neto que superó los 700 millones de dólares, con una facturación récord de 5.800 millones de dólares.
Como se observa, en este escenario, las medidas de distanciamiento social, que tenían como objetivo prioritario frenar el avance del COVID, de la misma forma impidieron que la ciudadanía pudiese ir a trabajar, realizar sus actividades diarias, así como, incluso, el simple hecho de ir a comprar a determinadas tiendas. En un escenario insólito, la población tuvo que adaptarse a nuevas metodologías que, como poco, permitiesen a la ciudadanía seguir con su trabajo, así como con sus actividades más esenciales.
Y es que, al igual que irrumpieron hace años los e-sports, la digitalización llegó, incluso, a los propios gimnasios y centros deportivos; los cuales, tratando de adaptarse a la situación, ofrecían sus servicios de forma online, para que, en casa y sin tener contacto social, los ciudadanos pudiesen continuar con su rutina deportiva, pese a la incapacidad generada por la pandemia. Por lo que, hasta para la realización de deporte, así como mantenernos en forma, las plataformas digitales han sido un aliado esencial. Un aliado que, en boca de las grandes multinacionales, ha llegado para quedarse. Pues, debido a esta situación, muchas son las compañías que pretenden incrementar notablemente su inversión para reforzar su presencia digital, así como muchas otras que, incluso, desechan volver a la normalidad física en la que, previamente, se desarrollaban.
Más digitalización, más flexibilidad
Ante las medidas de distanciamiento social impuestas por los gobiernos, muchas son las empresas que se han visto sacudidas por el duro shock de oferta al que tuvo que enfrentarse la economía. Ante la incapacidad de reabrir sus espacios al consumo, los ingresos comenzaron a reducirse, a la vez que, en aquellos casos en los que seguir cerrado suponía una descapitalización total, las empresas comenzaban a cerrar definitivamente sus puertas. Y es que, ante la escasa digitalización que previamente presentaban las empresas, la incapacidad de adaptarse los llevó a una situación más que desagradable. Una situación irreparable y que, como se ha podido observar en aquellos países menos digitalizados, ha derivado en pérdida de capacidad productiva; con la consecuente pérdida de empleos que esta situación conlleva.
Una situación de la que han aprendido los empresarios, siempre de cara al futuro próximo. Pues, ante las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la posibilidad existente de que se den nuevos casos de epidemias, así como posibles rebrotes de la que hoy nos sacude, muchas son las empresas que han comenzado a acelerar sus procesos de digitalización. Todo ello con el principal objetivo de sobrevivir en un escenario como el que vivimos durante el gran confinamiento al que tuvo que someterse la ciudadanía para contener el virus. Pues, como comentan los principales expertos en recursos humanos en el planeta, la lección principal que se extrae de una situación como esta es el hecho de que las empresas necesitan comenzar a adaptarse a entornos digitales, propiciando ese cambio que, previamente, no veíamos con tanta necesidad.
Sin embargo, debido a la escasez de recursos y la descapitalización de las empresas en los distintos países que han sido sacudidos por el Coronavirus, muchas empresas pequeñas, de recursos muy limitados y tamaño muy vulnerable, van a encontrar dificultades para digitalizarse. Pues, cabe destacar, no solo hablamos de que las empresas pequeñas son las más comunes en todos los países del planeta, sino de que, además, en países desarrollados, incluso, como España, estas ocupan el 99,9% del tejido empresarial del país. Todo ello, teniendo en cuenta que hablamos de empresas que, además, son los mayores empleadores del mundo, debería llevarnos a atender sus dificultades, si lo que queremos es hacer de nuestras economías, economías robustas y resilientes.
Por tanto, hablamos de dificultades que, junto a las empresas, deberían paliar los distintos gobiernos, como potenciales interesados, así como permitiendo a estas poder digitalizarse con incentivos que, de la misma forma que representan una salida de capital de las arcas públicas, podrían retornarse con fenómenos como una menor vulnerabilidad de dichas empresas, así como una mayor robustez, flexibilidad y adaptabilidad del tejido productivo a las posibles situaciones futuras que podrían darse. Pues, como dijo Darwin: “La especie que sobrevive no es ni la más fuerte, ni la más inteligente, sino aquella que mejor se adapta al cambio”. Una frase que, posteriormente, Bill Gates matizó de la siguiente forma: “En el siglo XXI existirán dos tipos de negocios: aquellos que estén en internet y aquellos que ya no existan”.
Excelente información sabiendo que algunos países tendrán muchas dificultades para alcanzar el nivel económico que tenían antes de las pandemia, pero también es interesante la necesidad de adaptarse a nuevos sistemas de desarrollo como la digitalizacion.
Gracias
Hola Ruben;
Muchas gracias por tu comentario;
Efectivamente. Ante una pandemia que se caracteriza por impedir el contacto social, teniendo en cuenta la dependencia de muchas economías de sectores que requieren de este (véase turismo y comercio minorista), debemos aplicar nuevos mecanismos para sostener la situación y no romper la cadena económica. Y es que, precisamente, la recuperación en forma de "K" a la que tanto aluden los economistas, es, ni más ni menos, que una recuperación asimétrica entre sectores.
Un tema muy interesante y que daría para mucho debate.
Sin más, te mando un fuerte abrazo de parte del equipo de Economipedia 🙂