¿Sabías que Newton se arruinó en bolsa?
Sí, Isaac Newton, uno de los mayores científicos de todos los tiempos.
Cuentan que en 1687, estando a la sombra de un árbol, le cayó una manzana en la cabeza y le sirvió de inspiración para formular la teoría de la gravedad.
Pues unos 30 años después de eso, en 1720 comenzó a interesarse por la bolsa.
Y empezó bien.
Compró acciones de la Compañía de los Mares del Sur en febrero, y en mayo había doblado su dinero (ríete tú de Nvidia).
Fue una jugada maestra. Digna de un genio.
Vendió sus acciones y se forró.
Sin embargo, la cosa no acabó ahí.
Las acciones siguieron subiendo y movido por el miedo a quedarse fuera (el famoso FOMO) volvió a comprar unas semanas después, invirtiendo gran parte de sus ahorros.
Era un genio científico, pero no un gran inversor.
En septiembre estalló la burbuja de los mares del sur y Newton perdió casi todo lo invertido.
Se estima que perdió 20.000 libras esterlinas de la época. Que vendrían a ser unos 4 millones de euros actuales.
Casi nada.
Le dijo a un amigo esta frase que quedó para la historia: «He logrado predecir el movimiento de los astros, pero no la locura del mercado».
Ojalá hubiera tenido un mentor financiero.
Le hubiera evitado perder todo su dinero en un misil como ese.
Si un genio tan “racional” como Newton no pudo controlar sus emociones ante la bolsa, ninguno podemos.
Nadie puede predecir lo que va a hacer el mercado. Pero afortunadamente, tenemos un histórico de la bolsa mucho más amplio que Newton y podemos saber posibles comportamientos del mercado.
Y en base a ello puedes crear una cartera que te permita conseguir todos tus objetivos, en vez de “jugar” en bolsa como si fuera un casino.
Las buenas inversiones se hacen en momentos de máxima preocupación, no en momentos de máxima tranquilidad.
Para ello hay que estar bien preparado, con una buena estrategia de inversión.
Y así, no solo no te afectarán los vaivenes del mercado, sino que te aprovecharás de ellos.
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