Hace siete años Estados Unidos situó por primera vez en la historia el tipo de interés en una horquilla entre el 0 y el 0,25%. Siete años después, la Reserva Federal comenzará a subirlos levemente ante el temor de una nueva crisis financiera. Ante esta noticia, la mayoría de analistas se preguntaban cuándo lo harán. Esta tarde, la presidenta de la Reserva Federal ha aclarado las dudas, «los tipos de interés en los niveles actuales durante un periodo prolongado de tiempo pueden generar riesgos excesivos y socavar la estabilidad financiera», advirtiendo que la subida de tipos es inminente.
¿Por qué se corren riesgos excesivos? Vamos a hacer un pequeño repaso de cómo se han movido los tipos de interés en los últimos años y cómo han afectado a la economía.
Los tipos de interés se bajaron en 2001 para paliar los efectos de la burbuja de las punto-com, tanto en Europa como en Estados Unidos. Esto animó a la gente a endeudarse, aumentando el consumo y la inversión. Pocos años después, ese endeudamiento e inversión resultó ser excesivo, provocando una burbuja financiera e inmobiliaria en muchos países del mundo. Aquel exceso de oferta de dinero (tipos de interés bajos) provocó que la gente consumiera por encima de sus posibilidades, generando la crisis financiera del 2008. Los analistas económicos consideraron que los tipos de interés habían estado demasiado bajos durante demasiado tiempo.
Pues bien, los tipos de interés en Estados Unidos estuvieron tres años entre el 1% y el 2%, mientras que ahora mismo vamos a por el séptimo año consecutivo con unos tipos de interés de entre el 0% y el 0,25%, su nivel más bajo de la historia. Abróchense los cinturones, la montaña rusa cada vez es más alta.
Se ha demostrado muchas veces en la historia que bajos intereses durante largos periodos de tiempo son creadores de burbujas. Por ello, la pregunta que nos deberíamos hacer no es cuándo se subirán los tipos de interés, sino por qué no lo han hecho antes. La excusa ha sido que se ha tardado mucho más tiempo en recuperar el crecimiento económico, lo que ha obligado a mantener los tipos bajos durante más tiempo.
Inundar la economía con dinero barato da tranquilidad y confianza. Las bolsas suben, los Estados se pueden financiar barato (incluso con intereses negativos) y las inversiones aumentan. Eso debería generar mucho empleo y aumentar la productividad, pero en muchos lugares no está ocurriendo, simplemente aumentan los beneficios gracias a la ingeniería financiera.
Si bajar tipos e inyectar liquidez en la economía fuera la piedra filosofal de las finanzas ya no habría más recesiones ni crisis económicas. En cambio, sigue habiendo recesiones y nadie sabe que va a pasar si se siguen aplicando esas políticas. Lo único que sabemos es que la última vez que se aplicaron provocaron una crisis más fuerte de la que curaban.