Emisión de obligaciones
La emisión de obligaciones es un acto mediante el que una empresa obtiene financiación. La empresa, mediante este acto, contrae un préstamo que se divide en títulos, los cuales son adquiridos en el mercado por parte de inversores que compran dicho título a cambio de un rendimiento.
Técnicamente, la emisión de obligaciones es un acto realizado por cualquier persona jurídica que desee obtener financiación. Así, una vez se formaliza en escritura pública y se realizan los trámites pertinentes para llevar a cabo la operación, la empresa adquiere un préstamo que divide en títulos para comerciarlos en un mercado.
Estas obligaciones, posteriormente, son adquiridas por inversores que desembolsan el capital, siendo los prestamistas en la operación, a cambio de un rendimiento futuro. El prestatario, al prestamista u obligacionista, deberá abonar el tipo de interés futuro más el nominal.
Cabe añadir que estas obligaciones pueden emitirse por un endeudamiento futuro, o un endeudamiento previo. Es decir, pueden emitirse obligaciones de un préstamo anterior, convirtiendo así a los acreedores de dicho préstamo en obligacionistas.
Asimismo, hay que destacar que las obligaciones se diferencian de otros títulos de deuda como el bono o el pagaré por el hecho de que hablamos de deuda a muy largo plazo, considerándose un periodo superior a 10 años.
En resumen, hablamos de una oferta realizada por una empresa, conocida también como entidad emisora, de un préstamo del cual ella será la parte prestataria. Por la otra parte, cada prestamista será el suscriptor de la obligación que adquiera y, posteriormente y quedando registrado públicamente, se convertirá en obligacionista que obtendrá un rendimiento.
Características de una emisión de obligaciones
Entre las características que mejor definen lo que es una emisión de obligaciones y para qué se realiza, podemos destacar las siguientes:
- Es una herramienta para obtener financiación por parte de una empresa.
- La compañía busca adquirir un préstamo que divide en títulos y que comercializa.
- Estos títulos son adquiridos por inversores, que se convierten en obligacionistas.
- A cambio de un desembolso, el obligacionista recibe un interés determinado, que debe abonar el prestatario junto al nominal.
- Las obligaciones, a diferencia de otros títulos de deuda, se caracterizan por ser a muy largo plazo.
- Todo este proceso debe formalizarse en escritura pública, y se deben realizar los trámites correspondientes que ordena el Estado.
Diferencia entre obligaciones, bono y pagaré o letra
Como decíamos en el apartado anterior, conviene distinguir entre obligaciones, bonos y pagarés. Pues estos tres tipos de títulos de deuda presentan similitudes, pero también diferencias. Aunque, como veremos a continuación, estas diferencias son leves, y están basadas en la cantidad de la deuda y el tiempo.
Así, un pagaré es un tipo de título de deuda en la que el plazo de devolución suele ser inferior, de entre 12 y 18 meses. En este sentido, el dinero, junto al interés, se devuelve en el corto plazo. Por ello, esta inversión, de la misma forma, se considera una inversión de corto plazo.
Por otro lado, un bono es un tipo de título de deuda en la que este plazo (de devolución) es superior, de entre 3 y 5 años. En este sentido, hablamos de una inversión a medio-largo plazo. Los bonos, al igual que el pagaré o la obligación, confieren a sus suscriptores el derecho a cobrar la deuda más el correspondiente interés determinado previamente.
Por último, la obligación es un tipo de título de deuda en la que dicho plazo (de reembolso) es superior a los mencionados anteriormente. En este sentido, hablamos de deudas a muy largo plazo y grandes volúmenes de financiación. Si tenemos que decir un plazo, diríamos que hablamos de deudas a devolver en un periodo superior a los 10 años. No obstante, puede extenderse el tiempo que se considere oportuno antes de su emisión.
Diferencia entre emisión de obligaciones y emisión de acciones
Asimismo, es conveniente señalar la distinción entre lo que conocemos como «emisión de obligaciones» y lo que llamamos «emisión de acciones». Por el hecho de llamarse «emisión» puede confundirnos, pero como veremos a continuación, es sencillo comprender las diferencias.
Así, una emisión de obligaciones, como decíamos, es un acto mediante el que una empresa obtiene financiación. La empresa, mediante este acto, contrae un préstamo que se divide en títulos, los cuales son adquiridos en el mercado por parte de inversores que compran dicho título a cambio de un rendimiento.
Por otro lado, la emisión de acciones es un acto mediante el que una empresa obtiene financiación. Sin embargo, no se emite una deuda (como en la emisión de obligaciones), sino un porcentaje de la empresa que se comercializa y es adquirido por inversores.
Ejemplo de una emisión de obligaciones
Para terminar, veamos un ejemplo de una emisión de obligaciones.
Imaginemos una empresa como Pepsico, la cual requiere de capital nuevo para poder abrir su negocio en nuevos territorios sin explorar y donde Coca Cola está ganando cada vez más presencia.
Así, Pepsico se dirige a los accionistas para comunicar esa necesidad de obtener capital. Además, la buena marcha de Coca Cola ha hecho que la empresa no se encuentre en condiciones para vender acciones y obtener capital mediante esta vía.
Todos los accionistas acuerdan emitir obligaciones, las cuales tendrían un interés anual, siendo un coste para Pepsico y un beneficio para el suscriptor u obligacionista, de entre el 3 y el 4% con posibilidad de incrementarse en tanto en cuanto se eleva el importe de la operación.
Decidida la estrategia, se realizará un contrato con el fin de aclarar y formalizar la emisión de obligaciones, así como los beneficios que tendrán los obligacionistas ante escritura pública, y se realizarán los trámites correspondientes.