Empatía
La empatía es la capacidad de comprender y percibir las emociones y sentimientos de otra persona sintiéndolos como propios.
Comúnmente es lo que se conoce como “ponerse en el lugar del otro” o “en la piel del otro”. Consiste, como hemos dicho anteriormente, en intentar comprender qué sentimientos experimenta otra persona cuando pasa o afronta una situación, normalmente delicada o negativa.
Todos, en mayor o menor medida, tenemos empatía, ya que cuando vemos ciertas situaciones como injusticias, tragedias o simplemente a alguien pasándolo mal por algo, nos suscita sentimientos de pena o comprensión. Más aún sucede cuando ocurre con una persona cercana o que conocemos.
La empatía es un valor necesario en sociedad, y gracias al cual el hombre se adhirió a ella. Las relaciones de voluntariedad, generosidad y ayuda desinteresada emanan de la empatía. Las personas que realizan todos estos actos están inspiradas en la empatía, se ponen en el lugar del prójimo y ayudan a los demás.
Por otro lado, en el extremo contrario, se encontrarían los psicópatas y sociópatas. Son personas carentes totalmente de empatía y solo pueden experimentar algunos sentimientos, de ahí su frialdad y crueldad con el resto de las personas.
Empatía y política
Una vez más, nos encontramos ante un caso que enfrenta «lo que es» y «lo que debería ser». Es decir, desde los partidos políticos e instituciones estatales se intenta convencer al ciudadano de que el político mira por el ciudadano, en su bienestar, en que todas las decisiones están basadas en la empatía. Nada más lejos de la realidad, según expertos en el campo, con la expansión de las democracias occidentales, donde una persona equivale a un voto, las estrategias de los partidos suelen estar basadas en la maximización de los votos.
Por ello, cuando un partido va a una población determinada a realizar promesas a los vecinos, realmente necesita los votos de esa población, ya que han encontrado ahí un nicho de político por explotar.
Por ejemplo, en Estados Unidos, cuando los sondeos estiman muy igualado el resultado de un Estado, la campaña electoral se vuelca en estos Estados, ya que el sistema electoral americano, otorga la totalidad de los representantes al partido ganador. En cambio, en aquellos en los que el partido pierde por mucha diferencia la campaña es más liviana, menos intensa.
Los políticos y partidos juegan con ese valor humano que es la confianza, creen que, verdaderamente, sus representantes tienen gran empatía por ellos pero, salvo algunos casos, esto no es así.
A veces ocurre que, cuando se cumplen ciertas promesas, como la construcción de una gran infraestructura en un lugar determinado, se está premiando el comportamiento electoral de una región. Pero puede que se esté perjudicando a otra, en la que dicha construcción resultaría más eficiente.