Expectativa
La expectativa es la posibilidad razonable de que un acontecimiento suceda. No se trata de una simple ilusión, sino de un hecho probable con fundamento.
La expectativa también puede entender como la aspiración a cumplir un determinado propósito u objetivo.
Por ejemplo, una persona puede tener la expectativa de conseguir un ascenso en su trabajo. Esto, al haber mostrado un buen rendimiento y porque sus superiores ya le habían mencionado que dicha promoción era una posibilidad.
Cabe mencionar que cuando se dice que una persona está «a la expectativa» significa que está pendiente de los acontecimientos antes de tomar una acción o decisión.
Expectativa y esperanza
A diferencia de la expectativa, la esperanza no tiene un sustento, puede ser simplemente un deseo y quizás la persona ni siquiera está siguiendo los pasos para poder cumplir ese sueño.
En contraste, la expectativa tiene una base, por lo que es un supuesto racional que no responde a la fe.
Por ejemplo, imaginemos que Carlos tiene la idea de viajar a China como turista. Sin embargo, aún no ha pensado en un plan de ahorro para lograr ese objetivo. Por lo tanto, Carlos tiene la esperanza de viajar a China.
En cambio, Mariana es una profesional que quiere estudiar un máster en Estados Unidos. Por el momento, ya aprobó un examen internacional de inglés con una calificación notable y ha enviado su solicitud de admisión a tres universidades. En este caso, Mariana tiene la expectativa, y no solo la esperanza, de recibir una respuesta positiva y de poder viajar a Estados Unidos para estudiar un posgrado.
Expectativa en la teoría económica
En la teoría económica tenemos principalmente dos conceptos que nos permiten explicar cómo los agente formulan sus proyecciones:
- Expectativas adaptativas: Cuando el agente se basa en datos históricos, aprendiendo de sus errores. Esta teoría fue formulada por Philip Cagan en 1956 quien postuló que los consumidores estiman la inflación futura en función de la información pasada.
- Expectativas racionales: Los individuos usan toda la información disponible para formular sus proyecciones, tanto de la variable a estimar como de otras relacionadas, e incluso consideran noticias o anuncios de la coyuntura económica o financiera. Esta teoría fue presentada por John Muth a inicios de la década de 1960.