El fraude contable es un acto intencionado por partes relacionadas con una empresa (dirección, empleados, clientes, etc.) que se realiza con el fin de obtener una ventaja injusta o ilegal mediante la utilización del engaño.
Existe fraude contable cuando una irregularidad se comete intencionadamente con el fin de presentar, por ejemplo, mejores beneficios. También existen casos de fraude por parte de los empleados mediante el robo, traspaso u ocultación del dinero. Debido a ello existen unos estándares contables que faciliten la transparencia de la contabilidad.
Condiciones que incitan al fraude
Para cometer fraude contable, generalmente deben darse una serie de condiciones que faciliten el acto. Estas condiciones se encuentran definidas por el Triángulo del Fraude, modelo originado por el criminólogo americano Donald Cressey. Son las siguientes:
- Incentivos o presiones: Por ejemplo, si un director financiero obtiene al final del ejercicio una retribución extra si su empresa presenta un resultado superior a un millón de dólares, puede verse incentivado a cometer fraude para alcanzar esta cifra y así poder conseguir esta retribución. En este caso, nos encontraríamos ante un caso de fraude contable condicionado por incentivos. No obstante, también pueden existir casos de presión en los que por necesidad (carecer de recursos o presión por cumplimiento de planes financieros) una persona acabe cometiendo fraude.
- Oportunidad: Sin duda, la condición necesaria para defraudar. Esto ocurre cuando una persona abusa de su posición de confianza dentro de una empresa y puede resolver problemas financieros con una percepción baja del riesgo de ser descubierto.
- Actitud/racionalización: Son las justificaciones que una persona utiliza hacia sí mismo cuando comete fraude por primera vez. Generalmente, estos individuos se consideran personas honestas y tratan de justificarse con pensamientos éticos que lo que hacen no es ilegal. Por ejemplo, con pensamientos como “mi jefe también lo hace”, “mi familia lo necesita” o “solo estoy cogiendo prestado el dinero de la caja”.
Medidas a tomar por la dirección para evitar fraude contable
A continuación, vamos a nombrar una serie de medidas que la administración de una empresa suele establecer en las empresas para evitar estos casos:
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- Identificar los riesgos más significativos en función del tipo de empresa y actividad, y que estos sean mitigados mediante un sistema de control interno efectivo. Por ejemplo, una empresa con muchos movimientos en la tesorería debería realizar conciliaciones entre los cobros y pagos del extracto bancario con los registrados en contabilidad.
- Realizar pruebas periódicas para verificar que estos controles funcionan correctamente.
- Segregación de funciones para que una operación sea revisada por varias personas. Así, si una de ellas comete fraude la siguiente en intervenir en el proceso podrá detectarlo.
- Mantener una plantilla con personas honestas y con capacidades necesarias para ejercer sus funciones.
- Fijar correctamente la responsabilidad de cada persona.
Estas son algunas medidas para tratar de evitar el fraude contable.
¿Sería un fraude contable que una compañía de suministros de gas cobrara unos cargos en el banco con fechas correspondientes a 3 consumos consecutivos (cada uno de dos meses), luego escamoteara las facturas correspondientes a dichos pagos de su página web y las sustituyera por 3 facturas nuevas, emitidas la vez, pero con posterioridad a los pagos, y con un consumo exagerado. Por último, cuando el cliente descubre que han cambiado el contador, emite una nueva factura en la que contempla el cambio del contador, pero, "casualmente", la lectura del contador antiguo coincide exactamente con la lectura del contador nuevo, algo tan poco probable que, en la práctica, es imposible?
Hola José Ramón,
Efectivamente podría serlo. Concretamente, podría utilizarse para blanquear dinero. No obstante, debemos otorgar el beneficio de la duda y puede que sea un fallo. Sin embargo, si la factura ya está pagada y se emite una nueva factura (que no se paga), podría servir para introducir dinero desde otros destinos diferentes al consumidor. Claro que en una inspección tributaria, si se cruzan los movimientos y se comprueba que el dinero procedente de la factura posterior inflada no coincide con el pago bancario del consumidor se podrían meter en un buen lío y tendrían que justificarlo ante el Inspector.
Saludos y esperamos que sirva el comentario.