El principio de uniformidad es una norma contable la cual indica que una vez aplicado un criterio de contabilización o valoración este debe mantenerse en el tiempo.
Las empresas deben contabilizar su actividad y para ello existen una serie de normas. Lo que indica este principio es que no podemos aplicar criterios a conveniencia. Por ejemplo, si decidimos aplicar un determinado tipo de amortización a un activo, no podemos cambiarlo en otro momento porque nos conviene más.
En otras palabras, si escogemos unos criterios determinados (y establecidos por las normas contables) deberemos mantener esos criterios en todas las transacciones del mismo tipo.
Con todo, sí se puede cambiar un criterio en un momento determinado, pero deberá justificarse en la memoria y explicar qué ha motivado dicho cambio.
Sólo el 2% de la población sabe lo que quiere y cómo lo va a conseguir ¿y tú?
Tu dinero = tu tiempo + tu talento. A lo último, te ayudamos nosotros.
Mejora tu conocimiento en finanzas aprendiendo de los mejores profesionales, con cursos efectivos y entretenidos.
Ejemplo de principio de uniformidad
Imaginemos que compramos una máquina y la norma nos deja realizar una amortización acelerada. Sin embargo, el segundo año decidimos cambiar el método de amortización constante, y el tercero volvemos al realizar la amortización acelerada nuevamente. Aunque estos tipos de amortización están contemplados en las normas contables, no estaríamos cumpliendo el principio de uniformidad.
Otro ejemplo sería valorar dos máquinas exactamente iguales con las mismas características y compradas al mismo precio, de forma diferente. De nuevo, a menos que exista justificación, se deben valorar del mismo modo.
No obstante, como ya hemos indicado, se podría justificar dicho cambio pero siempre incluyéndolo en la memoria y dando la explicaciones pertinentes.