Procrastinar
El concepto procrastinar significa posponer y dejar asuntos y tareas pendientes aún teniendo la posibilidad de llevarlas a cabo. Esto hace que pueda afectar al sujeto, ya que a nivel emocional se puede sentir culpable y ansioso por la idea de que es algo que tiene pendiente. Sin embargo, no se pone a ello dejando que pase el tiempo y aumente su propio malestar.
Procrastinar es dejar cosas de carácter importante para otro día, cuando realmente se podían llevar a cabo en el momento presente. Además, son tareas que se deben resolver, pero la persona decide postergarlas una y otra vez. Por ejemplo, hinchar las ruedas del coche cuando este genera un aviso automático avisando de la necesidad de ser revisadas.
En el mundo de la psicología es un término muy utilizado. No se trata de una patología, sino de algo más asociado a la pereza, pero puede haber más motivos.
Existen muchas causas que pueden llevar a un individuo a postergar sus tareas. Por ejemplo, miedo a fracasar a la hora de desarrollarlas, pereza por no ejecutarlas, enfrentarse a algo demasiado complejo, tener que realizar algo poco agradable o desgana.
Por lo tanto, procrastinar es algo que probablemente todos hayamos hecho alguna vez. El problema es si se repite continuamente y la persona adopta este modo de comportamiento como algo habitual.
¿Cómo se puede evitar la procrastinación?
La procrastinación es un hábito que tienen algunas personas y consiste en postergar acciones y tareas que les resultan poco agradables. Esas tareas las sustituyen por otras que quizá no sean tan urgentes y les resultan más satisfactorias de llevar a cabo.
Para evitar esto, se pueden implementar una serie de pautas:
- Hay que ser consciente del problema: Si un individuo repite constantemente esta forma de comportarse, debe empezar a tener en cuenta del malestar que le genera y el tiempo que pierde para resolver sus acciones pendientes.
- Planificar las tareas a desarrollar: Organizarse y listar las tareas que se han de llevar a cabo es algo que puede ayudar. Eso sí, se deben incluir todo tipo de tareas, agradables y desagradables, que deben ser realizadas lo antes posible. Elaborar un calendario diario, semanal o mensual será de gran ayuda para no postergar aquello que resulta más tedioso.
- Dividir tareas que resultan poco apetecibles: Suelen ser tareas muy complejas que pueden ocupar mucho tiempo. Por ejemplo, limpiar la casa. En lugar de hacerlo en un día entero, se pueden ir limpiando espacios cada día para que resulte más cómodo.
- Implementar la regla de los 2 minutos: Esta regla indica que si tienes algo que hacer que dure menos de ese tiempo hazlo, no es necesario planificarlo. Además, se puede ampliar un poco el tiempo de ejecución y generar un hábito teniendo en cuenta esta técnica.
Ejemplo de procrastinar
Aunque probablemente en algún momento de nuestras vidas todos hayamos procrastinado, hay personas que tienen ese hábito de forma continua.
Algunos tienden a procrastinar en cuestiones importantes que son necesarias realizar, pero que pueden llegar a generarle cierto estrés e inapetencia. Sin embargo, postergarlas todavía aumenta más el malestar y se vuelve un círculo vicioso.
Evitar estudiar para un examen pendiente y dejarlo para el último día sería un ejemplo de procrastinar. Es algo que suele ocurrir bastante, ya que se pospone continuamente hasta que llega el día y en muchas ocasiones se estudia rápido y mal, lo que genera malos resultados.