Tasa de actividad emprendedora
La Tasa de Actividad Emprendedora, o TEA por sus siglas en inglés (Total early-stage Entrepreneurial Activity), es aquella que mide todas las iniciativas emprendedoras de menos de tres años y medio que existen en un mercado.
Por ejemplo, si la TEA de un país es del 8%, significa que de cada 100 personas hay 8 que han emprendido en los últimos tres años y medio.
La TEA recoge, principalmente, las características de la dinámica emprendedora en una nación. El Informe más importante dónde se reflejan los datos de esta actividad se conoce como el Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
El proyecto GEM tiene la finalidad de generar una visión anual detallada sobre la situación empresarial y laboral en que vive una sociedad. Este proyecto lleva a cabo formaciones y cuenta con muchos investigadores que aportan datos para valorar de forma más objetiva la actividad emprendedora.
Existen dos puntos de análisis:
- La población adulta de un país.
- Conclusiones de expertos.
Las líneas que sigue el proyecto son tres: estudia los/as emprendedores nacionales e internacionales, analiza los factores determinantes de esta actividad y las futuras políticas para incentivar la misma.
El informe GEM muestra los países distribuidos según su nivel de desarrollo económico. España está alineada con Alemania, Bélgica, Francia y Suecia. La capacidad emprendedora de Francia es de un 6% y la de Alemania un 6,5%. La media de Europa es de un 8%, destacando los países nórdicos como Finlandia con una tasa de 7,3%.
China, Chile, Perú, Panamá y Argentina tienen tasas superiores al 20%, siendo países situados en un grupo económico distinto por su nivel de desarrollo.
Factores de la actividad emprendedora
En la actualidad, la investigación ha centrado parte del análisis del emprendimiento en aspectos tales como los relacionados con el acceso al crédito, motivado por las asimetrías de información persistentes en los mercados.
Para disminuir las barreras de entrada, las instituciones públicas han desarrollado una amplia batería de ayudas públicas: incentivos a la formación; establecimiento de normas de calidad y seguridad; asesoramiento jurídico y comercial; y, en especial, programas de apoyo financiero.
El análisis de la actividad emprendedora, desde perspectivas horizontales, suele encontrarse con el problema que las iniciativas de promoción públicas se ofrezcan con posterioridad a detectarse las oportunidades en el mercado, aunque pueden ser utilizados por los nuevos empresarios que accedan al sistema.
Son destacables los recursos dispuestos por las líneas de crédito a pymes, que crean una financiación específica a emprendedores para facilitar la adquisición de infraestructuras a un coste y condiciones de devolución del principal más ventajosas que en el mercado. Además, destaca la concesión de avales, proporcionados por las sociedades de garantía recíproca, y los préstamos participativos.
Cabe señalar, sin embargo, que las limitaciones son más severas en una serie de colectivos en los que la tradición emprendedora es todavía escasa, como son mujeres, inmigrantes y jóvenes.