El gigante estadounidense de la distribución de juguetes, Toys’R’Us se ha declarado en bancarrota ante las dificultades que le supone hacer frente a unas deudas multimillonarias. A tan solo dos meses del inicio de la temporada navideña, la compañía juguetera ha suspendido pagos. Pese a ello, las más de 1.600 tiendas de Toys’R’Us continuarán abiertas en todo el mundo.
Que Toys’R’Us se declare en bancarrota no quiere decir que necesariamente se vaya a liquidar la empresa. Gigantes de la industria del automóvil como General Motors o Chrysler hicieron uso de esta medida para lograr reestructurar su deuda. Prueba de la voluntad de Toys’R’Us por reestructurar su deuda es que han llegado a un acuerdo con JP Morgan y otros inversores por un total de 3.000 millones de dólares para poder financiar la deuda. Pese a todo, no va a ser tarea fácil hacer frente a un total de 5.000 millones de dólares en deudas a largo plazo.
La bancarrota de Toys’R’Us en profundidad
Para lograr reflotar la empresa, se han adoptado otras medidas, entre las que figuran el cierre de aquellas tiendas que sean menos rentables. También se apostará por la renovación de aquellos establecimientos que continúen abiertos. Así pues, Toys’R’Us utilizará la financiación conseguida para poder sufragar sus operaciones diarias.
La bancarrota solicitada por Toys’R’Us les permitirá quedar protegidos frente a sus deudas mientras conservan el control de sus operaciones, que estarán sometidas a tutela judicial.
Si analizamos el sector minorista en Estados Unidos, veremos que la quiebra de Toys’R’Us es la segunda mayor bancarrota. Estamos pues ante la caída de una empresa con más 1.600 establecimientos, 64.000 trabajadores en plantilla y unos activos que alcanzan un valor total de 6.900 millones de dólares.
Y es que la industria minorista está sufriendo mucho ante colosos de la distribución como Amazon o cadenas de descuento como Wallmart. Toys’R’Us no es el único gran minorista abocado a la quiebra, puesto que más de una docena de grandes minoristas se han declarado en bancarrota a lo largo de 2017.
La actual situación de Toys’R’Us es consecuencia de una deuda que ha ido acumulándose a lo largo de los últimos años. La juguetera ha hecho grandes esfuerzos por atender sus pagos, pero está tratando de ampliar los plazos, entre ellos el de un pago de 400 millones de dólares que vence el próximo año.
Los proveedores conocen la situación de Toys’R’Us, por lo que están imponiendo condiciones comerciales más duras para la distribuidora de juguetes. Para ello, los proveedores retrasan los envíos y exigen pagos en efectivo.
El castigado sector del juguete
En cuanto a los productos ofertados por Toys’R’Us se están produciendo grandes cambios que afectan a su modelo tradicional de juguetes. Los niños prefieren los videojuegos o los dispositivos electrónicos frente a los juguetes clásicos. Para mayor desgracia, las ventas de la industria del juguete dependen en buena medida de las películas infantiles y los datos de ventas de las taquillas de cine en este verano no son precisamente favorables.
Los problemas de Toys’R’Us también están afectando a la industria del juguete. Un claro ejemplo fue que el anuncio previo a la suspensión de pagos causase fuertes caídas en las acciones de jugueteras como Hasbro y Mattel. Otro dato esclarecedor es que las acciones de Mattel están en su valor más bajo desde los duros momentos de la crisis económica en 2009.
Toys’R’Us está en manos de Bain Capital, KKR y Vornado Realty Trust, que la compraron por 6.600 millones de dólares. Las ventas continúan disminuyendo y en consecuencia las pérdidas aumentan. Solo en su primer trimestre fiscal, Toys’R’Us ha perdido 164 millones de dólares.