La economía alemana se sitúa de nuevo en el ojo del huracán y su producto interior bruto (PIB) cae un 0,1%.
Alemania vuelve a sufrir. Tras un primer trimestre en el que creció un 0,4% la economía alemana vuelve a retroceder. La locomotora alemana, que hasta hace muy poco había sido un ejemplo de resiliencia económica, plantea dudas sobre el futuro de su economía.

La desaceleración económica mundial parece estar afectando más que de costumbre al país, que está viendo como las expectativas empresariales y el índice de manufacturas cae sin cesar.
Las manufacturas a la baja y las expectativas hundidas
Las expectativas empresariales registraron ayer su punto más bajo desde el año 2012. En línea con eso las manufacturas, cuyo último dato se publicó en agosto llevan cayendo desde 2017 y se encuentran también en su zona más baja desde 2012.

Además, Alemania convive ahora con otras amenazas adicionales a las de otros países de la Eurozona. Su dependecia de las exportaciones es muy alta, ya que representan un 40% de su PIB. Y por si fuera poco, la industria del automóvil que representa un 7% del PIB del país, está en plena desaceleración. Para dar cuenta de la magnitud, en Francia supone un 1,5%, Italia un 2% y España un 3%.
¿Crecer recortando?
Con todo, Alemania sigue siendo una economía muy fuerte, la más fuerte de Europa. Habrá que ver cómo salen de esta y si vuelven a ser un ejemplo de constancia y resistencia. Vale la pena recordar, que mientras Europa se hundía en la pasada crisis económica, Alemania enseguida se recuperó y comenzó a crecer bajando el desempleo y reduciendo su deuda pública respecto al PIB.
Así pues, merecerá la pena seguir de cerca las medidas del Gobierno alemán para comprobar si son capaces de revertir la situación y, si de nuevo, lo hacen sin comprometer la sostenibilidad a largo plazo de las cuentas públicas.