La inversión extranjera directa (IED) registra el peor flujo respecto al trimestre anterior desde que comenzó la serie que ofrece el Banco de España (BdE). El último trimestre de 2018 marcó una salida de capital extranjero 13.263 millones de euros.
Desde que el Banco de España ofrece la serie temporal que registra los activos y pasivos correspondientes a la inversión extranjera directa, los pasivos—que registran el capital del extranjero que se invierte en España—han sufrido una caída importante el último trimestre de 2018.
Dicho de otro modo, 13.263 millones que estaban invertidos en España, han dejado de estarlo en el último trimestre de 2018. El siguiente gráfico muestra las entradas y salidas de capital de los sectores no residentes (extranjeros).
El gráfico anterior muestra en el dato señalado en rojo (último dato de la serie correspondiente al cuarto trimestre de 2018) el peor dato de un flujo de la IED desde 1993. Es decir, desde la fecha desde la que se ofrecen los datos.
España registró una salida neta de capitales de 21.373 millones de euros
Anteriormente sólo habíamos hecho referencia al aumento o reducción de la cantidad de dinero extranjero que está invertido en forma de IED en España (pasivos).
Cuando hablamos de entrada/salida neta de capitales, estamos haciendo referencia a la diferencia entre el capital extranjero que invierte en la nación (pasivos) y el capital nacional que invierte en el extranjero (activos
Por tanto, un aumento (flujo positivo) estaría indicando que se invierte más dinero extranjero en España que dinero de España en el extranjero. Y al revés, una reducción (flujo negativo) nos estaría diciendo que el dinero que sale de España (residentes) es de mayor cuantía que el que entra en España (extranjeros).
A la luz de los datos recogidos por el Banco de España, en el último trimestre de 2018 la cantidad de capital español que se invirtió en el exterior aumentó en 8.110 millones, mientras la entrada de capital procedente del exterior se redujo en 13.263 millones de euros. En suma, tanto la salida de capital español en busca de inversión en el exterior, así como la salida del capital extranjero invertido en España han dado lugar a una salida neta de capitales equivalente a 21.373 millones de euros.
¿Esto es bueno o malo para la economía española?
¿Cómo se interpreta todo esto? A grandes rasgos, lo que le interesa a un país es atraer capital. El capital invierte, crea empresas y, por tanto, puestos de trabajo. La creación de empresas y puestos de trabajo, reduce la población que se encuentra desempleada y el número de contribuyentes podría verse favorecido. Si la población desempleada se reduce y hay más contribuyentes, el gasto público en seguros por desempleo se reduce y la recaudación podría aumentar, lo que a su vez (en caso de no aumentar el déficit en otras partidas) reduciría la deuda del país.
Por rizar el rizo un poco más, la reducción de deuda y unas cuentas saneadas provocan que los inversores confíen más en la deuda que emite un país. De este modo puede financiarse a un tipo de interés más barato en los mercados. Y esto, a muy grandes rasgos, repetido una y otra vez se convierte en un círculo virtuoso.
De manera que lo que está ocurriendo ahora mismo en España dista de ser una buena noticia. Lo que está ocurriendo es una salida de capital y no una entrada, que es lo que, por norma general, interesa a un país
No obstante, la IED para nada lo es todo, pero atraer capital a un país dispuesto a invertir es casi siempre una buena noticia. En este caso, tendremos que seguir de cerca la evolución de la inversión extranjera y de los flujos de capital. Siempre teniendo en cuenta, eso sí, que existen otras variables también muy importantes y que no son estrictamente económicas.