El Presidente Jerome Powell ha anunciado las nuevas políticas que se llevarán a cabo para el próximo año. Ante la desaceleración económica, la Reserva Federal ha decidido poner fin a las subidas de tipos.
Ante los datos macroeconómicos que se están conociendo, la Reserva Federal, liderada por Jerome Powell, ya ha anunciado que mantendrá los tipos de interés en el mismo intervalo en el que dijo que los iba a mantener. Según las declaraciones de Powell, la FED mantendrá los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 2,25% y el 2,5%.
Al igual que lo hizo el Banco Central Europeo hace unas semanas, ahora, la Reserva Federal anuncia que no habrán nuevas subidas de tipos en Estados Unidos, al menos hasta que la situación económica y política se normalice, impulsando la economía. Ante la desaceleración económica que vive la economía global, los Bancos Centrales han decidido mostrar cautela y esperar a la reacción de la economía.
Y es que, ante una economía cada vez más desacelerada, una economía que no deja de corregir y aplicar nuevos reajustes a la baja, una subida de tipos precipitada podría poner en riesgo el débil crecimiento que esta experimenta. Subir los tipos de interés y corregir las condiciones de financiación podría agravar aún más la desaceleración económica, provocando una mayor aceleración a la baja.
Por estas razones, la Reserva Federal ha decidido cambiar por completo su política de comunicación, posponiendo las dos alzas que tenía previstas para el nuevo año, eliminando, por otro lado, la reducción del balance que se preveía para este año. El Gobierno norteamericano ha decidido relajar la retirada de estímulos ante el empeoramiento de las previsiones macroeconómicas para el próximo año.
Un menor crecimiento
Aunque ya se podía intuir, pues así lo indican los principales organismos económicos. La economía de los Estados Unidos está sufriendo, al igual que el resto de las economías desarrolladas, una desaceleración económica. Esta desaceleración económica, la cual, según el Fondo Monetario Internacional, reajustaría los crecimientos para este año al 2,5%.
Según las declaraciones del organismo, en el caso de Estados Unidos, la desaceleración que experimenta su economía provocará unos reajustes en su crecimiento económico que lo situarán en ritmos cercanos al 2,5%. Un crecimiento que cae por encima del punto porcentual tras cosechar ritmos de crecimiento del 3,7% durante el 2018.
Ahora, tras las declaraciones de Jerome Powell, estas previsiones que, a priori, ya se consideraban duras para la economía norteamericana, vuelven a sufrir un nuevo reajuste a la baja, situando los ritmos de crecimiento para el próximo año en un 2,1%. Un 2,1% que dista 0,2% del 2,3% que preveía el organismo a finales de 2018.
Además, para 2020 y 2021 se esperan nuevos reajustes a la baja, con crecimientos de la economía que se fijaran en el 1,9% y el 1,8%, respectivamente. En materia de inflación, esta parece que si que se mostrará constante, quedándose en el objetivo del 1,8%, mientras que en materia de desempleo, la tasa crecerá este año al 3,7%, previendo crecer al 3,8% en 2020 y al 3,9% en 2021.
Como vemos, para la Reserva Federal, el crecimiento de la economía norteamericana se ha moderado bastante, reduciendo notablemente los ritmos de crecimiento que, a priori, se cuantificaban al alza. Sin embargo, las actuaciones que ha aplicado la FED tienen como objetivo que esta devolución de estímulos a la economía y la paralización de tipos, devuelvan un mayor impulso a la economía, reactivando sus crecimientos.
Guerra comercial
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el de la guerra por el comercio que mantienen el gigante asiático, China, junto con el país norteamericano. El Gobierno norteamericano sigue en sus negociaciones con Pekín, tratando de lograr entendimientos y nexos comunes que aúnen los intereses de ambos países, poniendo fin a las barreras proteccionistas que bloquean el comercio global.
Para Estados Unidos, las prácticas que, hasta ahora, ha realizado China en el comercio global no han sido las más acertadas, al menos bajo el punto de vista del Presidente Trump. Por ello, el Gobierno Chino ha decidido cambiar aspectos en sus políticas comerciales y económicas, buscando la aprobación de Washington que devuelva la normalidad al comercio global.
Según la Organización Mundial del Comercio (WTO por sus siglas en ingles), el comercio global prevé una nueva desaceleración para este año, empeorando en función del deterioro en las relaciones comerciales que mantienen los países. Según las cifras que recogemos en materia de comercio internacional, este ha avanzado un 1,5% según las cifras que arroja el último trimestre de 2018. Una cifra que muestra el peor ritmo de crecimiento para el comercio global desde la gran depresión.
Aunque no se esperan unas rebajas de crecimiento muy abultadas, pues se espera que el ritmo del crecimiento global se ralentice, a ritmos del 3,7%, frente al 3,9% del 2018, si podemos visualizar que, este, podría sufrir nuevos reajustes a la baja si las condiciones continúan deteriorándose y las dos economías líderes, Estados Unidos y China, no logran el acuerdo que devuelva la normalidad al comercio global.
Sin reducciones en el balance
Por último, otra de las decisiones en las que la Reserva Federal no ha adoptado los cambios que, a priori, se esperaban, es en la reducción del balance. Para ello, la Reserva Federal, a través del líder Powell, ha anunciado que soltará el pie del acelerador, reduciendo los ritmos de reducción de 30.000 millones de dólares en bonos del tesoro, como venía dándose hasta ahora, a 15.000 millones de dólares.
Una reducción que tendrá su finalización en septiembre y que dejará las suficientes reservas bancarias para poseer unas condiciones financieras estables y una amplia liquidez que permita a la FED llevar a cabo sus políticas. Además, desde el FOMC se pretende que los bonos respaldados por hipotecas (MBS) empiecen a perder peso dentro del balance, siendo sustituidos por Bonos del tesoro.
Unos bonos que, según la FED, se utilizarán con el fin de reinvertir los rendimientos en la compra de nuevos bonos del tesoro, llegando a un tope de 20.000 millones de dólares al mes, por lo que si los rendimientos superan la cantidad, la FED afirma que esos rendimientos extra serán nuevamente reinvertidos en bonos respaldados por hipotecas.